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Las siglas y los "mareos"
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Las siglas y los "mareos"

Actualizado 02/01/2016
Matilde Garzón

De la ingobernabilidad a la cordura en un Año Nuevo

Encabecé mi último artículo con una pregunta: ¿qué votamos? Y es que había incertidumbres a pesar de que algún partido se predicara como el del crecimiento, bienestar, estabilidad y certidumbre. Me preguntaba por qué todo lo que decía y prometía no lo había hecho en los cuatro años que llevaba gobernando. El jugaba con nuestra falta de memoria de lo inmediato, la de los viejos y además seguía con su antiguo método de repetir esas cuatro cosas como eslógan para fijarlo en las torponas mentes del pueblo que supone somos. Tal vez sea esa la realidad, por la poca importancia que han tenido la educación y la cultura durante su gobierno.

Los socialistas aparecían con siglas reducidas: PSC, PSA, PSG, o sea, sin la O, la O histórica de Pablo Iglesias, que les otorga los más de 100 años de identidad. Otros partidos se habían "mareado" y las siglas de siempre quedaban como asomándose por una esquina [Img #518341]de otras siglas más largas, como Izquiera Unida travestida en Ganemos, Guanyem, Unidad Popular y un montón más según las diferentes provincias y colaliciones en las que se hundió. Lo de Podemos era sumergirse más en un mar de mareas pero vivían la "remontada" y lucharon bien para ganar.

En resumen: un mareo de siglas en las que costaba reconocer a los partidos, una dispersión de las fuerzas de izquierda en diversas listas difíciles de reconocer para el votante.

Quiero encontrar razones que justifiquen unas siglas que devoran los partidos como Saturno a sus hijos, justo en unas fiestas, a él consagradas, las Saturnales. Curiosamente en estas fiestas, tambien de intercambio de regalos, los amos se hacían esclavos y estos se convertían en señores. Se conseguía dislocar la desigualdad. ¿Cómo lograr que este ejercicio, como el del amor que brota los días navideños, sea la tónica y el talante de todo el año? Si los niños y los ancianos protagonizaran más nuestras relaciones, no sería tan difícil lograrlo. Y podría ser un capítulo inicial para el programa del futuro gobierno.

Es cierto que hemos vivido recientemente una desafección tal a los partidos que muy poca gente se declaraba adicta a ellos; incluso muchas personas con orgullo, se decían "apolíticas", cosa imposible porque todos, querámoslo o no, somos "políticos", es decir, "de la polis", ciudadanos. La principal razón era que en los dos grandes partidos que se alternaban en el gobierno, sobre todo en el que gobernaba, la corrupción había penetrado en personalidades de primer rango. Se sucedían los escándalos cada semana y algunos acampaban en los pisos de la calle Génova y en los Bancos afectos. Otros se derramaban en Instituciones anlaluzas. En toda España, la crisis se acompañaba de la corrupción.

El 15M había resucitado el "Indignaos" de dos nonagenarios Stéphane Hessel y Jose Luis Sampedro que levantaron a los jóvenes europeos y de sus reflexiones y propuestas, en circulos populares, se fue fraguando Podemos, acogido con excesiva dureza por las clases políticas de siempre. ¡Con que facilidad hemos olvidado lo que fue el 15M! y ¿qué fuerzas refractarias se esconden en la sociedad y en las zonas límbicas de cada persona, que deberíamos vigilar y tener a raya?

[Img #518342]Los viejos partidos han perdido demasiados votos y no tienen mayoría para formar gobierno. El PP tiene la suerte de ser el único partido de derechas. Aunque asomen la cabeza algunas hormigas más extremas que no llegan a tener grupo parlamentario, en realidad el PP recoge en sus seno a toda la derecha, la popular y la impopular.

Quisó captar a Ciudadanos pero estos se habían apropiado del lugar central, que todos reclaman en algún momento, aunque no exista. Subió como un cohete, pero cuando pareció dominarlo todo, se desinfló como un globo o un mal viento aflojó lla cuerda que maniobraba Albertet.

[Img #518343]La izquierda como siempre, es como el arco iris. Teniendo un solo color, se muestra en variados tonos, pero al competir entre sí, como enemigos, les cuesta fundirse como el bellísimo arco multicolor que atraviesa los cielos mojados al conjuro de Iris, la diosa benéfica de la PAZ.

Fui a votar como está mandado, a pesar de que salí de casa afectada todavía por una crisis bronquial. Esta vez no voté por ideologías, pues en realidad no había identidades claras en los desdibujados partidos, sino por personas. A la que me caía mejor como presidente para España. La que me pareció más honrada, más consecuente, más respetuosa, sin considerar las expectativas de triunfo, ni la falacia del voto útil. Me fue difícil encontrar su partido, y tuve que informarme personalmente, luego buscar bien la papeleta para no confundirme con las siglas.

Es verdad que estábamos aburridos con el bipartidismo porque hasta parecía que los dos grandes partidos jugaban a eso de oca a oca y juego porque me toca.

Es verdad que las colaliciones son buenas frente a la dispersión, pero la confusión en que nos sumergen demuestra que con la mitad de partidos tendríamos bastante.

Y ahora, ¿cómo se formará el Nuevo Gobierno? Más incertidumbres, porque sobran egos, aunque todos digan que "en su humildad" sólo buscan el bien de la nación. Me es imposible entrar ahora en lo de Cataluña, Comunidad con el 50% de españoles que los secesionistas quieren independizar solos y para ellos solos. Más complicaciones.

Vuelvo a la pregunta: ¿Quién nos gobernará? ¿Cómo? ¿A cuántos españoles? A Rajoy ya le ha llegado la hora del retiro y también a los que han gobernado con él.

[Img #518345]Los líderes políticos presumen de humildad, de poner los intereses de la nación por encima de sus ambiciones de partido y protagonismos personales. Para que esto fuera verdad, lo ideal sería nombrar presidente a una persona independiente, de probada inteligencia, honradez y bonhomía, un Ángel Gabilondo por ejemplo y un Gobierno con las políticas/os más inteligentes y honrados, jóvenes y de mediana edad de cada partido: por ejemplo Arrimadas de Podemos, Ana Chacón del PSOE, Alberto Garzón de IU, la ex presidenta vasca del PP, Atantxa Quiroga, Errejón o Tania de Podemos. Las mujeres han demostrado en sus casas, su capacidad en la administración, el tacto y suavidad para la educación de los hijos, su ternura de madres. Como personas preparadas sabrán traducirlo en el Gobierno mejor que los hombres.

También podría ser presidenta una Susana Diaz porque tiene inteligencia, fuerza y arrojo, es como una domina mater.

El País debería organizarse como un Estado Federal simétrico, con absoluta igualdad pero al tiempo con solidaridad para solucionar las desigualdades existentes.

De unas elecciones confusas y quizás de una pretendida ingobernabilidad, con esa humildad, buena volutad y cordura, que todos manifiestan, para transformar España, podría salir un gobierno nuevo que de verdad la regenerarse y la condujese por unos caminos de prosperidad a ejemplo de otros otros paises como Finlandia, Islandia, Dinamarca, Suecia y Noruega.

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