La climatología está siendo favorable para el sector agrario de Salamanca, también los precios, excepto para el cereal, sobre todo el de secano
Los cereales, en el sector agrícola, y el bovino y porcino, en el ganadero, son los principales motores del campo salmantino. La provincia cuenta con una superficie de cereales grano de 119.688 hectáreas, la mayoría de secano (93.046) y dentro de estos, destaca el cultivo de trigo blando y la cebada 2 carreras, con 55.090 y 25.451 hectáreas de secano y regadío, respectivamente, según los datos de la campaña 2024 del Ministerio de Agricultura. En regadío, destaca la superficie de maíz, con 14. 930 hectáreas y en los cultivos industriales, el girasol de secano, con 23.280 Has. También hay que resaltar las hectáreas dedicadas a forrajes, que superan las 59.800.
En cuanto al sector ganadero, Salamanca destaca por su cabaña bovina, con 558.114 cabezas, según los datos del Ministerio de noviembre de 2024; en porcino también hay un censo importante, con alrededor de 779.000 animales, la mayoría ibérico -blanco son 95.803-; y en ovino, hay 288.386 cabezas.
El campo salmantino se podría decir que vive en la actualidad un momento agridulce; dulce para el ganado y agrio para los cereales. La climatología está siendo buena en general para todos los sectores, pero los bajos precios (en caída constante) por el mercado globalizado, y los altos costes de producción están haciendo que las explotaciones cerealistas, principalmente de secano, no sean rentables, siendo uno de los sectores que peores momentos atraviesa en Salamanca.
“El problema son los costes que tenemos en fertilizantes, maquinaria, gasóleo…; si todas esas cosas valieran un poquito menos, a lo mejor el bajo precio estaría compensado, pero desgraciadamente valen mucho y entonces no conseguimos la rentabilidad”, afirma Juan Luis Delgado, presidente de Asaja Salamanca. Se refiere al “margen comercial que necesitamos en nuestra actividad para vivir, como cualquiera que vende un producto, lo compra a un precio, lo vende un poquito más caro y, con eso que le ha sacado, vive, pero desgraciadamente no tenemos ese margen comercial en el cereal ahora mismo”.
En la misma línea, el presidente de COAG Salamanca, José Manuel Cortés, señala que “el cereal estaba en muy buenas condiciones de desarrollo, o sea, la cosecha está muy bien presentada, quizás mejor que otros años, pero lo que es, económicamente, está hecho un desastre por los precios bajos y los costes elevadísimos”. Considera que con un rendimiento de 4.000 kilos y “es posible que sí haya una media de 4.000 kilos, se puedan cubrir gastos, pero como siga bajando el cereal, harán falta más de 4.000 kilos y sacar medias más altas es imposible”.
Salamanca es una provincia mayoritariamente ganadera y este sector, al contrario que el del cereal, atraviesa buenos momentos. “La ganadería está muy bien, gracias al mercado exterior, principalmente, a la profesionalidad del sector y a la climatología que para la ganadería ha sido excepcional”, afirma Juan Luis Delgado.
“Está bien el vacuno, por los precios y “la ganadería en general”, porque “el porcino también está bien por el mercado exterior, y el ovino, pese a que tiene unos precios buenos, está mal porque está desapareciendo, hay mucho abandono; es un sector que debería tener una compensación extraordinaria porque es un trabajo que no se compensa casi con ningún precio; ahora mismo el abandono del sector ovino, sobre todo el de leche”. El trabajo en este sector es “impagable”, añade Delgado, por, “entre otras cosas con la mano de obra”, uno de los principales problemas que tiene el campo salmantino, junto a la poca rentabilidad en algunos sectores. “Si tienes poco margen, aumentas el volumen y si tienes garantías de tener los trabajadores necesarios, pues con mucho volumen, vas sacando un poco para manejar tu explotación, pero no tienes tampoco la certeza de tener mano de obra, no se encuentra, y la poca mano de obra que se consigue no es cualificada, ni segura”.
En cuanto a la situación del bovino, señala José Manuel Cortés, “es la segunda primavera que aparentemente viene bien de pastos, con lo cual es un alivio para el ganadero, que ya el año pasado tuvo otra buena primavera y ha habido dos buenas otoñadas”. Y es que, añade, “el ganadero lo estaba necesitando, porque tuvo dos años de sequía y la EHE, que lo dejó tambaleando, muy muy tocado y, hemos traído todavía algo de arrastre de infertilidad”. Sobre todo, añade, “lo que está viviendo la ganadería es un momento dulce en cuanto a precios, las industrias llevan desde el mes de agosto tratando de sujetar los precios, incluso a ver si los tiraban para abajo y con la pérdida de cabaña que ha habido en toda Europa, lo tiene muy difícil engañar al ganadero”.
Y es que no hay ganado, “lo estamos viendo permanentemente todos los lunes en el mercado, un número inferior de animales una semana tras otra, porque en las fincas todavía no están a pleno rendimiento de producción, y ternero que sale, ternero que se venden, porque no los hay”, explica Cortés. Se han perdido, añade, en toda Europa 1.700.000 vacas y en Salamanca más de 25.000 nodrizas, “a lo que hay que añadir todas las infertilidades que ha habido. La cabaña de carne está muy mermada a nivel Salamanca y a nivel Europa, una barbaridad”. Incluso podría “estar mejor, porque los piensos no se los han bajado a lo que se le tenían que haber bajado; no vamos a decir que baje todo lo que el cereal, pero una parte importante sí; el cereal ha bajado más de 40 euros tonelada y el pienso no bajado esa proporción”.
Siguiendo con el bovino, alude a la “incertidumbre de cómo se va a resolver el veterinario de explotación, estamos confiados en que no le incremente los costes de producción, porque es una figura inútil; tal y como está planteada la sanidad, no se necesita de un veterinario de explotación adicional; las explotaciones en intensivo ya lo tienen, las que están en zonas de especial incidencia están ya marcadas a hacer dos vueltas de saneamiento, con lo cual ya tiene una visita de veterinario y es completamente innecesario un veterinario de explotación, es un capricho del ministerio”.
El Ministerio, explica, “ha hecho un planteamiento de voluntariedad, pero por otra parte hay una obligatoriedad de visitas, según el riesgo de las explotaciones y de las especies. Ese riesgo, en esa calificación, la tienen que dar las comunidades, va a quedar a su criterio, por eso, es un caramelo envenenado”. Por lo general, “no aporta nada más que un gasto innecesario, un incremento de los costes de producción. Y en la apicultura, completamente innecesario”.
Sobre este último sector, la apicultura, el presidente de COAG Salamanca afirma que “está con unos precios irrisorios y han tenido unos años de poca producción por una climatología desfavorable y con mucha incidencia de la varroa; las explotaciones están muy mermadas, lo que les obliga a doblar colmenas para poder mantener la cabaña y claro, si se hacen colmenas, no se sacan miel y polen”.
Es quizás el sector ganadero que en peor situación se encuentra en la actualidad, “llevan dos años seguidos de malas producciones, a ver cómo viene este año, necesitan humedad y calor”.
Y en cuanto al ovino, Cortés alude que las industrias han estado presionando al ganadero “para tirar los precios; pero ahora se ha reabierto el mercado con el norte de África y parece que volvían a respirar. Han tenido un par de años buenos de precios de leche y de corderos, pero en los primeros meses del año ha habido bajadas y estaban un poco más preocupados a ver que podía pasar, pero parece que se están manteniendo y al abrirse otra vez los mercados parece que se recuperan; están relativamente satisfechos”.
En definitiva, la climatología está siendo, de momento, buena para el sector agrario, excepto para la apicultura, y los precios son buenos también en buena parte de los productos agrícolas y ganaderos, salvo en los cereales, sobre todo los de secano, mayoritario en la provincia salmantino, ya que en regadío los rendimiento son mayores. Precios bajos y que continúan cayendo y unos coste de producción muy altos que ponen en riesgo la viabilidad de las explotaciones; es quizás el principal problema en este momento del campo.
En cuanto a la PAC, el presidente de COAG, quiere señalar que este “ha estado mejor que otros”. Así, explica, que “se ha ampliado el plazo, pero por adversidades climáticas y demás, no por el barullo que suponía, tal y como se vino a plantear estos años con esta nueva PAC, que no tenía sentido. La flexibilización ha funcionado y se ha podido aplicar, las explotaciones no han perdido relativamente mucho dinero, por ese aspecto, la PAC ha estado mejor”.
FOTOS: MIGUEL CORRAL