Los jóvenes van cogiendo el relevo augurando continuación a la tradición mirobrigense
Inmersos en la semana cultural del Carnaval del Toro y, que el sonido de los martillos haya empezado a sonar en la plaza mayor ya en plena metamorfosis, los mirobrigenses tuvieron que repartirse en la víspera de San Blas para acudir bien al pregón de la Peña El Caballo o la hoguera de San Blas, que se celebraban a la misma hora.
Fue un gran número de farinatos y forasteros los que se acercaron a la tradicional cita en el poblado de Sanjuanejo para no perderse esta tradición tan arraigada.
Un ambiente ya carnavalero en el cual se podía palpar la ilusión del público con sus corros de amigos que asaban el chorizo, la morcilla y panceta en las brasas individuales que “robaban” de la gran hoguera después de disfrutar de su máximo esplendor.
Sones de gaita y tamboril amenizaban la velada en compañía del buen vino que ofrecían a todo aquel que se arrimaba a la iluminaria Alipio Carlos Martín de Elías, Miguel Ángel Martín de Elías, Carlos Manuel Segovia García, Joaquín Sánchez Barrueco y Rodrigo Sánchez Barrueco, los cinco mayordomos de este año
Una mayordomía más bien joven, como la tendencia del personal que hacía presencia al calor de la hoguera en una agradable noche para la época del año en la que estamos. Esta presencia de juventud augura la continuidad de la tradición de la celebración de San Blas, lo cual hace feliz a los miembros de su cofradía.
Estos cofrades ya tienen listas las 14. 500 gargantillas que se venderán al día siguiente en las puertas de la Iglesia de Sanjuaneo nada más terminar la misa, que comenzará al terminar la procesión programada para las doce de la mañana del día 3 de febrero.
Por la tarde, como es tradición de los mirobrigenses, se desplazarán a modo de romería hasta el poblado de Sanjuanejo, bien a pie en autobús o en automóvil, para comprar la gargantilla que cuidará de los males de garganta hasta el miércoles de ceniza; que habrá que quemarla.