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Humo y ocre, Ingrid Jonker en la voz del poeta traductor Agustín B. Sequeros
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Por Charo Alonso, escritora, profesora de Lengua y Literatura

Humo y ocre, Ingrid Jonker en la voz del poeta traductor Agustín B. Sequeros

Actualizado 23/10/2015
Charo Alonso

De la mano del poeta traductor, Agustín B. Sequeros, la obra de la poeta surafricana Ingrid Konker, desliza sus versos de amor y de valentía en los espejos del Café Novelty.


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En los espejos de Paco Novelty, poeta, se reflejan las caligrafías originales dolorosas, hermosas, casi sangrientas, del artista holandés Theo Wintels que ilustran el libro de poemas de Ingrid Jonker traducido por el poeta salmantino, Agustín B. Sequeros. Y es que este pequeño volumen presentado el jueves en el Café Novelty tiene voluntad de viaje, publicado en Medellín, traduce del africans la obra desconocida de una poeta surafricana que fascinó a un poeta salmantino dedicado, durante años, a enseñar en Holanda los misterios de la traducción y la magia del castellano. Para Francisco Delgado, presentador del acto junto a Montserrat Villar, Sequeros ha vuelto a su paraíso perdido de Salamanca para relatar, paseando junto al Tormes, su proceso de fascinación por la obra de una poeta a la que ha traducido con corazón e inteligencia.

¿Hay mayor generosidad para un poeta que dedicar sus energías a traducir a otro? Poeta también, alma de tantos encuentros en los que la palabra es el vínculo de unión que se convierte en afecto, Montserrat Villlar desgrana junto al autor este proceso que nos ha entregado la vida de la autora surafricana, de trágica historia personal, cuya muerte a los 31 años en 1965 nos dejó una incógnita que la película Mariposas negras ha tratado de revelarnos, así como tres poemarios desconocidos en España que por primera vez han sido traducidos por Agustín Seuqeros. Según Villar, esta poesía de expresión limpia, versos cortos, contundencia, valentía y ternura, muestra el valor de la palabra como cobijo. Cobijo a una existencia marcada por las desgracias personales y la lucha por la libertad en un país proscrito por el aparheid del que su padre era un ferviente defensor.

Cuando hace diez años se publicó en holandés Humo y ocre, un fascinado Agustín Sequeros decidió abordar la traducción desde la admiración que le suponía la obra de la autora y el grupo al que pertenecía, fuertemente vanguardista en Ciudad de Cabo en pleno auge del segregacionismo. Marcada por la poesía existencialista y por Paul Elouard, Jonker era una figura respetada y perseguida por la censura que no le perdonaba el hecho de escribir un poema sobre un niño muerto en los brazos de su madre durante una revuelta. Un poema que leería el padre de la patria, Nelson Mandela, en la apertura del primer parlamento libre del país, reivindicando la figura de Jonker a la que su padre despreció incluso tras su muerte afirmando cuando le dieron la noticia del suicidio de su hija en el mar que Por él, que la volvieran a tirar al agua.

¿Cómo se decide un poeta a traducir a otro? Se pregunta Villar, y Agustín Sequeros contesta que necesita una comunión estética y ética para que surja la chispa y aborde un trabajo arduo para acercar dos lenguas tan distintas como el africans y el castellano. Porque no se trata de traducir las imágenes, sino la cadencia, esa que ves en el original. Para este hombre sabio que ha escrito libros sobre el trabajo del traductor, traducir poesía es, sencillamente Bailar sobre la cuerda floja, un diálogo para conocer el alma del autor. Un proceso muy tenso, difícil, intenso, hermoso y apasionante con el que Agustín Sequeros espera que la voz de Jonker no muera en el agua. Y ciertamente, cuando el poeta traductor, el poeta generoso, el poeta sabio lee los versos de Jonker dedicados a ese niño que muere en brazos de su madre diciendo África, el auditorio, fascinado, puede sentir cómo la voz de esta autora surge de nuevo del agua.

Reconocida y estudiada en Europa y en Colombia, espacio donde se publicó este hermoso libro, Jonker vuelve a la vida en la voz enamorada de Sequeros, poeta también de verso breve, contundente, pleno de imágenes que nos devuelven a un espacio donde no hay fronteras temporales ni espaciales. Un autor generoso dispuesto a entregarse a otro, y hacerlo desde el respeto y la admiración Traducir poesía es complejo puedes caerte por infratraducir, por no darlo todo, o puedes pecar por sobretraducir, embelleciendo más, añadiendo cosas. Mientras las bellas caligrafías se despliegan para ilustrar las palabras de Jonker de la mano de una Montserrat Villar emocionada que lleva una falda de geometrías africanas, Sequeros finaliza el acto agradeciendo a todos la participación en un encuentro que tiene mucho del proceso que ha desgranado para nosotros en su diálogo con Villar: Para traducir poesía hay que llegar al alma, porque es un diálogo de almas, la traducción de poesía. Y este diálogo duro e intenso con una mujer que tuvo el coraje de rebelarse frente a su propia historia y a la de las circunstancias que le tocó vivir, acaba con la música agradecida del grupo de cumbias Los Justicieros, digno agradecimiento al país que nos ha posibilitado este encuentro con esta autora que, gracias a la generosidad de un traductor poeta, ha recuperado su voz desde las profundidades del agua, y la grita con toda la libertad que le celebramos al ritmo de las cumbias?

Charo Alonso.

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