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Alencart, al otro lado del mar
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SOBRE 'LOS ÉXODOS, LOS EXILIOS'

Alencart, al otro lado del mar

Actualizado 04/09/2015
Carles Duarte

El poeta y lingüista Carles Duarte, presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Cataluña, elogia el último poemario de Alfredo Pérez Alencart, profesor de la Usal

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No podemos explicar la humanidad sin reconocer la importancia decisiva, desde la más remota antigüedad, de las migraciones, del viaje. Nos lo cuentan en silencio los primeros vestigios, nos lo explican las palabras, que llegan a nuestros labios atravesando océanos, continentes, desiertos,?

El sueño humano se mueve entre el anhelo de descubrir que iluminaba los antiguos navegantes fenicios y la necesidad de arraigo que ha latido siempre en nuestro corazón. Nos sentimos fascinados ante paisajes que ignorábamos y nos encontramos con nosotros mismos serenamente frente a un mar que nos es familiar y nos devuelve, como un espejo, nuestro rostro, porque siempre está ahí, como los astros en la noche, cuando abrimos los ojos. Somos árboles que caminan, como nos veía, en el Evangelio según san Marcos, el ciego al que Jesús le concede la visión.

[Img #412280]Solemos emprender una ruta desde la confianza en el regreso. Pero en ocasiones no nos enfrentamos a un itinerario breve que se cierra volviendo al punto de partida, sino a una huida, a un éxodo, a un exilio, sin esperanza de retorno. Muchos de nuestros predecesores se aventuraron a un viaje sin billete de vuelta. Y siguen aquí entre nosotros, en nosotros, eslabones de una cadena que no se cierra nunca. Alfredo Pérez Alencart escribe: "En tu casa guardas rastros de la emigración de tus ancestros." Y más adelante, en el poema XXIV del libro primero, nos dice "Eres el regresante,/ el mortal que llega cruzando fronteras/ como los rayos el cielo".

Motivos tan trágicos como el hambre o las guerras han provocado grandes movimientos demográficos. La historia judía nos muestra ejemplos de diáspora, como la que se produjo después de que Tito Flavio se adueñara en el 70 d.c. de Jerusalén. Pero en el mismo escenario hubo un éxodo palestino derivado del conflicto que estalló con la declaración del estado de Israel. Y hoy en día en el Líbano o en Turquía son numerosos los refugiados que han huido de Siria. Los éxodos económicos y políticos se han sucedido sin interrupción a lo largo de los siglos.

[Img #412282]El éxodo y el exilio conllevan un desgarro interior y la asunción de graves riesgos personales. Provocan pérdida y duelo. Requieren además un diálogo complejo entre quien llega y quien acoge, que debería ensanchar nuestra mirada sobre la condición humana, aunque a menudo se imponen el temor, el menosprecio, la hostilidad, el rechazo. La agresividad y la violencia latentes se desinhiben peligrosamente ante el fenómeno de la inmigración o de los refugiados cuando se desencadena un proceso de grandes proporciones.

De toda esta esperanza, de todo este dolor trata Alfredo Pérez Alencart en los cinco libros que confluyen en Los éxodos, los exilios y que se refieren a las distintas etapas por las que transcurre la experiencia traumática del éxodo y el exilio: Los éxodos, los exilios, Extranjero en todas partes, Brújulas para otra tierra, Pasajero de Indias y Cánticos de la frontera

Alfredo Pérez Alencart es un poeta mayor, no por edad, sino por la densidad de emoción y sabiduría que nos transmite en una obra literaria de una magnitud y de un alcance singulares. Y entre los libros que ha publicado, Los éxodos, los exilios constituye una de sus cumbres más altas, por la belleza de tantos versos perdurables, como "El corazón se ha vuelto duna", pero también y sobre todo por el humanismo que respiran todos sus versos y que nos previene contra la indiferencia ante el sufrimiento ajeno.

En Los éxodos, los exilios Alfredo Pérez Alencart nos habla con pasión y desde dentro porque en él conviven dos patrias, Perú y España, y porque se siente solidario ("¿Nadie ayuda a nadie?" denuncia desde la indignación), comprometido con la condición humana, sabedor de nuestra fragilidad, de tantos naufragios en que se tuercen los rumbos vitales de personas individuales y de multitudes arrastradas por la desesperación. Alfredo Pérez Alencart, que escribe: "Creemos poseer la tierra pero sólo caminamos hacia el abismo", pone su voz al servicio de una toma de conciencia, de una reflexión exigente. En su poesía percibimos con una intensidad insólita la capacidad de sumergirnos no sólo en su mundo personal, sino en el de quienes convierte en el centro, en el eje de este libro excepcional: "Habían fronteras, pero viajamos en desorden, hartos/ de la rutina del hambre."

Alfredo Pérez Alencart, con una visión integral de la humanidad e incorporando en un mismo discurso diferentes escenarios, momentos históricos y personajes, ha concebido una obra de una envergadura literaria prodigiosa, una auténtica epopeya que nos interpela desde el presente, un monumento impresionante a tantos héroes anónimos, cotidianos: "He aquí la incontenible tristeza de una mirada."

Rebelde, inconformista, Alfredo Pérez Alencart nos brinda una libro fulgurante, torrencial, que se parece a un gesto de ternura, que se parece a un grito, que invoca la naturaleza en nosotros ("Mi corazón es huésped de las montañas"), que afirma la dignidad y la compasión desde un sentimiento fraterno, verdadero. Alfredo Pérez Alencart nos dice: "Heredad/ del hombre/ es la esperanza" y desde la esperanza su voz deviene canto universal e íntimo: "Cantaba; /tenía que hacerlo:/ el canto era para él una ofrenda sonora de su espíritu."

Carles Duarte

Presidente del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Cataluña

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