La dictadura de lo “políticamente correcto”

Llevamos unos años en este país que por presiones de toda una serie de colectivos con influencia en el poder político, así como por la acción amarillista de algunos periodistas, estamos sometidos a la dictadura de lo "políticamente correcto".

Los grupos feministas nos obligan a repetir en femenino todas las frases, "todos y todas", "los estudiantes y las estudiantes", "los miembros y las miembras", etc. Algunas asociaciones nos obligan a no pronunciar la palabra ciego, sino "persona con discapacidad visual", no se puede decir gitano, sino "persona de etnia gitana", no se puede decir demente sino "dicapacitado". Por otra parte, por el respeto a todas las culturas no podemos rechazar el burka o el niqab porque eso supone "racismo cultural", tampoco podemos decir que algunos emigrantes ilegales se han aprovechado de nuestro sistema sanitario y educativo, porque eso es sinónimo de racismo, cuando en ningún país europeo, un emigrante ilegal goza de los derechos que tiene en España.

Lo cierto es que lo "políticamente correcto" está ejerciendo una estricta censura a nuestra libertad de expresión y pervirtiendo nuestra sociedad.

Es intolerable que cada vez que un padre de familia se queje de que su hijo no tiene plaza en una escuela pública próxima a su casa porque está ocupada por hijos de emigrantes o de "minorías raciales" que tienen absoluta preferencia, algunos periodistas o responsables de ONGS pongan el grito en el cielo y acusen al padre de racismo.

Se insulta sistemáticamente en las redes sociales o en la propia prensa a los que no estamos de acuerdo con las estupideces de aquellos que propugnan un falso lenguaje " políticamente correcto", podemos ser acusados de racistas, de odio a las mujeres, de misoginia, de extrema derecha, de fascistas, etc. En realidad, la coacción generada por la intolerancia de esos grupos esta arruinando nuestras libertades individuales.

Para los que defienden esos intereses, el mestizaje es algo malo, lo políticamente correcto es la "Interculturalidad", no se puede interferir en las costumbres de las gentes que vienen a trabajar a España, y en aras de la "Interculturalidad hay que aceptar costumbres que degradan a la mujer, machismos inhumanos ejercidos por los hombres e impuestos a las mujeres. Ayer mismo leí en Facebook, que se criticaba desde Podemos Feminismos la acción de un conductor de autobús que no había permitido a una persona con niqab a subir al autobús y denunciaba " el racismo de género" de ese conductor, y yo me pregunto ¿ el día que alguien con niqab lleve una bomba y la haga explotar porque no vemos a esa persona, qué diremos?.

Dejémonos de patochadas, en Europa ha costado sangre y muchos esfuerzos alcanzar una serie de derechos como la igualdad entre hombres y mujeres como para que ahora, en aras del "respeto a otras culturas" tengamos que aceptar la invisibilidad pública de la mujer, la infibulación o la ablación de las niñas. Nuestra sociedad no debe renunciar a exigir a los que vienen a vivir con nosotros el respeto a una serie de normas que regulan nuestra civilización.