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Tres músicos albenses adaptan piezas teresianas para ser interpretadas por la Banda de Música
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V CENTENARIO STJ

Tres músicos albenses adaptan piezas teresianas para ser interpretadas por la Banda de Música

Actualizado 27/10/2014
Roberto Jiménez

ALBA DE TORMES | Nacho Cotobal, Matias Cañizal y Jaime Jiménez son los arreglistas de cuatro conocidas obras musicales

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Durante las pasadas celebraciones de Santa Teresa, la Banda de Alba de Tormes ha incorporado a su repertorio varias obras de música teresiana adaptadas para la agrupación. Los autores de los arreglos son los músicos albenses José Ignacio Cotobal, Matías Cañizal, y Jaime Jiménez, componentes de la banda y creadores también de otras obras originales estrenadas por la agrupación.

Las piezas escogidas son muy significativas: "Regis superni", himno litúrgico de Santa Teresa (nuevo arreglo de Jaime Jiménez); "Cantemos a Teresa", himno diocesano del IV centenario de la muerte de Santa Teresa (1982) con letra de Álamo Salazar y música de Constancio Palomo (arreglo de Nacho Cotobal); "Véante mis ojos", una antigua canción que gustaba a la santa y es conocida por la armonización coral de Felipe Pedrell (arreglo de Nacho Cotobal) y "Teresa bendita", himno de los albenses en el III centenario de la beatificación (1914) con letra de Hipólito Cruz y música del P. Manuel del Santísimo Sacramento (arreglo de Matías Cañizal).

Estas obras se unen al repertorio teresiano de la Banda, que incluye también la marcha "Santa Teresa de Alba de Tormes" (2009) de Pablo Antonio García y "Nada te turbe" (1986) de Jacques Berthier, que también han podido escucharse en las calles de Alba durante las pasadas fiestas patronales.

EL HIMNO LITÚRGICO TERESIANO

"REGIS SUPERNI NUNTIA"

Se trata de un himno latino que compuso el Papa Urbano VIII, Barberini (1623-1644) con destino al Oficio divino teresiano del 15 de octubre, para la hora de Vísperas. Fue compuesto de acuerdo a la más estricta métrica latina, por lo que tuvo gran éxito y se cantó incluso en las procesiones, ya fuera del Oficio divino.

Urbano VIII es el Papa que encargó a Bernini el altar de la Confesión y el baldalquino en bronce del altar mayor, ambos en la basílica vaticana de san Pedro. Un papa amigo de las artes y muy buen latinista.

Actualmente poseemos diversas versiones musicales (incluida la del canto gregoriano de Solesmes), las más de ellas en el género polifónico. Pero hay una versión que particularmente emociona en Alba de Tormes, porque suena cada año al salir santa Teresa de clausura, y porque viene cantada también como canto de entrada de la misa de la novena y del día de la Santa.

La versión usada en Alba de Tormes pertenece a la más pura tradición carmelitana y se viene cantando desde el siglo XVIII. Se halla impresa por vez primera en el Ritual Carmelitano de la congregación española del año 1789. Pero en la villa durante mucho tiempo (desde la década de los 50 del siglo XX) se usó y cantó según el arreglo y orquestación a 4 voces del famoso música carmelita y vasco, José Domingo de Santa Teresa (1888-1980).

Por lo tanto, el himno teresiano "Regis Superni nuntia" interpretado por la banda de música y cantado por el coro parroquial es la versión más antigua del mismo y, además, de origen netamente carmelitano y español.

HIMNO DE LOS ALBENSES A STA. TERESA DE JESÚS.

TERESA BENDITA (1914)

Letra: Hipólito Cruz

Música: P. Manuel del Santísimo Sacramento O.C.D. (1875-1956)

Himno de los albenses para el III Centenario de la Beatificación compuesto por el carmelita segoviano Manuel Parareda González (Manuel del Santísimo Sacramento), durante años conventual y organista en Alba de Tormes. Se popularizó mediante tarjetas postales encabezadas por la dedicatoria "Al digno párroco de Alba de Tormes D. Matías Monzón". Después de un siglo, sigue cantándose en Alba.

CANTEMOS A TERESA

HIMNO DIOCESANO DEL IV CENTENARIO (1981)

Letra: Antonio Álamo Salazar (1921-1981)

Música: Constancio Palomo (1915-1981)

El himno teresiano que más popularidad ha alcanzado en Alba de Tormes en época moderna es "Cantemos a Teresa", el Himno Diocesano Salamantino del IV Centenario de la muerte de Santa Teresa. A la inspirada letra de Antonio Álamo Salazar, natural de Pozaldez (Valladolid) y con familia en Alba, puso música mano a mano Constancio Palomo, que fue vicario general de la diócesis. Se da la circunstancia de que los dos autores, grandes impulsores del centenario teresiano, murieron meses antes de la celebración. La obra está originalmente escrita para coro popular, soprano solista y coro mixto, con acompañamiento de órgano.

Arreglo de José Ignacio Cotobal Robles

La Banda de Música de Alba de Tormes estrenó este arreglo el 11 de abril de 2014, en un concierto ofrecido en la iglesia de la Anunciación (MM. Carmelitas) con motivo del IV Centenario de la Beatificación de Santa Teresa.

VÉANTE MIS OJOS: LA MÚSICAQUE PROVOCAELÉXTASIS

Estando en Salamanca (abril 1571) oyó cantar a una novicia, Isabel de Jesús, una letrilla que le emocionó. No era suya la poesía, y decía así:

Véante mis ojos, Dulce Jesús bueno.

Véante mis ojos, muérame yo luego.

Ella misma nos cuenta la emoción intensa que le produjo este canto:

"Anoche, estando con todas, dijeron (cantaron) un cantarcillo de cómo era recio de sufrir vivir sin Dios. Como estaba yo con pena, fue tanta la operación que me hizo, que se e comenzaron a en entumecer las manos; y no bastó resistencia, sino que como salgo de mí por los arrobamientos de contento, de la misma manera se suspende el alma con la grandísima pena, que queda enajenada, y hasta hoy no lo he entendido".

(Cuentas de conciencia, abril 1571)

Este cantarcillo, aumentado con diversas estrofas, ha entrado dentro del repertorio cristiano y se suele cantar todavía entre nosotros, pero con otras músicas; la más famosa y difundida, sin duda, es la versión de Felipe Pedrell.

VÉANTE MIS OJOS

Armonización: Felipe Pedrell Sabaté (1841-1922)

Arreglo a cuatro voces mixtas de la antigua canción española "Véante mis ojos", durante muchos años atribuida erróneamente a Santa Teresa. Estando en Salamanca en 1571, al escuchar este cantar, la santa entró en un profundo éxtasis que tradicionalmente se vincula con la escritura de su poema "Vivo sin vivir en mí". Este episodio se recoge en las Cuentas de Conciencia (nº 13). Felipe Pedrell fue padre de la musicología moderna española y maestro de los grandes músicos de su tiempo, como Isaac Albéniz, Enrique Granados, Joaquín Turina y Manuel de Falla.

Véante mis ojos, dulce Jesús bueno,

véante mis ojos, muérame yo luego

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