Cambiemos

Es terriblemente doloroso para aquellos que amamos España, para aquellos que creemos en la política, para aquellos que confiamos en la ejemplaridad de nuestros gobernantes, para aquellos que entendemos la política como un servicio a los ciudadanos? leer o escuchar a diario noticias en las que algunos de nuestros gobernantes, esas personas en los que los ciudadanos depositamos nuestra confianza, nos traicionan vilmente por ambición, por codicia, por ansia de poder? justamente lo que un político debería no tener.

Son innumerables los casos de corrupción que asolan a nuestra nación, es innumerable la cantidad de gentuza que ocupa puestos en ayuntamientos, diputaciones, parlamentos autonómicos, congreso, senado? innumerables formas de actuar en contra de los intereses de los ciudadanos.

Pero queridos lectores, no vayamos a pensar que meter la mano en el saco es la única forma de vender y traicionar a los ciudadanos, porque habiendo muchas malas actuaciones que puedan ser penadas y esos que las han cometido puedan ser castigados, hay otras tantas que pudiéndose cometer por no suponer un delito, constituyen un insulto a los ciudadanos tan cruel y doloroso como aquellas que no son buenas a ojos de la ley.

Cada vez que se indulta a un político corrupto, a un empresario sin escrúpulos, a un famosete condenado por A o por B, se alargan procesos judiciales de forma intencionada por la clase política (porque no se creerán que la justicia es totalmente independiente) para que gentuza que pueda pertenecer a la alta sociedad, incluso pudiendo meter en este saco a la realeza, si algún día llegasen a tener problemas con la justicia? se libren de pasar un tiempo a la sombra, eso es tan humillante para los ciudadanos como que puedan robarnos para comprarse cuatro bolsos.

Que ciertos sectores estratégicos, a los que a ojos de los ciudadanos se les hacen favores de tal forma que impidan el libre mercado y competencia, que manipulan precios en contra de los intereses del pueblo y que sean los mismos los que "fichen" a aquellos que lo han permitido? eso es otra forma de humillarnos.

Estos y otros muchos más son los motivos por los que los ciudadanos estamos tan hartos de la clase política, estos y otros muchos motivos son los que llevan a los ciudadanos a cometer imprudencias en las urnas (desde mi humilde punto de vista), estos y otros muchos motivos son los que hacen que se pierda la esperanza, que aquellos que perdieron su vida por defender la democracia se remuevan allá donde estén al ver lo corrompida que está la nación a la que protegieron con su sangre.

He de confesarles una cosa, yo mismo milito en un partido político, créanme que esto mismo que les digo no fue tan fácil decirlo en casa, precisamente porque en mi casa también se ha perdido la fe, también se ha perdido la confianza en la clase política, y fue complicado entender que alguien de la familia quisiera apoyar, ayudar, aprender, de aquello que creen les hace más mal que bien, la clase política.

Quizás se pregunten el por qué me decidí a afiliarme a un partido político, la razón es simple, yo sí creo en la política, yo sí creo en los políticos, yo sí creo que se puedan cambiar las cosas, yo sí creo que algún día la sociedad pueda hablar de la clase política como ejemplo a seguir, y créanme si les digo que cuantos más políticos conozco, más creo en todo esto que les digo, porque estamos hartos de ver la cara mala de la moneda, en cambio la cara buena pasa desapercibida para la gran mayoría y son muchos más los que forman parte de esta.

Cambiemos, cambiemos las malas praxis, cambiemos a los politicuchos que no merecen nuestro respeto, mandemos un mensaje a los políticos de élite, un mensaje de ejemplaridad, un mensaje de buen hacer, un mensaje en el que no exista tolerancia ni perdón para los traidores a la patria, un mensaje que haga que el que no tenga buenas intenciones no se atreva a dedicarse a la política.

El mensaje es CAMBIEMOS, por favor, no lo confundan con algún movimiento, plataforma o partido político nacido en el seno del cabreo generalizado y utilizado para conseguir el voto robado por el castigo.

El camino no es el enfado o el cabreo, el camino es la ilusión y el trabajo para cambiar las cosas, cierto es que es más fácil quejarse que intentarlo, pero intentarlo merece la pena.

Cambiemos.