Dos orejas para Juan del Álamo en el festival de Chinchón

Acogía Chinchón su tradicional festival benéfico que reúne en torno a sí, en el epílogo de cada temporada, a gran parte de los profesionales taurinos en el ruedo y en el tendido. En esta ocasión hicieron el paseíllo el rejoneador Sergio Galán, los matadores de toros Fernando Robleño, Iván Vicente, Pepe Moral, Juan del Álamo, López Simón y el novillero Juan Miguel Benito.

Recibió Sergio Galán al primer ejemplar de la tarde con Amuleto, saludando a un novillo que no parecía romper de salida, incluso manseó en ciertos compases de la lidia inicial. Fue el conquense controlando la embestida de su oponente hasta que consiguió dominarlo por completo paulatinamente con Trópico. Ya en el ecuador de la faena, Galán hizo suya su embestida e hizo suyos los tendidos, templando la embestida del animal y sellando tres pares de mágica ejecución que lograron enardecer Chinchón. Prodigó finalmente la petición y paseó Sergio la oreja del novillo.

El primer toro de Daniel Ruiz fue un jabonero al que Fernando Robleño le echó lo mejor de su casa: tuvo casta el de Ruiz, unido a la chispa de la movilidad, pero al mismo tiempo le faltaba un tranco de clase, pues debía darle muchos pasitos el madrileño para poder hilvanar los muletazos en las tandas. Robleño intentó imprimirle temple y fu haciéndose con la encastada pero desclasada condición del astado albaceteño. Destacaron soberbios derechazos por parte del torero, que rubricó su actuación con una gran estocada que puso en sus manos las dos orejas.

Una enorme dimensión mostró el madrileño Iván Vicente con el tercer toro de la tarde, un también jabonero de Daniel Ruiz al que fue embarcando con muchísimo temple a la verónica, entremezclando chicuelinas y rematar con una revolera airosa. En faena se le vino abajo el toro, sonsacando Iván muletazos de expresión y haciendo ver el gran valor que atesora. Lo peor llegó cuando logró meterle la espada, pues se enfrió la petición debido a la tardanza del novillo en caer.

Una oreja cortó Pepe Moral a un novillo que no se andaba con triquiñuelas, pues manseó de salida pero logró el de Los Palacios controlar su embestida pasado ya el ecuador del trasteo. Antes, lo recibió muy encajado a la verónica y logró sonsacarle varios detalles capoteros que rápidamente calaron en los tendidos. Con la muleta, tuvo que tirar de recursos el sevillano y sonsacó muletazos a media altura y posteriormente en cercanías que fueron suficientes para poner en sus manos la merecida oreja que paseó al calor del público madrileño.

El quinto fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre y Juan del Álamo le cortó las dos orejas. El salamantino estuvo en todo momento entregado a la buena condición del toro, destacando su enorme y encajado toreo con la mano derecha, el pitón más potable del astado albaceteño. Del Álamo, que tiró de recursos también al natural, selló con una estocada su cuajada actuación y paseó el doble apéndice.

López Simón volvió a mostrar la dimensión que todo el verano ha venido atisbando. Tras brindar a su cuadrilla el último novillo de su temporada, comenzó de rodillas su faena, mostrando así uno de los mejores toreos de este modo de todo el escalafón. Poco después fue sonsacando tandas de mano muy baja ante un astado manejable que se dejó por momentos. Más en corta distancia en el epílogo muleteril, Alberto prosiguió encajado y sentido ante su cara. Tras la estocada, cortó dos orejas.

Otras dos orejas se llevó el novillero Juan Miguel Benito ante el manso que hizo sexto, un novillo que se entregó pero en su terreno, en la raya del tercio. El novillero anduvo voluntarioso durante toda la lidia del ejemplar, entregándose en todo momento y sellando un concepto de toreo puro.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Chinchón. Festival taurino. Lleno.

Toros de Daniel Ruiz, bien presentados y manejables en líneas generales.

Sergio Galán, oreja.

Fernando Robleño, dos orejas.

Iván Vicente, oreja.

Pepe Moral, oreja.

Juan del Álamo, dos orejas.