Voces vivas en Toledo

La monumental ciudad de Toledo albergó, ya por segundo año, el Festival de Poesía "Voix Vives. De Mediterráneo en Mediterráneo". Del 4 al 7 de septiembre, las calles, plazas, ermitas, cigarrales, sinagogas y patios del casco histórico toledano, sirvieron de escenario para que numeroso público se deleitara con las voces de decenas de poetas llegados de diversos puntos del orbe, especialmente de la región mediterránea. Interesante fue observar cómo este evento era del conocimiento de la población, pues se notaba cuando pedías información sobre el mismo. A las voces poéticas se unieron músicos, contadores de historias y artistas plásticos.

Toledo se volvió una voz viva como lo dice la directora de Voix Vives-Toledo, Alicia Martínez; los versos flotaban en la atmósfera que envolvía la ciudad, atrayendo a niños y mayores a oír voces distintas como si se encontraran en una Babel de nuestro tiempo: acentos de Argelia, Chile, España, Kuwait, Irak, Omán, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Palestina, Marruecos, Cuba, Túnez, Libia, Perú, Egipto, Portugal, Italia, Argentina, Francia... Toledo se volvió una ciudad de las múltiples culturas albergado a poetas como: Zaher Al-Ghafri, Youssef Rzouga, Clara Janés, Ángel Guinda, Begonya Pozo, Abdul Hadi Sadoun, Saleh Diab, Nujoom Alghanem, Noni Benegas, Ali Al-Ameri, Ali Al-Hazmi, Lui Rafael Hernández, José María Cumbreño, Ahmad Yamani, Mohamed Ahmed Bennis, Patricio Sánchez, Óskar Aguado, Mohamed Al-Nabhan, Janine Gdalia, Jeryes Samawi, Mahmoud Sharaf, Michel Thion, Casimiro de Brito, María Luisa Mora Alameda, Óscar Curieses, Claudio Pizzani, Pierre Guéry, Carlos Ávila, Mónica Caldeiro, David Trashumante, Miguel Ángel Sampedro, Francisca Aguirre...

Diversas editoriales de poesía de varios lugares de España expusieron y vendieron sus publicaciones, y también las de algunos escritores invitados al festival. Destaco la llamada Siesta de sonidos y palabras, que se realizó en patios particulares, cuyos propietarios los abrieron para el deleite de todos, como es el caso de Andrés León, en la calle Mercedes 13. Pero también atraían los nombres de los distintos actos, como: De orilla a orilla, Poetas y niños levan anclas, Poesía a la hora del vermut, Café con letras, Lectura al pie del arca, Lectura bajo las estrellas, Artes plásticas y poetas o Lectura a la luz de las velas. O ver un gran papel en blanco en el suelo de una plaza en el que cualquier transeúnte podía escribir unos versos.

Salamanca estuvo representada por el poeta Alfredo Pérez Alencart, profesor de la USAL y colaborador de Salamanca al Día RTV, quien leyó en distintos patios y plazas y en la ceremonia de clausura, celebrada en el imponente cigarral del Ángel Custodio, desde donde la vista de la ciudad era un cuadro maravilloso en la noche toledana; participando también en la Ruta literaria con poetas, donde leyó, junto a los poetas de Omán y Túnez, poemas en lugares emblemáticos como el hotel donde estuvo Rilke, la casa donde vivió Bécquer o la casa donde nació Garcilaso de la Vega. Nos despedimos de Toledo con un hasta pronto en piedra y verso.

Texto y fotos: Jacqueline Alencar