Son nuestros hijos

El pasado més tuve la oportunidad de asistir a un curso de los denominados extraordinarios organizado por la Universidad de Salamanca sobre sexualidad en el más amplio sentido de la palabra, un curso sobre la realidad LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) allí se dieron cita un buen número de conferencias y mesas redondas sobre este amplísimo colectivo que cada vez más se debe tener en cuenta, se habló sobre la homosexualidad en el colectivo gitano, en la tercera edad, sobre transexualidadsobre el matrimonio igualitario, sobre los hijos, sobre nuestros hijos y los hijos de los demás, y aquí es precisamente donde me quiero detener, por un lado Antonio Vila Coro, habló sobre la gestación subrogada. La gestación subrogada o gestación por sustitución es una forma de reproducción asistida en la que, además de los futuros padres, participa una mujer que gesta el embrión. Este embrión puede ser el resultado de una inseminación artificial o de una fecundación "in Vitro" y los gametos pueden proceder de uno de los progenitores y de una donación, de los dos progenitores, o de donaciones.

Esta técnica se produce cuando, mediando un acuerdo o contrato, una mujer, con plena capacidad de obrar, consiente libremente en llevar a cabo la gestación, con el compromiso irrevocable de entregar el nacido a los otros intervinientes que, a todos los efectos, serán los progenitores o padres.

Curiosamente al día siguiente Beatriz gimeno conocida feminista y activista lesbiana, en el mismo curso impartió una conferencia sobre "Vientres de alquiler" que es como se conoce coloquialmente la gestación subrogada, término poco acertado, sin duda, según opinan las familias que emplean ese método para ser padres. Primero, porque no necesariamente ha de haber contraprestación económica. Segundo, porque la mujer que gesta al futuro bebé aporta mucho más que su útero, se implica física y emocionalmente; en todas las leyes que regulan esta práctica se le exige que goce de buena salud y que tenga hábitos de vida saludables. Y tercero, porque los vientres no se alquilan como tampoco se alquilan las personas, eso es una barbaridad que no tiene nada que ver con que la mujer pueda ser compensada por el procedimiento médico al que se somete. Para poner un ejemplo: a lo largo de la vida de un bebé o de un niño es casi seguro que su madre/padre tendrá que delegar su cuidado en otra persona, algunos delegarán en un familiar o en un amigo (y éstos lo cuidarán gratis), otros lo harán en una persona que se dedique a cuidar bebés o niños y estas personas les cobrarán (como es lógico); de igual manera la persona subrogada puede recibir una contraprestación económica por los trastornos que le puedan ocasionar el embarazo, las múltiples revisiones y pruebas que hay que hacer durante el mismo, el parto, el puerperio, el tiempo que estará sin trabajar, etc. Otro ejemplo: los donantes de óvulos o esperma, por ejemplo, reciben una compensación económica por las molestias del tratamiento, donar semen se compensa con 40? y óvulos con entre 600? y 750?. Por último: someterse como voluntario sano a un ensayo clínico es un riesgo y está compensado pero nadie dice que los voluntarios estén alquilando su cuerpo a las multinacionales farmacéuticas. Estas eran algunas de las afirmaciones que mantenía Vila Coro en su discurso, mientras Beatriz Gimeno tiraba por tierra estos argumentos, basándose en que era una relación mercantilista que dañaba fuertemente a la mujer que donaba o alquilaba como ella defiende su vientre, tendría sentido si la mujer lo hiciera de forma voluntaria y altruista cosa que según ella no ocurre en la actualidad. Muchos ha deado que hablar este tema con unos a favor y otros en contra logicamenrte, rios de tinta han corrido llenado las páginas de los periódicos sobre las familias subrogadas que no han podido inscribir a sus hijos en el registro civil español por no considerar esta técnica legal en España, dejándolos indefenso eante los tribunales como mal menor.

La pasada semana acudí al V encuentro estatal de familias LGTB celebrado en Tarragona, tema que como pueden observar nuestro lectores me interesa sobre manera. Allí durante varios día convivieron, convivimos familias de lo más diverso, y eso es precisamente de lo que se trata de dar cabida de una vez por todas a la diversidad que existe a nivel sentimental, sexual, y sobre todo en este caso a la diversidad familiar. Mientras los niños disfrutaban participando en los talleres confeccionados previamente para ellos su papás y sus mamás, de muna o de otra forma defendían sus modelos de familia: Mesas redondas sobre educación y LGTB, ponencias sobre familias homoparentales, talleres simultáneos sobre buenas prácticas LGTB en la Escuela, o Sexualidad y Escuela, o Como gestionamos con nuestros hijos/as su origen. Y allí me volví a encontrar de lleno con un taller sobre la realidad de la subrogación y a Antonio Vila Coro nuevamente derfendiendo esta legtítima forma de ser padrés, junto a el Esther Farnós, que puso los puntos sobre la ies en materia de legislación. El panorama era distinto al de Salamanca, Antonio no venía solo, venía con su marido y su hija Manuela, y con ellos otras muchas familias que habíam optado por la misma opción de la subrogación para poder ser padres, al verlos me sentí uno de ellos y apoyé de lleno este método, que sin duda es un proceso costoso y delicado y en la actualidad no al alcance de todos. Ellos hablaron de sus experiencia, nos presentaron a las madres gestantes, nos hablaron de la relación que se establece entre ellos y la familia gestante. Pero también de las dificultades que esto entraña, de los pocos paises que lo permiten, de la intolerancia que existe en España por parte de nuestros gobernantes. Y todos juntos nos convencimos de que la fórmula es perfecta siempre que los beneficiaros sean todas las partes implicadas, que la madre no sufra ningún tipo de riegos, que los niños puedan llegar a casa con sus padres y ser admitidos en su pais, que permitan que se los quiera y las leyes amparen este amor. Sin duda lo más importante es que se legisle, que se regule, esto hará que todo sea más fácil, menos costoso, y que muchas más familias tengan la posiblidad de tener acceso a ello. Mientra tanto, como tantas veces ocurre con otros aspectos que ahora no vienen al caso, bajo cuerda en nustro país, se lleva a cabo esta práctica, con mucho menos control, con más riesgos sobre todo par la gestante, posiblemente en este caso nuestros políticos si que están favoreciendo y encubriendo "El vientre de alquiler", ya que en nuestro país la gestación subrogada es alegal: El artículo 10 de la Ley 14/2006, de 26 de mayo, sobre Técnicas de Reproducción Humana Asistida establece que el contrato por el que se convenga la gestación, con o sin precio, a cargo de una mujer que renuncia a la filiación materna a favor del contratante o tercero es nulo de pleno derecho.

Sin embargo, la Instrucción de 5 de octubre de 2010 de la Dirección General de los Registros y el Notariado ha dejado sin contenido efectivo la prohibición de la gestación subrogada al contemplar la inscripción en el Registro Civil de niños frutos de esta técnica siempre que el procedimiento se haya llevado a cabo en un país en el que dicha técnica esté regulada, que uno de los padres sea español y que exista una resolución judicial que garantice, entre otros aspectos, los derechos de la mujer gestante. En la anotación que se haga en nuestros registros no figurará el nombre de esta mujer.

Esto crea una importante discriminación entre aquellos españoles que se pueden costear el tratamiento fuera de nuestras fronteras y los que no pueden hacerlo.