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Cerezos en flor de Fundão, una estampa para conservar en la retina
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PAISAJE PRIMAVERAL EN LA SIERRA DE LA GARDUNHA

Cerezos en flor de Fundão, una estampa para conservar en la retina

Actualizado 12/04/2018
Raquel Martín-Garay

PORTUGAL | Esta comarca de la Beira Baixa se dispone a recibir el apogeo de la floración en los próximos días

Paseos a pie, en bicicleta o en tren, vuelos en globo o una merienda campestre, son sólo alguna de las experiencias que esperan a ser vividas durante este mes de abril, en medio de un paisaje blanco en la Sierra de la Gardunha.

Este concejo portugués situado en el centro-este del país, ha sobresalido por la calidad y cantidad de sus cerezas, que suponen más del 50% de la producción total de Portugal.

Fundão sería a Portugal lo que el Valle del Jerte es a España. La cereza es la marca por la cual Fundão ha sido situado en el mapa, nacional e internacionalmente, y se ha convertido en su motor económico, tanto comercial, como turístico. Desde hace años, Fundão dinamiza las visitas de los viajeros, que llegan por miles estos días para contemplar el paisaje inmaculado, a través de un completo programa turístico.

La Ruta de la Cereza está formada por siete puntos de interés dentro del concejo. Todas las paradas están bien señalizadas, con aparcamiento y paneles informativos. La ruta se compone de parajes de particular belleza, como el Alto de San Macario, y miradores desde los cuales divisar las terrazas de la Sierra de la Gardunha repletas de flores blancas, pues los cerezos se sitúan en desniveles que van desde los 550 a los 1.100 metros de altitud.

Durante todos los fines de semana del mes de abril, un tren turístico recorre los escenarios donde se encuentran las principales plantaciones de cerezos, entre las localidades de Alcongosta, Alcaide y Souto da Casa. Esta es una pintoresca y cómoda manera de admirar este paisaje primaveral, que ocupa una extensión de unas 1.800 hectáreas en total.

El viaje en globo constituye, sin duda, la opción más atractiva para los que procuran una perspectiva global y diferente, además de ser una experiencia motivante por sí misma.

Cerezos en flor de Fundão, una estampa para conservar en la retina | Imagen 1Si nos apetece complementar la delicia que ya supone pasear entre cerezos en flor, podremos encargar una cesta de pícnic en la oficina de turismo de Fundão, que contendrá toda una serie de caprichos elaborados alrededor de la cereza: té de cereza, bombones de cereza, galletas de cereza, licor de cereza, cerezas deshidratadas, pastel de nata de cereza, además de los embutidos y panes de la zona y el típico 'queso amarillo' de la región.

Tal y como los japoneses vienen haciendo tradicionalmente mediante la fiesta del hanami, en Fundão también se puede conversar y comer bajo los sakura (cerezos floridos), y celebrar la renovación constante de la vida que supone cada estación.

El apadrinamiento de cerezos promovido por el municipio, contribuirá a engrandecer la población de frutales de la Sierra de la Gardunha y a impulsar su economía, basada principalmente en la agricultura, las industrias agroalimentarias y tecnológicas y el turismo. Quien apadrine un cerezo, disfrutará de un 10% de descuento en los alojamientos participantes en el programa y quedará para siempre ligado a esta tierra.

Podremos realizar esta ruta por nuestra cuenta, a pie, en bici o en coche, o bien utilizar los servicios de autobús, todo-terreno, tren turístico, vuelo en globo o acompañamiento de un guía, que facilita la oficina de turismo.

Patrícia Ramos, de la Oficina de Turismo de Fundão, nos informa que este año el programa turístico se va a prolongar hasta finales del mes de abril, debido al retraso con que ha llegado la primavera. La floración se ha producido ya en los cerezos de la vertiente meridional de la sierra y se espera que la eclosión masiva de los situados en la vertiente septentrional, -donde se encuentran las grandes plantaciones de cerezos-, se produzca a lo largo de los próximos días, estando previsto su apogeo durante este próximo fin de semana.

Los incendios que padeció la región durante el año pasado, afortunadamente, no llegaron hasta esta zona de cerezos, de los que viven muchas familias en Fundão, directa o indirectamente. El castaño y el roble son los árboles autóctonos predominantes en la comarca, que se halla en un periodo de recuperación, reforestación y adopción de nuevas políticas forestales.

Aquí nos cuentan que, originariamente, el cerezo era un árbol ornamental, que se introdujo en los jardines de Alcongosta a finales del s. XVIII. Su plantación aumentó cuando sus frutos y su madera se convirtieron en moneda de cambio en las transacciones comerciales con el litoral portugués, donde se compraba, principalmente, sal.

Hablamos con Luís Pinto, director general de Cerfundão, empresa dedicada al embalaje y comercialización de la cereza de Fundão, sobre el invierno tan largo que estamos viviendo este año. Al respecto, Luís Pinto afirma que "la prolongación del invierno ha hecho que la floración se retrase unas tres semanas, sin que ello incida en la calidad esperada en el fruto".

La temporada pasada se recogieron en Fundão 850 toneladas de cereza. Este año, las estimaciones prevén alcanzar el millar de toneladas, "si no hay fenómenos meteorológicos adversos de ahora en adelante, las primeras cerezas comenzarán a cogerse hacia el 20 ó 21 de mayo", asegura Luís Pinto. Sus principales mercados serán Portugal y el centro y norte de Europa.

En la región de Cova da Beira en la que se integra Fundão, se elaboran otros muchos productos hortofrutícolas, como el aceite. El melocotón de Fundão ha alcanzado también una identidad propia como marca.

De los cerezos añosos de la vertiente sur de la sierra, de mayor porte, pasaremos a las largas hileras de cerezos de la ladera norte, todo dentro de este micro-clima tan especial de la Gardunha, con tantas variantes, que hace que el paisaje mude cada pocos kilómetros.

Al visitar Fundão durante estos días, nos sumergiremos en uno de los escenarios más deslumbrantes de la Naturaleza, la floración de los cerezos. Su contemplación consigue detener nuestro pensamiento y nuestro caminar. Sus flores efímeras son una lección sobre la mudanza de cual está hecha la vida.

En una tarde de abril, en medio de esta hilera de flores blancas, con el verdor de la tierra y la refrescante visión de los neveros de la Sierra de la Estrella al norte, nos convencemos de que, parte del encanto de viajar, está en detenerse.

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