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Una Navidad a la portuguesa, la riqueza etnográfica lusa
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TRADICIONES al otro lado de la frontera

Una Navidad a la portuguesa, la riqueza etnográfica lusa

Actualizado 24/12/2017
Raquel Martín-Garay

En el país vecino tienen una gran variedad de costumbres, según las regiones, que son propias de estas fechas festivas

La Navidad en Portugal es una época propicia para los encuentros familiares que, al igual que en España, transcurren casi siempre alrededor de una mesa.

Por aquí, alargamos las fiestas hasta el Día de Reyes, sin embargo, en Portugal, todo acaba el día 1. En algunas zonas rurales del país, aún se mantiene la tradición de juntarse el día 6 de enero para merendar el Bolo Rei (Roscón de Reyes) y cantar "as Janeiras", canciones populares de buenos deseos que se cantan durante el mes de enero ("janeiras" viene de, "janeiro", enero).

El Bolo Rei, y su versión sin fruta escarchada, -Bolo Rainha-, se pueden hoy encontrar prácticamente en cualquier época del año en las pastelerías portuguesas.

Nuestros vecinos tienen una gran variedad de postres y dulces navideños, que suelen elaborarse en casa. Aunque cada región tiene sus costumbres, vamos a hablar de alguno de los dulces más consumidos por todo el país:

Las Rabanadas son como nuestras torrijas, pero en Portugal se comen por Navidad, en lugar de en Semana Santa.

La Aletria es un postre que se hace cociendo fideos y yemas de huevo en leche con azúcar, cáscara de limón y canela.

Las Filhós son muy habituales en las Beiras. Están hechas con una masa de harina y huevos, que se fríe y se espolvorea después con canela y azúcar.

La Azevia es un pastel frito de masa tierna y relleno de dulce de almendras, boniato, cabello de ángel, puré de judías o garbanzos.

La Lampreia de Ovos se elabora a base de huevo hilado, adoptando la forma de una lamprea.

Portugal estrena el mes de diciembre con un día de fiesta: el 1 de diciembre se conmemora la Restauración de la Independencia de Portugal, mediante la cual el país dejó de pertenecer a España, después de 60 años, un 1 de diciembre de 1640.

La noche del 24 es la más tradicional de las fiestas. Amigos y familia se juntan en la Consoada, o cena de Nochebuena. El plato principal suele ser "bacalhau com todos", bacalao cocido acompañado de patatas, col portuguesa y huevos cocidos. Un plato tan sencillo como sabroso.

Después de medianoche o a la mañana siguiente llegará el Menino Jesús, que es quien trae los regalos (prendas de Natal), aunque en Portugal también está ya muy extendida la figura de Papá Noel (Pai Natal).

La comida de Navidad sigue siendo un encuentro eminentemente familiar y casero, que suele comenzar con una Canja de Galinha (sopa de gallina) y continúa con el "farrapo velho" (ropa vieja) que se hace con los restos del bacalao de la noche anterior o con algún plato de carne, como cabrito asado, tostón o pavo relleno.

El Madeiro de Natal

En los pueblos de las Beiras y en algunos de Trás-os Montes existe la costumbre de apilar leña en la plaza de la localidad durante los días previos a Navidad. A esta pila se le denomina "madeiro". Suele encenderse la noche del 24 y en algunas localidades permanece encendido hasta el día de Año Nuevo.

Al pie del madero acuden los vecinos después de la Consoada, para compartir un buen rato al calor del fuego.

Simbólicamente, el madeiro es encendido la noche del 24 para calentar al Niño que va a nacer, pero también está vinculado a las tradiciones paganas asociadas al solsticio de invierno. Constituye, sobre todo, una forma de confraternización vecinal.

La localidad de Penamacor, en la Beira Baixa, es hoy conocida como "Vila Madeiro" por el enorme madero que montan y por la animación que organizan en torno a él.

Otras fiestas en pueblos cercanos

En Vila Viçosa (Guarda) el 26 de diciembre se celebra el Magusto da Velha. Al parecer "la Vieja" era una señora que dejó en herencia suficiente dinero como para distribuir castañas asadas y vino para todo el pueblo un día al año.

Desde entonces, el día de San Esteban por la tarde, desde el campanario de la iglesia y mientras tocan las campanas, se lanzan cerca de 150 kilos de castañas sobre los asistentes, que se apresuran a cogerlas. Después, son asadas en el madeiro de Natal, acompañadas de vino.

Entre los días 26 y 28 de diciembre, en algunos pueblos de Trás-os Montes se celebra la Festa dos Rapazes o Fiesta de los Mozos. Comienza al alba con cohetes y gaiteros recorriendo la aldea. Durante toda la jornada, recogen embutidos por las casas, con los que después se servirá una merienda de convivencia para toda la población. Los mozos (rapazes) van disfrazados con máscaras y caretas típicas de esta tierra trasmontana. En Constantim (Miranda do Douro) se celebra, además, con la danza de los pauliteiros.

Merece la pena visitar una pequeña aldea de montaña llamada Cabeça, en la Sierra de la Estella, donde toda la población se involucra en los preparativos de un evento 100% sostenible: la "Aldeia Natal de Cabeça". Todos los adornos son elaborados a partir de materiales recogidos en la naturaleza y los vecinos mantienen las puertas de sus casas abiertas a los visitantes.

La Navidad se vive, en gran medida, de puertas para fuera. Muchas localidades organizan eventos de animación de calle. Algunos constituyen verdaderos espacios temáticos, como Óbidos Vila Natal y Bragança Terra de Natal. A destacar el Belén viviente de Priscos, en Braga.

Se cierra el año celebrando el "Réveillon" con amigos. Algunas localidades portuguesas son conocidas por ser destinos de Fin de Año típicos, como Nazaré, Figueira da Foz o Lisboa. En ellas hay fuegos artificiales y conciertos gratuitos al aire libre.

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