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Horas de guardia con el poeta Alencart
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REFLEXIÓN DESDE COLOMBIA

Horas de guardia con el poeta Alencart

Actualizado 29/04/2017
Redacción

El humanista Jaime García Maffla escribe sobre divino en lo humano y el adentrarse en los otros, usando textos del poeta peruano-salmantino

¿Es que es posible afirmarse entre duelos, alcanzar en cada cosa, asunto, oficio, urgencia o llamado, el "otro lado", cuando de éste están las anticipaciones que siempre paralizan?? Y lo distinto se hace lo igual, como en el vencimiento de la quietud se vuelven los ojos hacia el cristal de la ventana que deja mirar al cielo abierto para ir al afuera y hacer que ese "afuera" se adentre en nuestro hacer a tientas? Aquel "ser o no ser" de Hamlet no es la cuestión, sino hacerse y ser en medio del no-ser.

La oportunidad de un realizarse o de realizarnos, aún de ser solamente reales, se da como único e íntimo gracias a cuanto se nos opone, hiere y vence: "Sólo siguiendo nuestro instinto ?palabras de Cesare Pavese?, el modo de ser inicial, espontáneo, podemos sentirnos justificados, en paz, con nosotros mismos y con nuestra propia medida". Pero también por la creencia, por la entrega y en medio de la acción el olvido de sí. Una estrofa, casi por soleares, de A. P. Alencart:

Lo pequeño es lo grande:

Una gota de luz

Un hombre ante la multitud.

Y ese: "Oh poesía, espera, aún no partida, pero continua despedida", de H. Broch. En los versos arriba transcritos, dice Alencart, aclarando de nuestra parte que este "un hombre" no es el impersonal sino, justamente, la persona única y única, se deja como verdad que la invalidez es la sola tierra abonada al valor.

Enigma y milagro, aún saber que por todo se está en y entre el misterio, y que, con el haz de temores que en ofrenda elevamos al Destino; llevan siempre dentro del milagro el saber que existe un "algo" donador de confianza. En lo más inalcanzable del horizonte se dibujan, tanto el saber vivir, como el poder vivir. El no saber vivir y el no poder vivir. ¿Cuándo lo ininteligible se hace transparencia?

Paradójico es que en la lengua latina, la palabra "fin" indique a la vez término y meta? En una sola voz la conclusión de algo y algo inalcanzable hacia lo cual se deberá siempre tender para preservarse en la fuerza del espíritu. Diríamos que se vive de contrarios, como en el ser humano pueden entrar en pugna espíritu y materia, la eternidad y la fugacidad, o aquello que también él a un tiempo es y no es. Complementariedad de lo analógico y de lo antitético. Otra oposición que une lo diverso es la elevación por la caída, que para ascender en lo afectivo, en lo interior o en lo espiritual, sea necesario antes un descenso y una sucesión de supresiones, aún de derrotas y desapariciones, como la del propio "ego", que para alcanzar el Todo debe dejarlo todo, o ser dejado, dejarse y alcanzarse en el despojamiento.

Lo divino y lo humano, no, sino lo humano en lo divino o éste en aquel. ¿Y quién creyó, con tal acierto que si su emoción no ha sido templada por el dolor humano, le serán, al fin, negadas la dicha y la consolación de la poesía? Para E. Cassirer, "La creencia en la magia ?en nuestro caso fe por la entrega- se basa en la convicción profunda de la solidaridad de la vida".

Milagro que se da entre todo cuanto es su negación, planteado así en un poema de Alfredo Pérez Alencart:

Magnífica mañana

viendo florecer cerezos

entre pinos y piedras rojas.

Ensoñación de vida y certeza de muerte. Y del mismo Alencart en su poemario Cristo del Alma, líneas que traemos para indicar que sí es posible ponerse en movimiento, no lo es desde el adentro nuestro, sino desde un adentrarnos en lo otro y los otros: "Ayúdame a ayudar todas las jornadas puertas afuera, disciplinando la magnitud de mi entusiasmo silencioso de la tierra a la tierra de tus pisadas distintas a las otras, pactando contigo el invierno que habitamos, la Navidad que pesa en el espíritu de mi presentimiento, en el tórax de mi filiación hurgándome con su filuda estalactita. Enrollaré las leyes para que no resulten cual pesadillas o un futuro sin futuro: en esta concesión no se posterga ni se traban las mandíbulas. Allá con quien pestañea sus perjurios o pasa de puntillas ante la indigencia ajena. Ayúdame, hermano, que hablo a solas en tus aurículas. Ayúdame, hijo de las esencias: cumplo horas de guardia".

Jaime García Maffla

Guaymaral, Colombia, 28 de abril de 2017

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