Décimo 23 de Abril sin Umbral

Pero tampoco esto resolvería el problema, pues opinar no es un resumen de prensa de manera telegráfica, sino algo más allá y que se ejerce de manera culinaria; o sea, opinar es imaginación y es también la puerta de salida de la información después de salpimentada. Sobre esto Umbral decía que "hay que crear continuamente realidades nuevas. Eso era vivir y, sobre todo, escribir". Y añadía: "La realidad hay que inventarla siempre a partir de cuatro datos que nos da la vida". Imaginación y más imaginación. ¡Qué pena que la innombrable, diez años se cumplirá en el próximo solsticio, lo sacara a la fuerza de esta vida! Seguro que él jamás se hubiera querido marchar.

A veces pensamos en aquel Umbral de los ochenta-noventa suplantado a la actualidad y, refiriéndonos a su estilo, a la forma, lo imaginamos así: "...de vuelta de comprar el pan, pasé a añadir a la cesta de la compra la prensa del corazón; doña Paquita, quien regenta el quiosco, siempre tan atenta, me dice que esta semana viene bien cargadita de esas noticias que a servidor le ayudan a digerir el desayuno; es buena costumbre apoyar a doña Francisca en su sustento, y tan importante como eso es estar bien informado de las cosas de la cultura y de la política, que hoy no existen para tal fin revistas que superen a las del corazón y la entrepierna. Me entero que lo de don Mario va bien; la oficiosa señora del señor terminará por hacer que siente la cabeza y termine como escritor en su nómina. Lleva razón doña Paquita, las revistas vienen bien cargadas. Hojeamos y es don Felipe, tan apuesto que más parece haya fichado por "La Vaca que Ríe" que haber cruzado su vida con un queso de apellido tan español como manchego. Todo en su punto, estoy deseoso de llegar a casa para conocer el análisis proletario de la actualidad en boca de un personaje de la altura de don González...".

Hasta aquí... Ha sido la imaginación nostálgica sobre un Umbral vivo, perdón por nuestro atrevimiento y disculpa a los protagonistas, tan genial que cuarenta años después sería capaz de seguir sacando metáforas e ironías con Valle-Inclán, Ramoncín, Vitoria Vera o Pitita Ridruejo. Y fue maestro y catedrático del ingenio sin pasar por la Universidad, como Juan Ramón Jiménez, Nobel, o como Cela, otro Nobel licenciado de la vida, o Miguel... Pero a Umbral, como a Cela, con posterioridad le abrieron las puertas del autodidacta universitario para reconocerle un emérito y merecido "honoris causa".

Para muchos, Umbral siempre será un referente de buena lectura; para otros, desgraciadamente, sólo aquel señor que, como un energúmeno, salió por televisión recordándole a "la Milá", doña Mercedes, el punto de "¡yo he venido aquí a hablar de mi libro!". A propósito, perdonen que nos citemos, pero en uno de nuestros artículos de días atrás nos referíamos a lo poco que queda de un reconocido escritor una vez pasado el tiempo, apenas cincuenta líneas, y recordaba también cómo un afamado autor dijo: "escribamos esas cincuenta líneas y disfrutemos de la vida". En el caso de Umbral, muy injustamente, quizá no se lleguen a recordar esas cincuenta líneas, sino, como mucho, aquella referida "coña marinera" que, en un estado de excitación mental, para vender un par de ediciones, un lejano día le dijera a la sin par señora Milá. ¡Ojalá nos equivoquemos y sus escritos perduren en el tiempo!

Habíamos comenzado el presente artículo hablando del tsunami de informaciones que hoy asaltan a un escritor para ejercitar su ingenio, y con Umbral creemos que nos quedamos cortos, pues qué no le sacaría él a la acción de un delincuente que, en Cádiz, la semana pasada, a cara descubierta, apuntando al cajero con un cuchillo, roba un banco y sólo pide 500 euros. Discúlpenme, vamos a ponernos en el lugar del delincuente, nosotros somos él, y el traficante nos acaba de decir que se nos ha agotado el plazo para devolver nuestra deuda de droga, ¿a quién tememos más, al traficante o al guardia? Seguro que nos cogerá la policía, pero a pesar de ello probablemente entraremos en el banco, pues con la devolución de los 500 euros salvaremos la vida y entraremos limpios en la cárcel. Pero ¡ojo!, esto no es apología del delito ni de la droga, esto es un suponer, que nosotros estamos en contra de las armas, de las drogas y también de los cuchillos. Sin embargo, enlazando con las frases de Umbral señaladas al comienzo, con este ejemplo cumplimos con los "cuatro datos que nos da la vida" y a los que se refería don Francisco, Umbral, Paco. ¡Gracias!