Las cuatro esquinas y mi infancia

Mi amigo Antonio es forastero, de la tierra de "María Santísima", pero afincado en pueblo, a temporadas, pues su mujer es de nuestro terruño. Y me cuenta que se ha hecho bien aquí, y que le gusta vivir sus costumbres, recorrer sus campos, conocer sus plantas, las especies de animales propias del lugar, y, sobre todas las cosas, su historia, su manera de ser y su patrimonio cultural y social. Muestra mucha curiosidad por lo nuestro, y me he comprometido a programarle unas visitas turísticas y sociales, para que nos conozca en profundidad, y se convierta en una identidad con nuestra idiosincrasia.

He quedado, para comenzar el paseo urbano, en las "Cuatro Esquinas", a las nueve. Y he elegido este espacio, porque fue mi escuela de vida, donde yo me empecé a abrir al mundo y a conocer sus entresijos. En las "Cuatro Esquinas" lo aprendí todo: a jugar a los montones, a los cuadrines, a los platines, al carrete sin perras, a la panada y a "tres nabos hay en la cuba"; y, en las "Cuatro Esquinas", yo aprendí que los muchachos tenemos que ir a la escuela todos los días, mientras somos niños, y que, al tiempo que vamos a la escuela, hay que practicar el juego del mate, el brinquillo corrido y el "dao". Yo lo aprendí, pero yo no iba a la escuela porque era chico: había que tener seis años, y yo tenía cuatro; por eso, mi padre me apuntó a la escuela de doña Petra, que estaba en la calle de La Plata, en la casa de Juan el Chiquino, pared con la posada de Prim, y casi enfrente de la barbería de Jesús el Contra, y, enfrente mismo, de la tienda de señor Aceiterín.

Y las "Cuatro Esquinas" fueron mi escuela de chico, chico. Desde aquí, empecé a distinguir que es un joven, una persona mayor y una anciana; desde aquí, descubrí lo que es una moza, y lo que es una cuadrilla o panda de mozos y de mozas; y desde aquí, vi como se divierten los mozos con la jarra de vino en casa del tío Pondera; y, las mozas, con los seductores paseos, por la calle, por la plaza, por la era y en el baile; y desde aquí, supe que si un mozo y una moza se los ve juntos, y ella va a buscar agua al pozo con el cántaro, a la hora de salir el mozo del trabajo, es que son novios, y que los novios se casan y forman una familia, que vive aparte de los padres, y tienen hijos. Yo, entonces, no sabía cómo se hacen los hijos, caso es que los tenían; y conocí lo que es una boda, porque el día del enlace, ella iba de blanco y muy guapa, y él, con un traje oscuro, tirando a negro, y todos los invitados van detrás, también muy elegantes ellos y ellas; y advertí que ya se habían casado, porque observaba como algunos invitados se dirigían a sus casas con una envoltura blanca, (su pañuelo del moco), y que, en él, guardan una rosca bañada, unas avellanas y un bizcocho; y también me enteraba de que se habían casado, porque los mozos y las mozas recorrían las calles del pueblo con Pachulo, y se paraban en las "Cuatro Esquinas" y echaban un par de bailes, que decían valseos.

Y desde aquí, supe lo que era una procesión, y que unas eran más importantes que otras, por la gente que iba; yo distinguía la procesión de san Roque de la del Corpus, porque, en una, se bailaba, y, en la otra, el cura llevaba una efigie redonda con rayos, y, en el centro, una cosa blanca, y la gente cantaba y Pachulo tocaba unas canciones, que la gente no bailaba.

Y, en las "Cuatro Esquinas" experimenté y diferencié a un buey, a una vaca, a un caballo, a una mula y a un burro; y me percaté para qué se usaba cada uno; y lo que son las ovejas comuneras, porque el señor Miguel el Garrapo cruzaba, con ellas, por las "Cuatro Esquinas, camino de la ermita del Cristo.

Y aquí comprobé que los muchachos de las "Cuatro Esquinas" eran un punto más listos, que los demás muchachos del pueblo, porque ellos no eran capaces de resolver aquel acertijo que decía: "Cuatro esquinas, cuatro gatos, cada gato mira a tres, ¿cuánta gatería es?

Y Antonio me escuchaba atento. Y, al final, me dice: ¿Por qué llaman al recinto "Cuatro Esquinas", si tiene seis?

Le respondí que las esquinas de la calle de la Botica no cuentan, que las "Cuatros Esquinas la limitan solo: las dos esquinas de la calle Retuerta y las dos esquinas de la calle de La Leche.