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José y María, unos refugiados
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José y María, unos refugiados

Actualizado 09/12/2016
Redacción

Una humilde pareja recibe la información de que su hijo correrá peligro si nace en su propio país. Su vida está en juego. María, con un embarazo avanzado, y José, como hacen tantos padres en su caso, deciden huir. Es fácil imaginárselos: María montada en el burro, sentada sobre el aparejo, con las piernas hacia el mismo lado, como hacen las mujeres embarazadas. No hay otra forma de viajar para los pobres, solo un pequeño burro que caminaba lentamente, demasiado lentamente para quienes huían sobresaltados. José, justo detrás, con una pequeña vara, dando pequeños golpes en las ancas del pollino, recordándole una y otra vez, que no debía pararse, ¡vamos, vamos, camina, camina"!. Un camino polvoriento y pedregoso que impide levantar la vista a los caminantes y hace tropezar al burro de cuando en cuando.

El burrito va muy cargado, una mujer embaraza y unos serones llenos de enseres recogidos precipitadamente, sobresalen por todos lados. Abultan más que el propio animal. Él no conoce el camino, no sabe dónde va; en cada cruce es necesario que José se ponga delante y le oriente tirando del ronzal; sorprendido, en cada cambio de dirección, levanta un momento sus largas orejas, para dejarlas caer a los lados, de nuevo y volver a sus pensamientos de burro leal y sufrido.

La tarde caía rápidamente, antes de alcanzar la primera frontera. Las prisas siempre se comen el tiempo a bocados.

El miedo a ser descubiertos y el riesgo de una caída de María les llena de ansiedad; pero no hay vuelta a tras?y la frontera se alarga y alarga." ¿Cómo vas?", le pregunta José. Voy, todo saldrá bien" le contesta María; Y tu, "¿estás cansado?", pregunta María, "no, eso no importa, lo importante es salir de este país cuanto antes", le dice José.

María y José comparten el mismo temor, pero se lo callan para no alarmar al otro: ¿estará vigilada la frontera?, ¿nos dejarán pasar?,

Por fin, bien caída la noche, llega la frontera. Es una noche de invierno, estrellada y fría, el silencio temeroso lo llena todo, solo se oyen las pisadas del burro, con tropezones intermitentes en las piedras

Desde el último recodo antes de la frontera, José mira, a escondidas, con desconfianza, mientras María detiene el burro y su propio aliento, unos metros más atrás. Hasta el animal percibe el temor y levanta de nuevo sus orejas.

¿Estará vigilada la frontera?, ¿habrán puesto alambras y guardianes?, ¿tendrán que separase del camino e intentar pasar campo a través? La espera se hace eterna.

De pronto, reaparece José saltando, con los brazos en alto, gritando: "Vamos, vamos, que no hay nadie". "Bendito sea Dios", responde María, mientras grita al burro: "arre, arre", dándoles con los talones en la barriga para animarle?

Un mojón de piedra, y un letrero, 5 Km. a Belén, es toda señal humana; frontera olvidada entre países pobres que no tienen nada que guardar.

José y María, hablan y hablan sin parar, relajados, una vez pasado el mayor peligro. Incluso ríen, y José canturrea de cuando en cuando.

Pero poco después, María empieza sentirse incómoda, la cría no deja de moverse, la albarda está muy dura, el burro se tambalea y tropieza?. María tiene las primeras contracciones. Consigue no quejarse durante un largo trecho del camino. Hasta que no aguanta más y le dice a José: "tenemos que parar, no puedo más, tengo contracciones".

Es demasiado tarde para buscar posada, si la hubiere, y no saben si serían bien recibidos.

José ayuda a María a bajarse del burro cogiéndola en sus brazos: "encontraré un sitio, ya ha pasado el peligro, espera aquí, vuelvo enseguida".

José corre nervioso buscando donde poder cobijarse para pasar la noche, mientras María espera de pié, junto al burro en medio del camino.

En la entrada del pueblo, José encuentra una cuadra, la puerta está abierta. Vuelve corriendo anunciándose desde lejos a María: "ya tenemos un sitio, no pasaremos frío".

Siga usted, estimado lector esta historia. Use los siguientes datos: un establo con varios animales que reaccionan con inquietud, pero pronto se tranquilizan, el ambiente es tibio, oloroso y húmedo, haces de heno y unos sacos con paja, varios pesebres, no hay luz, ni agua, una pareja de adolescentes, la mujer embarazada que se pone de parto y finalmente pare un hijo que llaman Jesús.

Describa con detalle todo lo que pudo pasar esa noche, permítase describir como les encontraron y ayudaron los pastores, siempre hay gente con buen corazón.

No sé si necesitará usted añadir la visita de los reyes majos, las luces de la ciudad y la publicidad navideña, convirtiendo en un cuento esta historias.

Yo le dejo con sus dudas o sus creencias: ¿Quién era Jesús, además de un hijo de dos refugiados adolescentes? Yo no lo sé, pero es seguro que fue alguien que nació en un establo y murió condenado en una cruz porque los poderosos lo consideraron muy peligroso. A los demás nos dejó muchos mensajes y nos cambió para siempre el calendario.

Navidad 2016

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