Sorpresa

Después de la sorpresa, y también estupor que aún colea, de que el político Donald Trump pueda haber llegado a ser el 45 Presidente de los EEUU? después de que Podemos diera la suya superando al PSOE en las encuestas del CIS. Después de que Hernando diga ahora que no apoyará los Presupuestos, después de la reaparición de la "Pantoja"? después? después? después? Pues no pasará nada. Recordar, que en su momento, ni se cayó La MIR, ni ¡se acabó el Mundo! Y mucho menos acertó Paco Rabanne en sus predicciones fatalistas; aunque hubo muchos, que eso sí, al día siguiente presumían de que ellos nunca se lo habían creído, cuando los demás estaban acojonados durante el trascurrir del Eclipse solar y las consecuencias que de él pudieran derivarse? ¿Quién se acuerda ya de ello?

--El mundo sigue, a su aire y la vida también?

A lo largo de mi vida he tenido muchas sorpresas. Ya estoy curado. Pero siendo así; aún recuerdo la que me llevé en el querido pueblo de Cantalpino, hace ya muchos? muchos años. Y, debo decir: Que al día siguiente del "sucedido" cuando familiares y conocidos me preguntaban por, ¿Qué te pasó con la señora Encarnación?... Yo también decía: "Que no había sido una sorpresa, que había sido un "cogerme desprevenido". Aunque la verdad es, que estuve "marcado" durante un tiempo y no solamente en lo físico; sino también en lo moral. Ello fue como os cuento?

"Fue por el año de 1959? cuando estuve de caza por aquellos pagos de privilegio, concretamente por la zona del "Sierro" y el llegar hasta allí, lo hice en mi moto "Lambretta" roja, de la que tan orgulloso estaba. Y cacé largo y tendido, perdices, liebres y conejos que abundaban en demasía y pronto una gran "percha" colgaba a mi cintura. Luego, antes de regresar, tenía que desplazarme para hacer un "mandao" a la farmacia de Don Desi en Cantalpino. La odisea comenzó cuando entré en la calle principal del lugar; que en aquella época estaba llena de barro. Subir por aquella empinada cuesta y por las roderas que habían dejado los carros de bueyes y mulas, fue penoso. A duras penas conseguí llegar a la farmacia de Don Desi y una vez recogida la medicina, inicié la marcha hacia Poveda de las Cintas.

Entonces y cuesta abajo, la moto patinaba, a pesar de que yo llevaba apoyados los pies en el suelo. Llegó un momento en que no pude dominarla, "derrapó" y se fue de frente contra una puerta que estaba cerrada. Cada vez que yo apretaba el embrague, la moto golpeaba más fuerte con su rueda delantera en la misma. De repente? y en el ajetreo, escuche una voz airada de señora que a voz en grito, decía: Ya voy? ya voy, ¡pues no digo yo? que prisa trae quien sea!

Y no veáis? yo con el susto en el cuerpo diciéndola:---Por favor, no abra---Pero la señora Encarnación, abrió la puerta y la moto liberada del obstáculo y a toda velocidad "cogió" pasillo adelante y no paró hasta que saltando los tres escalones de casa?corral, fue a chocar frontalmente con el gallinero que había en la cuadra.

Lo que allí ocurrió, fue inenarrable; por el suelo del pequeño habitáculo se "desparramaban", perdices, conejos y liebres, ya muertos y que yo llevaba en la moto, plumas de gallinas y? ¡gallinas cacareando alborotadas! Y en medio de todo aquel desaguisado yo; dolorido y asombrado.

La señora Encarnación, se había quedado totalmente muda. Y, cuentan, después del "evento" vecinos de Cantalpino, que durante muchos días, solo repetía ¡Chacha? chacha? pasó como una exhalación!

---En agosto de 1998 fui Pregonero de las fiestas de Cantalpino. Un gran HONOR. Y? ahí lo dejo.

Anselmo SANTOS

Contador de historias humanas

Fotografía: Jesús Barbero