La organización agraria asegura que ha sido 'muy decepcionante' para la agricultura salmantina por la falta de rentabilidad pese a las buenas producciones, y 'preocupante' para la ganadería por las amenazas sanitarias
El informe anual de la organización pone el foco en la paradoja que vive el campo salmantino: a pesar de haber registrado un buen año en términos de volumen de producción agrícola, la rentabilidad ha brillado por su ausencia. Según UPA, "no salen las cuentas en ninguno de los cultivos" debido al desequilibrio entre los bajos precios de venta y unos costes de producción que continúan al alza.
La situación es especialmente crítica en el sector del cereal, donde los precios se mantienen en niveles "ruinosos" durante todo el 2025. La organización señala directamente a la "enorme importación de cereales", especialmente ucranianos sin aranceles, como factor determinante que impide la subida de las cotizaciones, mientras que insumos básicos como el abono son ya un 10 % más caros que el año anterior.
Desde la entidad advierten que los buenos años productivos deberían servir para generar reservas de cara a las malas campañas, algo que este año ha resultado imposible. "O la Unión Europea y el Gobierno ponen remedio, o los cerealistas lo van a pasar muy mal y el futuro es dejar de sembrar mucha superficie de peor calidad", alertan.
El balance de 2025 también destaca el mal comportamiento de cultivos que tradicionalmente funcionaban bien, como la patata. El origen del problema, según explica la organización, radica en el sector remolachero. El "precio ridículo" ofrecido por las industrias azucareras provocó que muchos agricultores abandonaran la remolacha para destinar esa superficie a la patata.
Este aumento de superficie, sumado a una buena cosecha en Francia y a la importación masiva de tubérculo francés por parte de la distribución española, ha terminado por hundir los precios de la patata salmantina. La situación ha llegado al extremo de que, en algunas parcelas con variedades menos comerciales, el producto se ha quedado en la tierra sin arrancar por falta de rentabilidad.
En lo referente al sector ganadero, UPA reconoce que 2025 ha sido un año "muy bueno en precios", pero marcado por la incertidumbre sanitaria. La organización muestra su preocupación por la aparición de enfermedades que amenazan a la cabaña salmantina, la más importante de España en vacuno.
Los ganaderos miran con recelo la situación de la dermatosis nodular contagiosa. Aunque el foco detectado en Cataluña fue controlado gracias a la "buena actuación" de las autoridades, preocupa la situación en Francia. UPA denuncia la "inacción" de las autoridades galas y el "mal hacer" de sus ganaderos ante la proliferación de focos.
Ante este escenario, la organización ha pedido "prudencia" a los ganaderos salmantinos para que eviten traer animales del país vecino hasta que la situación se controle. Recuerdan que la aparición de un caso en Salamanca supondría el sacrificio de toda la explotación y restricciones en un radio de 50 kilómetros, lo que sería una "catástrofe" para una provincia que exporta gran parte de su producción.
El informe también aborda la aparición de la PPA en España. UPA califica de "prematura o interesada" la teoría oficial del "bocadillo contaminado" y recuerda que existía un laboratorio investigando con el virus a menos de un kilómetro del primer jabalí muerto. La organización exige responsabilidades políticas por una gestión que "puso nervioso al consumidor".
Para proteger al sector del ibérico, vital para la industria chacinera de Salamanca, UPA reclama:
En este sentido, critican duramente a la Junta de Castilla y León por no haber tomado medidas antes, limitándose a autorizar esperas que "nada hacían por disminuir esta plaga" y denegando cacerías cuando se denunciaban daños.
En el plano político, el balance de UPA es demoledor contra la gestión de la Comisión Europea y su presidenta, Ursula von der Leyen. La organización considera que Bruselas "ha traicionado al sector agrario" tanto en las negociaciones con Mercosur como en la propuesta para la nueva PAC (periodo 2028-2032).
Denuncian que el acuerdo comercial con Mercosur sacrifica al campo en beneficio de sectores industriales como la automoción, permitiendo la entrada de productos de grandes terratenientes y fondos de inversión que compiten deslealmente con el modelo de agricultura familiar europeo. Critican que en esos países se utilicen prácticas prohibidas en la UE, como el uso de anabolizantes o cultivos transgénicos.
Respecto a la futura PAC, UPA califica de "inconcebible" e "inaceptable" la propuesta actual, que contempla un recorte del 25 % en los fondos agrarios y el desmantelamiento del modelo actual de ayudas.
De cara al próximo año, la organización agraria espera que 2026 traiga "precios razonables" que cubran los costes de producción y permitan a los profesionales vivir de su trabajo. Asimismo, confían en que las enfermedades ganaderas sean controladas para devolver la tranquilidad al sector.
Sin embargo, el tono final del balance es de advertencia. UPA pide "cordura" a los dirigentes políticos pero, ante el cariz que está tomando la situación normativa y económica, "auguramos un año caliente en movilizaciones" para defender el futuro del campo.