El servicio despliega su turno de noche entre las 22:30 y las 06:00 horas para realizar tareas clave. Este operativo se centra en el baldeo y barrido del casco histórico y en la recogida de los contenedores de basura orgánica y resto en todos los barrios de la ciudad
Cuando la actividad comercial y social de Salamanca comienza a apagarse, se activa uno de los engranajes más críticos para el funcionamiento de la ciudad. Mientras la mayoría de los vecinos descansa, el servicio de limpieza municipal pone en marcha su maquinaria nocturna, una operativa esencial para que la capital del Tormes amanezca transitable y saneada y que tiene dos retos fundamentales: los estorninos y las pintadas.
Tomás del Río, responsable de FCC Medio Ambiente en Salamanca, detalla el funcionamiento de este dispositivo que, aunque cuenta con una plantilla de cerca de 450 trabajadores repartidos en las 24 horas del día, encuentra en la noche su momento estratégico para las tareas que requieren menor tránsito peatonal y de vehículos.
El turno de noche es el punto de partida del ciclo diario. Su actividad se desarrolla en la franja horaria comprendida entre las 22:30 y las 06:00 horas. Según explica Del Río, aunque es el turno "más pequeñito" en cuanto a volumen de personal comparado con la mañana, su responsabilidad es doble y abarca toda la geografía urbana.
La primera gran misión nocturna es la higiene del casco histórico. "En el turno de noche, lo que hacemos es la limpieza, el barrido y el baldeo de todo el centro de la ciudad todos los días", señala el responsable. El uso de agua a presión (baldeo) se realiza en estas horas para minimizar las molestias a los ciudadanos y aprovechar el despeje de las calles.
La segunda misión es logística y afecta a todos los barrios: la recogida de residuos. Durante la madrugada, la flota de camiones (que incluye vehículos de carga lateral, trasera y superior) recorre toda la ciudad para vaciar dos tipos específicos de contenedores: la fracción resto, que es el conteendor gris y la fracción orgánica, correspondiente al conteendor marón.
Esta organización garantiza que los residuos que generan mayores olores o problemas de salubridad sean retirados diariamente antes del amanecer.
Aunque la noche es vital para la logística de residuos orgánicos y la imagen del centro, el servicio no se detiene al salir el sol. El sistema se complementa con otros dos turnos que cubren el resto de necesidades de la ciudad.
El turno de mañana es el que despliega el mayor número de efectivos humanos. Su objetivo principal es el barrido manual de la totalidad de la ciudad cada jornada. Además, se continúa con la limpieza con agua, baldeando aproximadamente entre un 25 % y un 30 % de la superficie urbana cada día. En cuanto a la recogida, la mañana se reserva para el reciclaje: es el momento en el que se retiran los envases, el vidrio y el cartón de los contenedores.
Por su parte, el turno de tarde tiene una función de "repaso" y de servicios especializados. Se vuelve a limpiar la almendra central y se ejecutan tareas específicas como la recogida de pilas o el sistema "puerta a puerta". Este último servicio es fundamental para la actividad económica: camiones específicos recogen cartón, vidrio y orgánica directamente en los establecimientos de hostelería y comercios, así como en grandes productores como mercados, residencias o mataderos.
Más allá de la rutina diaria organizada por turnos, el servicio se enfrenta a picos de trabajo estacionales. Según destaca Del Río, la época más compleja no son necesariamente las fiestas patronales, sino el otoño.
"La carga de trabajo, sobre todo para los barrenderos de barrido manual, aumenta mucho en la época de hoja", confirma. Durante los meses de noviembre y diciembre, la caída de la hoja se gestiona como un residuo prioritario. Su retirada debe ser rápida y constante para evitar problemas de seguridad, como resbalones de los viandantes en las aceras húmedas.
Para sostener este ritmo de trabajo los 365 días del año, la plantilla se estructura en dos bloques: un grupo mayoritario a jornada completa que opera de lunes a viernes, y un equipo de refuerzo a jornada parcial que cubre los servicios durante los sábados, domingos y festivos.