A propuesta del Bloco de Esquerda, aprobada en el Parlamento
El pasado lunes 24 de noviembre la reapertura del tramo ferroviario Pocinho-Barca d´Alva, -que dejaría el Tren del Duero a las puertas de la provincia de Salamanca por el muelle de Vega de Terrón-, ha sido inscrita en el Presupuesto de Estado portugués para 2026.
Su inclusión fue aprobada tras la votación efectuada en la comisión correspondiente de la Asamblea de la República, en el contexto de una serie de tres propuestas sobre infraestructuras presentadas por el Bloco de Esquerda, partido capitaneado por la diputada Mariana Mortágua.
Tras la votación, la reapertura del Tren del Duero hasta la frontera española ha quedado incorporada al articulado, donde se expresa en el art. 113-A que “serán desarrollados todos los procedimientos, realizadas las obras y los sistemas electrónicos de señalización, así como otras infraestructuras necesarias, garantizando la reapertura de la Línea del Duero entre Pocinho y Barca d´Alva”.
Sin embargo, esta declaración por sí sola poco significa, más allá del valor que pueda representar para que el asunto se mantenga vivo en el Parlamento portugués y la población norteña siga atenta a los pasos que se puedan ir dando.
Los documentos de la Asamblea de la República no reflejan ningún importe concreto. Recordemos que el grupo de trabajo que analizó la viabilidad de la reapertura en el año 2022, cuantificó en 75 millones de euros la rehabilitación y electrificación de los últimos 28 km de vía en territorio portugués, incluidos puentes, túneles y estaciones ferroviarias del trayecto.
Por eso, la Associação Vale d´Ouro, uno de los movimientos civiles que más ha luchado por la recuperación de ese tramo, no coloca muchas expectativas en este hecho. “Tendría que reflejarse [en el presupuesto] un importe de alrededor de 100 millones de euros, en distribución plurianual”, apunta para Salamanca al Día una fuente oficial de la asociación.
Aunque la reapertura haya sido incluida en el OE 2026 (Orçamento de Estado), lo que implicaría que la financiación de la obra tiene alguna garantía, no se conoce aún el proyecto de recuperación ni ha sido lanzada la fase de concurso.
“Con que en 2026 hubiese adjudicación de obra ya sería fantástico”, -manifiesta la Associação Vale d´Ouro-, pero sin el proyecto concretado y sin poder prever cuándo se abrirá la presentación de candidaturas, esas actuaciones tendentes a que la obra comience a materializarse en 2026 quedan, con esta inclusión en el Presupuesto en algo “relevante, pero sin efecto más allá del simbolismo”, añade esa misma fuente oficial.
El OE portugués para 2026 ha sido aprobado en sus particularidades. La votación a la totalidad aún no se ha producido, pero el Partido Socialista (PS), en la oposición, ya ha dicho que se abstendrá, por lo que si no hay sorpresas, el Presupuesto de Estado Portugués para 2026 será aprobado.
El estudio que concluyó con la viabilidad ambiental, técnica, financiera y de rentabilidad económica de la reapertura de los últimos 28 km de la Línea del Duero en territorio portugués, fue presentado en octubre de 2022. En ese momento, el entonces ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, aseguró que la fase de concurso sería lanzada a principios de 2023 y la explotación se preveía que comenzase en 2029.
Actualmente, sin embargo, no se conocen novedades sobre el Tren del Duero, salvo esta inclusión de última hora en los presupuestos, lo que no deja de ser un dato con algún valor para las gentes del Douro portugués y para las de las Arribes salmantinas, que no pierden la confianza en un día volver a atravesar el Duero Internacional a bordo del tren del Conde de Lumbrales.
Los 28 km de vía existentes entre la estación de Pocinho (Vila Nova de Foz Côa) y la de Barca de Alva (Figueira de Castelo Rodrigo), en la misma frontera con las Arribes salmantinas, fueron desactivados en 1988. El tramo final del lado español había cerrado en 1985. Con la reapertura de este trozo se completaría la totalidad de la línea en su vertiente portuguesa (Oporto-Barca d´Alva), con los 199 km con que fue abierta en 1887.
La línea sigue activa entre Oporto y Pocinho, con trenes regulares y turísticos, incluyendo el Histórico do Douro, un tren a vapor.
La entidad Infraestructuras de Portugal (IP) define la Linha do Douro como “una obra fundamental de la ingeniería portuguesa, que debemos ponderar como patrimonio a preservar y aprovechar”.
El estudio que presentó el Ministerio de Infraestructuras portugués a finales de 2022 hacía hincapié en aprovechar la reapertura para la explotación no solo turística y de servicio a las localidades que atraviesa, sino también para la circulación de mercancías.
El estudio estimaba una velocidad entre los 70 y los 100 km/h, lo que permitiría ahorrar unos 30 minutos en comparación con el actual trayecto por carretera.
Para ello, se aseguraría la capacidad de carga de la vía, sobre todo, de los cuatro puentes existentes en el tramo, tres de ellos, metálicos. Y la intervención en los dos túneles del trayecto, intervención presupuestada en seis millones de euros.
Otro punto importante sería la rehabilitación de los edificios de las cuatro estaciones por las que pasaría: los apeaderos de Côa y Castelo Melhor y las estaciones de Almendra y Barca d´Alva. A ésta última dedica un apartado especial, ya que, al tratarse de una estación que fue en su tiempo aduana internacional y puesto fronterizo, tiene varias edificaciones.
Se mantendría la vía única balastada de ancho ibérico, pero electrificada. La electrificación de los 28 km quedó en 2022 presupuestada en siete millones de euros.