La evidencia científica demuestra que el aerosol de los cigarrillos electrónicos no es inocuo, ya que contiene sustancias tóxicas que dañan las defensas pulmonares y facilitan la acción de bacterias y virus.
La creencia de que los cigarrillos electrónicos o vapeadores son una alternativa inofensiva al tabaco se desmorona ante la contundente evidencia científica. Organismos como el Ministerio de Sanidad y la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) advierten de que el aerosol de estos dispositivos no es vapor de agua, sino una mezcla de sustancias tóxicas que debilita las defensas pulmonares y aumenta la vulnerabilidad a infecciones respiratorias graves como la neumonía.
En el marco del Día Mundial de la Neumonía, que se conmemora cada 12 de noviembre, los profesionales de la salud pública ponen el foco en este hábito, cuya popularidad no deja de crecer entre los jóvenes. La inhalación de los compuestos químicos presentes en los líquidos de vapeo provoca una inflamación del tejido pulmonar y paraliza los mecanismos de limpieza naturales del sistema respiratorio, creando un entorno propicio para la proliferación de bacterias y virus.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque los efectos a largo plazo aún se están investigando, ya existen pruebas suficientes para afirmar que los cigarrillos electrónicos "no son inocuos" y suponen un riesgo para la salud . Este reportaje desglosa, a partir de fuentes oficiales, cómo el vapeo compromete la salud respiratoria y se convierte en un factor de riesgo emergente para la neumonía.
El sistema respiratorio posee barreras de defensa para protegerse de patógenos. La evidencia científica consolidada demuestra que el aerosol de los vapeadores interfiere directamente con estos mecanismos. La SEPAR ha señalado en diversos informes cómo estos dispositivos afectan a la función pulmonar, principalmente a través de dos vías:
Un pulmón inflamado y con sus sistemas de defensa mermados es un objetivo fácil para las bacterias. La neumonía es una infección de los sacos aéreos (alvéolos) causada frecuentemente por la bacteria Streptococcus pneumoniae (neumococo). Investigaciones publicadas en revistas científicas de prestigio, como el European Respiratory Journal, han demostrado que el vapor de los cigarrillos electrónicos aumenta la adhesión de esta bacteria a las células de las vías respiratorias.
En la práctica, esto significa que el vapeo no solo debilita al "ejército" que defiende los pulmones, sino que también ayuda a las bacterias "invasoras" a pegarse a las "murallas" del sistema respiratorio, facilitando la infección. Además, la OMS ha alertado sobre el brote de lesiones pulmonares agudas (EVALI) asociadas al vapeo, cuyos síntomas son muy similares a los de una neumonía atípica grave y pueden requerir hospitalización.
El Ministerio de Sanidad, en su "Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo", subraya que el aerosol de los vapeadores contiene sustancias tóxicas y cancerígenas . Lejos de ser inocuo, el calentamiento del e-líquido genera compuestos peligrosos, entre los que se incluyen:
Las principales organizaciones sanitarias coinciden en su mensaje: la forma más segura de proteger los pulmones es no inhalar productos de tabaco o nicotina en ninguna de sus formas. De cara a este 12 de noviembre, las recomendaciones se centran en:
En conclusión, la evidencia científica actual, respaldada por las máximas autoridades sanitarias, confirma que el uso de cigarrillos electrónicos es un factor de riesgo para la salud pulmonar. Este Día Mundial de la Neumonía sirve como un recordatorio crucial de que proteger nuestros pulmones empieza por ser conscientes de los peligros que esconden hábitos aparentemente modernos e inofensivos.