La jefa del servicio de Neumología del Hospital de Salamanca analiza una infección que causa más de 11.000 muertes al año en España y alerta del riesgo del vapeo en jóvenes.
Con motivo del Día Mundial de la Neumonía, que se celebra este miércoles 12 de noviembre, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha recordado que esta infección respiratoria continúa siendo una de las principales causas de mortalidad en España. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2023, la neumonía provocó 11.365 fallecimientos en el país. De esta cifra, 10.417 muertes, lo que representa el 92 % del total, se registraron en personas mayores de 70 años, consolidando a este colectivo como el más vulnerable ante la enfermedad.
Ante esta situación, la sociedad científica subraya la importancia de reforzar dos herramientas clave para reducir su impacto: la vacunación y el diagnóstico precoz, con un enfoque especial en los grupos de mayor riesgo como los ancianos y los pacientes con enfermedades respiratorias crónicas. En esta línea, SEPAR participa en diversos estudios para identificar los microorganismos causantes de la neumonía y promover un uso más racional de los antibióticos. Además, este año ha publicado un nuevo documento con recomendaciones de vacunación para proteger a los colectivos más vulnerables.
Para analizar en profundidad estos datos y conocer la situación en el ámbito local, SALAMANCArtv AL DÍA ha entrevistado a la doctora Rosa Cordovilla, profesora asociada a Ciencias de la Salud en la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca y jefa del servicio de Neumología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca.
- Más allá de la definición clínica, ¿por qué la neumonía sigue siendo una enfermedad tan peligrosa en 2025, incluso en un país con un sistema sanitario como el nuestro?
- La neumonía sigue siendo peligrosa en 2025, incluso en sistemas sanitarios avanzados, porque puede presentar un rápido deterioro, sobre todo en personas vulnerables, y porque aún es frecuente en épocas epidémicas de gripe y otros virus. Factores como envejecimiento poblacional, comorbilidades y condiciones sociales/acceso tardío son determinantes. En España, solo en 2024 hubo más de 12.800 muertes por neumonía y gripe, con picos alarmantes durante olas epidémicas como la de enero pasado
- La pandemia de COVID-19 puso un foco sin precedentes sobre las enfermedades respiratorias graves. ¿Ha cambiado algo en la percepción, diagnóstico o incidencia de las neumonías desde entonces?
- La percepción de las enfermedades respiratorias graves ha pasado a primer plano, tanto en la sociedad como entre los profesionales. Han mejorado los protocolos de diagnóstico rápido, la vigilancia epidemiológica y la integración de sistemas de alerta en urgencias. Además, se ha reforzado la importancia del aislamiento en casos selectos y el seguimiento de pacientes tras el alta.
- ¿Hemos aprendido lecciones de la pandemia que ahora se aplican en la lucha contra la neumonía común?
- Sí, claramente. Hoy hay mayor concienciación sobre transmisión y prevención, más uso de telemedicina para seguimiento, y estrategias de vacunación más eficaces e inclusivas. Los hospitales han optimizado circuitos y protocolos de cribado, y el enfoque multidisciplinar es ahora rutinario. La pandemia de Covid-19 ha reforzado la importancia de vacunar también contra el coronavirus, ya que el SARS-CoV-2 puede provocar neumonía grave.
- ¿Quiénes son hoy las personas más vulnerables a sufrir una neumonía grave? ¿Seguimos hablando principalmente de personas mayores de 65 años y pacientes crónicos, o están viendo nuevos perfiles de riesgo?
- Sigue siendo mayor el riesgo en mayores de 65 años, personas con enfermedades crónicas, inmunodeprimidos y pacientes con factores de fragilidad. Sin embargo, tras la pandemia y cambios sociales, se observa mayor riesgo en pacientes obesos, jóvenes fumadores/vapeadores y algunos migrantes en condiciones precarias.
- ¿Estamos en cifras similares a las de antes de la pandemia o se ha notado alguna variación significativa en la presión sobre las urgencias y las plantas de hospitalización?
- Los datos de 2024 muestran una presión sostenida pero estable en hospitalizaciones por neumonía, con repuntes asociados a olas virales. Tras la pandemia hubo un incremento en 2023, pero este año tiende a estabilizarse o incluso disminuir ligeramente salvo durante picos epidémicos, sobre todo gripe.
- La prevención es fundamental. Las campañas de vacunación contra la gripe y el neumococo son herramientas clave. ¿Podría explicarnos de forma sencilla por qué estas vacunas son tan importantes y a quiénes van dirigidas principalmente?
- Son fundamentales porque protegen a los grupos de mayor riesgo - personas mayores, crónicos, inmunodeprimidos y embarazadas - reduciendo las complicaciones, hospitalizaciones y muertes por neumonía. Son seguras y bien toleradas y su efecto de protección indirecta (inmunidad comunitaria) es clave.
- ¿Responde la población ante este tipo de campañas?
- La cobertura vacunal contra la gripe y el neumococo está por encima del 70% en mayores de 65 años, pero aún existe margen de mejora especialmente en jóvenes, embarazadas y colectivos de riesgo no percibido. La pandemia ha mejorado la receptividad, aunque el cansancio informativo influye cada temporada.
- En esta época del año, los resfriados y gripes son comunes. ¿Cuáles son los síntomas clave que deberían alertarnos de que podría tratarse de algo más serio como una neumonía?
- Fiebre alta, tos persistente, dificultad respiratoria, dolor torácico y cansancio excesivo son señales de alerta clara. En mayores o pacientes frágiles, confusión y empeoramiento general pueden ser los primeros indicios de neumonía grave.
- Otro de los aspectos que preocupan a los profesionales es el aumento indiscriminado de fumadores jóvenes con la moda de los vapeadores. ¿Puede derivar esa moda en un problema respiratorio grave como una neumonía?
- Sí. El aumento de vapeadores entre jóvenes es preocupante, pues altera las defensas locales del sistema respiratorio, favoreciendo infecciones graves como la neumonía, además de otras complicaciones pulmonares agudas y crónicas. La evidencia asocia vapeo y tabaco convencional a mayor riesgo de neumonía por bacterias y virus.
- Una vez diagnosticada, ¿cómo se trata una neumonía hoy en día? ¿Ha habido avances significativos en los tratamientos más allá de los antibióticos tradicionales?
- Hoy el tratamiento va más allá de los antibióticos. Se emplean sistemas de soporte como oxigenoterapia no invasiva, monitorización avanzada y tratamiento dirigido según el microorganismo implicado. Los avances incluyen antibióticos específicos y terapias coadyuvantes como antiinflamatorios en casos seleccionados, así como intervenciones farmacológicas y soporte respiratorio adaptado.
- Para concluir, ¿cuál sería el mensaje fundamental que le gustaría transmitir a los salmantinos para que tomen conciencia de esta enfermedad y se protejan a sí mismos y a sus seres queridos?
- La neumonía puede afectar a cualquiera, es prevenible y tratable si se detecta precozmente. La vacunación, el cuidado de la salud respiratoria y la consulta rápida ante síntomas son claves para protegerse y proteger a los más vulnerables. La responsabilidad individual y colectiva salva vidas.
· Vacunación: Mantener actualizado el calendario de vacunas, incluyendo gripe y neumococo, es esencial para prevenir neumonía tanto en niños como en adultos mayores.
· Higiene: Lavarse las manos frecuentemente y evitar el tabaquismo reduce el riesgo.
· Identificación precoz: Es fundamental reconocer síntomas como fiebre, tos, dificultad respiratoria, dolor torácico y cansancio para acudir al médico de forma temprana.
Hay que destacar la importancia de la concienciación, la prevención a través de la vacunación, la identificación precoz de los síntomas y la necesidad de mejorar el acceso a tratamientos. Es fundamental recordar que la neumonía es prevenible y tratable, pero sigue siendo una enfermedad desatendida en muchos contextos, por lo que un esfuerzo global y comunitario es indispensable para reducir su impacto.