Las visitas combinan el rigor documental con el respeto solemne para ofrecer una experiencia didáctica a través de 39 puntos de interés, entre los que se encuentran los panteones de figuras como Miguel de Unamuno, Filiberto Villalobos o Rafael Farina.
El cementerio de San Carlos Borromeo de Salamanca se ha transformado en un espacio de memoria viva y un nuevo punto de interés cultural gracias a un proyecto integral que busca poner en valor su rico patrimonio histórico y artístico. La iniciativa, coordinada por el Ayuntamiento de Salamanca, no solo lo incorpora al circuito turístico de la ciudad, sino que lo hace desde un pilar irrenunciable: el absoluto respeto.
Cada uno de los 39 puntos de interés señalizados, desde las tumbas de figuras ilustres como Filiberto Villalobos, Miguel de Unamuno o Rafael Farina hasta panteones de gran valor arquitectónico, ha sido documentado con rigor para ofrecer una experiencia didáctica que garantiza en todo momento la solemnidad que exige el recinto y el recuerdo de quienes allí descansan. La respuesta de los salmantinos a esta propuesta cultural está siendo abrumadora, con todos los pases programados con un lleno.
Las primeras visitas guiadas, gratuitas y organizadas durante el mes de octubre, están sirviendo como termómetro para una iniciativa que prevé consolidarse a lo largo de 2026 con una programación estable. La posibilidad de ampliar el calendario de visitas en función de la demanda demuestra la voluntad de convertir este espacio en un lugar de reencuentro de los ciudadanos con su propia historia. De este modo, el cementerio deja de ser únicamente un lugar de duelo para convertirse también en un aula abierta sobre el pasado de Salamanca, accesible a través de recorridos guiados o de forma autónoma gracias a los modernos soportes con códigos QR y audioguías.