La religiosa natural de Martiago renovó sus votos de castidad, pobreza y obediencia
La comunidad parroquial de El Salvador de Ciudad Rodrigo fue testigo en su segunda misa dominical de la celebración de sus 60 años como misionera comboniana, y de la renovación de sus votos, de Teresa Herrero Sánchez, religiosa natural de Martiago que ha pasado buena parte de su vida en Ecuador, residiendo en la actualidad en Madrid junto a otras hermanas combonianas.
Con la presencia de las integrantes de la Delegación de Misiones de la Diócesis, y la animación musical del Coro Parroquial, esta eucaristía de acción de gracias comenzó con la explicación por parte de otra misionera comboniana, la Hermana Prado, de la historia de la Congregación, que fue fundada por San Daniel Comboni “para que las mujeres participasen en la evangelización de África”. A día de hoy, la Congregación cuenta con un millar de hermanas.
La misa fue presidida por el párroco, José María Rodríguez-Veleiro, quién en el momento de la homilía cedió el micrófono a Teresa Herrero, quién aprovechó para “dar gracias a Dios por estos 60 años”, expresando que lleva todo este tiempo con las Combonianas y no tiene ganas ni intención de irse a otro lado. Por último, reflexionó que “no seremos cristianos mientras no demos la vida por el otro”, pidiendo “que recen por mí y por mi gente; lo importante es la oración”.
Tras el rezo del Credo, Teresa Herrero procedió a renovar desde el altar sus votos de castidad, pobreza y obediencia, antes de que varios jóvenes y niños diesen lectura a las peticiones. Como último componente especial de la misa en torno a los 60 años como comboniana de Teresa Herrero, en el momento de las ofrendas se presentó, además del pan y el vino, un planeta y un instrumento típico de Ecuador.