La Cofradía nombró Cofrade Honorífica a Jovita Benito Sevillano, quién invitó a un convite a las puertas de la Catedral
La Catedral de Santa María de Ciudad Rodrigo vivió en la tarde del domingo la tradicional conmemoración de los Dolores de la Virgen por parte de la Cofradía de Nuestra Señora de La Soledad, que en esta ocasión fue más emotiva y novedosa de lo habitual. La tarde se abrió con la bienvenida por parte del capellán de la Cofradía, Ángel Martín Carballo, quién dio paso al rezo del Santo Rosario, que fue conducido por una feligresa, que lo encomendó “por la paz en el mundo”.
Durante el rezo del Rosario hubo la oportunidad –Ángel Martín Carballo invitó a ello- de confesarse dentro de la capilla en la que está habitualmente la imagen de La Soledad (estuvo allí el sacerdote Prudencio Manchado), para así facilitar el cumplir con los requisitos para obtener la indulgencia del Año Jubilar de la Esperanza.
A la finalización del Rosario, se rezó por el eterno descanso de Antonia Cid, madre del presidente de la Cofradía de La Soledad, Tomás Domínguez Cid, quién estuvo ausente en los actos de la tarde dominical debido a este fallecimiento acaecido durante el fin de semana. Tras ello, fue turno para la habitual reflexión en torno a la conmemoración de los Dolores de la Virgen por parte de Ángel Martín Carballo.
A continuación, llegó una de las novedades de la tarde: una ofrenda floral a la Virgen de La Soledad, acercándose todos aquellos que habían llevado flores hasta las cercanías del Altar Mayor para depositarlas en unos maceteros (responsables de la Cofradía de La Soledad se fueron encargando de colocarlas).
El momento central de esta conmemoración volvió a ser un año más la procesión de la imagen de La Soledad, que recorrió tanto la nave central del templo como el Claustro, a un ritmo más lento de lo habitual (y un poco más desorganizado). En esta procesión participaron, al igual que en el conjunto de los actos, el teniente de alcalde Ramón Sastre, el edil Rodrigo Toribio y el capitán de la Guardia Civil, Pablo Javier Ruiz Gatell de Gordejuela.
Una vez se devolvió la imagen de La Soledad a las inmediaciones del Altar Mayor de la Seo, se procedió a cantar solemnemente la Salve. A partir de ahí se desarrollaron los actos complementarios de la conmemoración, comenzando con la entrega de un recuerdo a las mayordomas salientes, Isabel Grande Benito y María Concepción Molinero Francisco, quienes portaron por última vez las varas de la Mayordomía.
A continuación, las entregaron a quienes ocuparán el cargo hasta septiembre del año que viene: Dolores Pastor Encinas y Manuela Santos Corchete. Justo acto seguido hubo otro momento especial, el nombramiento como Cofrade Honorífica de La Soledad de su cofrade más veterana, Jovita Benito Sevillano, quién es “muy devota de Nuestra Señora de La Soledad”, según resaltan desde la entidad, que apunta que es “un reconocimiento realmente merecido por ese interés desde hace décadas”.
La homenajeada se mostró muy emocionada, al igual que el resto de su familia (su hija expresó públicamente su agradecimiento a la Cofradía por “acordarse de ella”, explicando que su hija –nieta de la homenajeada- se llamaba Soledad debido a la Virgen). Como agradecimiento, la homenajeada invitó a un convite a base de perronillas y vino dulce en el atrio de la Catedral, recuperando una antigua tradición.