Los actos, en los que ejerció como mayordoma Maribel Palacios Muñoz, contaron con la animación musical del tamborilero Agustín Hernández
Ciudad Rodrigo vivió en el tramo final de la tarde del lunes los momentos centrales de la conmemoración de la festividad de la patrona de la ciudad, la Virgen de la Peña de Francia, para la cual la Parroquia de San Andrés se ha venido preparando con la tradicional novena, con una asistencia de fieles notablemente diferente a la que hubo en estos actos centrales, que arrancaron con una solemne eucaristía con el templo totalmente lleno.
La eucaristía fue presidida por el párroco, Tomás Muñoz Porras, con la compañía de Víctor Manuel Sevillano, Efraín Peinado, Gabriel Ángel Cid, Joaquín Galán y el diácono Daniel Mielgo (junto a monaguillos), ocupando los primeros bancos del templo responsables de la Cofradía de la Virgen, la mayordoma de este año, Maribel Palacios Muñoz (quién estuvo acompañada por su familia), y miembros de la Corporación Municipal (asistieron únicamente los miembros del Equipo de Gobierno encabezados por el alcalde Marcos Iglesias).
Esta eucaristía fue animada musicalmente por el tamborilero Agustín Hernández Mateos, quién también se encargó de acompañar con sus sones el recorrido que llevó a cabo por las calles del barrio de San Andrés la imagen de la Virgen de la Peña de Francia, que fue portada durante la mayor parte del trayecto por costaleros de la Hermandad del Santísimo Cristo de la Expiración-Cofradía del Silencio de Ciudad Rodrigo (también la llevaron el marido y los hijos de la mayordoma, y un par de concejales del Consistorio).
Con la compañía de aún más personas que estaban esperando a las puertas de la Iglesia, la Virgen de la Peña realizó el recorrido habitual por las calles San Antón, Canal, Plaza de Herradores, Avenida de España, Glorieta del Árbol Gordo, calle Santa Clara y de nuevo San Antón, estando encabezada la comitiva –controlada por agentes de la Policía Local- por los estandartes de todas las festividades anuales de la Parroquia de San Andrés.
Además de las habituales para el descanso de los costaleros (durante las cuales hubo algún rezo concreto más allá de los cánticos que acompañaron todo el trayecto), hubo una parada más larga en la Glorieta del Árbol Gordo para “presentar el amor y el respeto a la Virgen María”, según expresó Tomás Muñoz Porras, quién recordó que “son siglos de tradición, de raíces cristianas, de devoción a la Virgen de la Peña”.
En esos momentos, Tomás Muñoz Porras invitó a pedirle “a la Virgen Negra de Ciudad Rodrigo” que “nos cuide, que la sintamos siempre cercana”. Asimismo, tuvo un recuerdo para los fallecidos durante el último año, y pidió “por todas las autoridades, para que busquen el bien común y el entendimiento”. Finalizada esa parada se completó el último tramo de la procesión, con agilidad gracias al ritmo que impusieron los costaleros de la Cofradía del Silencio.
Una vez se regresó a las puertas de la Iglesia de San Andrés, la imagen fue colocada sobre un par de bancos para, en primer lugar, cantar la Salve, que dio pie a una serie de vivas a la Virgen, al barrio, a Ciudad Rodrigo o al propio párroco. A continuación, se desarrolló el ya habitual ofertorio, pudiendo pasar todos los presentes por delante de la Virgen para realizar algún donativo y recoger la nueva estampa que ha elaborado este año la Cofradía.
Concluido el ofertorio, hubo varias fotos grupales delante de la imagen de la Virgen (por ejemplo del Equipo de Gobierno del Ayuntamiento con la mayordoma y su familia, y con miembros de la Cofradía), antes de que los costaleros del Silencio la introdujeran de nuevo en la Iglesia, ya sin prácticamente compañía (salvo la música del tamborilero), situación en la que se produjo también la bendición final por parte del párroco, Tomás Muñoz Porras.
La conmemoración de la festividad de la Virgen de la Peña de Francia por parte de la Parroquia de San Andrés todavía tiene dos citas más: este martes se oficiará a las 19.15 horas el habitual funeral en memoria de los cofrades difuntos, mientras que el domingo 14 se irán de peregrinación hasta el Santuario de la Peña de Francia.