La costa lusa ofrece condiciones perfectas para principiantes y profesionales durante todo el año
Portugal se ha convertido en el destino de elección para surfistas de todo el planeta, gracias a la versatilidad y consistencia de sus olas. Desde las olas gigantes de Nazaré hasta las playas para principiantes en el Algarve, la costa lusa ofrece condiciones ideales para todos los niveles durante todo el año, consolidándose como un referente mundial.
Esta reputación ha impulsado la proliferación de escuelas de surf y 'surfcamps' en cada rincón del litoral, convirtiendo al país en escenario de campeonatos mundiales del circuito de élite.
Una geografía costera que recibe oleajes constantes del Atlántico, creando condiciones idóneas para la práctica de este deporte. El secreto reside en la solidez de sus olas durante todo el año y una enorme variedad de playas adaptadas a cada nivel de experiencia.
Aunque muchos recorren el litoral en autocaravana en busca de la ola perfecta, existen ciertos enclaves que, por la calidad y estabilidad de su oleaje, se han ganado un estatus de culto entre la comunidad surfera. A continuación presentamos apenas cinco de los muchos existentes en Portugal.
Hablar de Peniche es hablar de Supertubos. Esta playa es mundialmente famosa por sus olas tubulares, tan perfectas que le han valido ser una de las sedes anuales del Circuito Mundial de Surf. Sin embargo, su fondo de arena no debe engañar: la ola rompe con mucha fuerza cerca de la orilla, por lo que no es aconsejable para surfistas sin experiencia.
Esta villa del municipio de Mafra vive y respira surf. En 2011 fue declarada Reserva Mundial de Surf, un reconocimiento que atestigua la calidad y cantidad de sus olas. Ericeira se caracteriza por sus fondos de roca, que generan olas más predecibles y largas, un paraíso para los surfistas más avanzados.
La Praia do Norte de Nazaré es la responsable de haber catapultado a Portugal a la fama mundial del surf de olas gigantes. La monstruosa ola que aquí se forma alcanza varios metros de altura, comparable a un edificio de varios pisos. La temporada de olas gigantes se concentra en invierno, entre octubre y marzo. Fuera de temporada, aunque de menor tamaño, la ola sigue siendo potente y no apta para principiantes.
La Costa Vicentina, y en particular la zona de Aljezur, ofrece un escenario de postal donde viento, olas y naturaleza se fusionan. Es un destino que enamora por su ambiente relajado y sus playas de gran belleza.
La costa cercana a la capital portuguesa ofrece 'spots' de gran calidad, especialmente durante los meses de invierno. En esta zona destacan dos municipios:
Además de estos cinco grandes núcleos, muchos de los 832 km de costa del Portugal continental ofrecen olas para todo tipo de surfistas, desde principiantes a avanzados, y una gran cantidad de escuelas donde aprender y evolucionar en este deporte.