Cuatro equipos afrontaron divertidos juegos haciéndoselo pasar en grande al público asistente
El Barrio Nuevo de Ciudad Rodrigo culminó a última hora de la tarde del domingo las fiestas organizadas por su Asociación de Vecinos y los Amigos de la Vaca con una sesión de Humor Amarillo coordinada por Arte Charro Espectáculos, a la que se apuntaron cuatro equipos de seis componentes cada uno (dos de ellos comandados por jóvenes y los otros dos por adultos), que afrontaron varios juegos en busca de un ganador.
Estos juegos estuvieron presididos por las risas, tanto entre los propios participantes como especialmente entre los espectadores que los siguieron, la mayoría de ellos desde el propio patio del Colegio Arrabal del Puente donde se desarrolló la competición.
La tarde se abrió con un juego de agua, luchando de dos en dos los integrantes de los equipos para intentar llevar unos capazos desde un punto a otro, sorteando tres hinchables de por medio. Alguna de las carreras fue tan intensa que el ganador llegó sin agua en el capazo, probando a escurrirse las camisetas o el pelo para ver si caía algo en sus cubos (el equipo con más agua acumulada se hizo con la victoria).
En el siguiente juego, los participantes de los equipos debieron ir y venir hasta unos conos, tras haber dado previamente diez vueltas sobre su frente sobre unos palos, lo que generó que la mayoría de esas carreras estuviesen lejos de ser en línea recta. A continuación, un integrante de cada equipo se puso una máscara para, guiado por otro, intentar alcanzar un hinchable del que había colgados varios globos con agua, para romper uno. Tanto la llegada al punto de los globos como su rotura fueron bastante complicadas, arrancando de nuevo más risas.
La sesión continuó con un integrante de cada equipo disfrazándose de mano gigante para ir lo más rápido posible hasta un punto donde había varias láminas representativas de canciones que fueron sonando, teniendo que tirarse sobre la correcta. El último en llegar en cada ronda fue siendo eliminado, hasta proclamar un ganador (la última ronda se resolvió por ‘descalificación’).
Tras hacer los miembros de los equipos que bailasen todos los espectadores, éstos fueron muy partícipes del doble juego final. Por un lado, dos de los equipos compitieron para transformar lo mejor posible a un competidor en chica y una competidora en chico gracias a las prendas y otros utensilios de personas del público, que fue quién otorgó la victoria a la mejor transformación. Mientras, los otros dos equipos debieron recopilar el mayor número posible de sujetadores.
Concluidos estos últimos juegos, se proclamó como campeón al equipo naranja, y como subcampeón al amarillo, recibiendo ambos varios obsequios alimenticios, que decidieron donar para degustarlos todos los participantes juntos en una gran merienda a modo de cierre de las fiestas.