En horario matinal estuvieron abiertos numerosos establecimientos comerciales, incluidos supermercados y el Mercado de Abastos
Como es habitual siempre que la meteorología acompañe (este año lució un sol radiante por la mañana mientras que por la tarde estuvo nublado –con un efímero chaparrón a las 19.00 horas-), Ciudad Rodrigo disfrutó de un gran Jueves Santo, con miles de personas por las calles, entre mirobrigenses, personas originarias de la ciudad que ahora residen en otros lugares que están de vuelta para estos días, y por supuesto bastantes turistas.
Todos ellos le dieron un gran colorido a la ciudad, además de generar numeroso dinamismo económico, viviendo los bares uno de sus días más ajetreados de todo el año, apartado en el cual sobresalieron la ocupación de las terrazas (las sombrillas ayudaron a que el chaparrón de la tarde no les afectase), así como la dificultad para encontrar un sitio especialmente para comer, producto de múltiples reuniones en torno a la mesa de familias y amigos.
En materia de dinamismo económico, se quiso aprovechar el notable trasiego por las calles estando abiertos al público durante la mañana del Jueves buena parte de los establecimientos comerciales de la ciudad, sobre todo del centro histórico. Asimismo, estuvieron abiertos los supermercados y el Mercado Municipal de Abastos. Lo que estuvo funcionando durante toda la jornada, con buena animación, fue el Mercado Artesano de Semana Santa, que permanecerá hasta el Domingo de Resurrección.
El ambiente en las calles se mantuvo hasta entrada la noche, en la cual hubo incluso hasta cenas al aire libre (como una que aparece en las imágenes en La Pulpería de Evaristo), aprovechando que la meteorología respetó muchísimo el final de la jornada (a las 0.15 horas había en la Plaza Mayor 13,5ºC cuando a las 20.30 horas había 14ºC). Obviamente el trasiego a pie de la jornada también tuvo su traducción a nivel de vehículos, tanto en la circulación como en el aparcamiento.