Para los nietos de Musia. Irving Layton (traducción Salustiano Masó)
Escribo este poema
para tus nietos
porque ellos sabrán de tu hermosura
sólo de oídas,
por fotos ya con visos amarillos
esparcidas por puro pasatiempo
sobre mesa y sofá.
Cuando contemplen arrogantes, con lástima,
con esa gallardía que es un don de tu estirpe,
tu pobre cuerpo ya caduco,
tus ajadas mejillas
deprimidas y pálidas,
y esas manos que yo
he besado mil veces,
por la edad mancilladas, atusándose
con suavidad un rizo plateado,
quiero que de repente
te vean cual te vi: lozana y bella
igual que el primer pájaro en el alba.
Diles, mi amor carísimo,
que yo, poeta demente hasta el fin de sus días
que hizo de la mujer
su estudio y su deleite inacabables,
una sola merced siempre pidió
en este mundo de bestias deplorables
casi humanas: vivir
alabando tus ojos prodigiosos
que a veces encendía la malicia
como a veces enciende el invierno de noche los remansos
o sellaba el deseo con un fulgor de gloria.