Algunos grupos tanto de jóvenes como de adultos lucieron ya sus ‘sudaderas carnavaleras’
La recogida sobre las 18.15 horas del segundo de los astados que protagonizó el Toro de San Sebastián en la tarde sabatina dio paso a una larguísima tarde-noche de fiesta en Ciudad Rodrigo, que todavía se prolonga en el momento de publicarse esta información, ya entrada la noche sabatina.
Las primeras horas de esta sesión festiva (hasta las 21.30 horas) estuvieron encabezadas un año más por la Charanga Manliao, contratada para la ocasión por los establecimientos de hostelería de la zona que habían promovido el evento. De este modo, la Charanga (que ya había estado tocando antes de la salida de los astados a la calle) se fue moviendo por las puertas de estos establecimientos, con la compañía de una marea humana que fue creciendo con el paso de las horas.
Además de la música generada por los miembros de Manliao (que tuvieron tiempo para tocar hasta alguna pieza navideña o el Cumpleaños Feliz), durante la tarde también se pudo escuchar música procedente de al menos dos grandes altavoces portátiles.
Dentro de esta larga ruta festiva a pie de calle (favorecida por una temperatura ‘aceptable’ para esta época), así como en el conjunto de la tarde, hubo grupos tanto de jóvenes como de adultos que lucieron sus ‘sudaderas carnavaleras’. Asimismo, por segundo año consecutivo, se pudieron ver un amplio número de sudaderas farinatas conmemorativas del propio Toro de San Sebastián, una iniciativa promovida por vecinos del barrio anfitrión.
Aunque no estuviese la Charanga Manliao a sus puertas, la mayoría de establecimientos de la zona tuvieron un notable ambiente durante toda la tarde, tanto en el interior como en el exterior (al quedarse pequeño el primero). Como ya ocurrió en ediciones pasadas, en la confluencia de la Avenida Conde de Foxá con Wetones estuvo instalada una food truck, constatando el termómetro situado justo al lado la progresiva bajada de la temperatura.
La marea humana que se fue moviendo al ritmo de Manliao estuvo vigilada por la Policía Local, que desplegó varios conos y vallas para evitar el paso de los vehículos hacia el punto donde estaba en cada momento la concentración principal, pero algunos acabaron pasando, porque algunos de jóvenes se llevaron los conos para ‘jugar’ con ellos en plena marea festiva, usándolos como altavoz, o como embudo gigante para que bebiese alguno de ellos.
Una vez Manliao dejó de tocar, buena parte de los presentes se fueron a cenar (otros ya lo habían hecho previamente), para continuar la noche festiva, especialmente los grandes grupos de jóvenes (este año únicamente los jugadores del III Juvenil se perdieron por motivos deportivos esta jornada festiva –estuvieron jugando en A Coruña a la hora del Toro de San Sebastián-).