Con un cordero en el horno,
pavo grande al chilindrón,
y otros con raras recetas
que vienen de Nueva York,
-de la China que está lejos,
¡y hasta de Villamayor!-,
celebramos estas fiestas
mis amistades y yo.
Días de ocio y disfrute
dicen algunos que son,
pero otros ya se quejan
de dulzainas y tambor,
que empezamos en octubre
a comprar el polvorón,
y hasta enero, así empalmamos,
con rebaja… ¡y resacón!
No tengas prisa, que mientras,
hay que comprar el turrón,
que este año sale nuevo
de nata con coliflor,
y si me apuras un poco…
¡de chocolate y brecol!,
que a la hora de inventarse
hay ideas a mogollón.
Como ese que me ha traído
mi primo desde Japón:
que ni de almendra ni trufa:
¡que alga tiene un montón!,
y se te quedan los dientes
¡verdes como verde limón!
“Alguirakis” apellidan
a estas algas del nipón,
mientras otro amigo engulle,
de un cerdo, medio jamón.
Cenas de mucha enjundia
con asados de tostón,
y casi, si te descuidas,
¡hasta con bollo maimón!
Ya he dicho: “el año que viene
¡no comemos ni un roscón!”,
que luego, de tanto exceso,
¡se va a quejar el riñón!
Ten cuidado con las uvas,
primero los cuartos son,
una cada campanada,
no te des gran atracón.
Y ya para despedirme
de mi querida afición,
con un brindis yo termino
esta felicitación.
¡Que el año sea generoso y feliz!
Mercedes Sánchez