Belén Bernal es presidenta de la Asociación Diabetológica Salmantina desde hace más de treinta años
En el Día Mundial de la Diabetes conocemos de primera mano uno de los testimonios más cualificados para hablar en Salamanca de esta enfermedad, que afecta a un 14% de la población. Belén Bernal es presidenta de la Asociación Diabetológica Salmantina desde el año 1992 y atiende a SALAMANCArtv AL DÍA para conceder esta entrevista en la que aborda los principales retos y demandas de la población diabética.
- Belén, si empezamos hablando de números, ¿cómo está siendo la evolución de la diabetes?
- En este momento afecta a uno de cada siete adultos en España. Es la segunda tasa más alta de Europa. En los últimos tres años el número de personas que sufren diabetes en nuestro país se incrementó en un 42%.
- Y este incremento, ¿a qué puede ser debido?
- Realmente no se sabe muy bien, pero se supone que es por la vida sedentaria que llevamos ahora. Además los hábitos alimentarios influyen mucho. El sedentarismo, la obesidad y la mala alimentación parecen los factores predeterminantes en ese incremento.
- Teniendo todo esto en cuenta, ¿cuáles serían las principales recomendaciones para evitar esta enfermedad?
- La tipo 1 es genética y no se puede prevenir, pero para la diabetes tipo 2 se debe hacer ejercicio físico para evitarla y realizar una correcta alimentación.
- Para una persona diabética, ¿qué es lo más difícil en su día a día?
- Partiendo de que es una persona diagnosticada, lo más difícil es estar bien controlada. Esto implica tener unos cuidados y tener una muy buena educación diabetológica. La clave es el ejercicio, la medicación y la alimentación. Si una persona no está diagnosticada puede tener muchísimas complicaciones.
- ¿Cómo cuáles?
- Probablemente tengan alguna complicación, como puede ser una retinopatía, una nefropatía o una neuropatía. Ese es el problema de tener una diabetes y no estar diagnosticado. Porque si estás diagnosticado y estás bien controlado, no tienen por qué aparecer las complicaciones. Y si aparecen, aparecen a muy largo plazo.
- Y ese diagnóstico del que hablas, ¿es complicado de realizar?
- En absoluto. Con una glucemia se puede diagnosticar. Nosotros vamos a instalar el fin de semana una carpa en la Plaza de los Bandos para hacer glucemias a todas las personas que quieran. Si la glucemia es alta se manda a la persona al médico de familia para que sea él quien decida lo que hay que realizar, porque no sabemos si la tiene alta desde hace tres días o hace un año.
- Durante estos más de treinta años al frente de la Asociación Diabetológica Salmantina, ¿ha notado avances en torno a la diabetes?
- Muchísimos. Ha habido unos avances impresionantes. Ahora mismo hay unos sensores con unas bombas que llaman la bomba inteligente o el sensor inteligente. Eso normalmente es para las personas con diabetes tipo 1. Es una maravilla. Pero ya sin llegar a eso, lo de pinchar como hacíamos hace años con una jeringa y coger el frasquito de la insulina está en el olvido. Ahora hay mucha gente con un sensor puesto en el brazo que pasando el móvil por encima puede medirse todas las veces que quiera al día sin necesidad de pincharse. Eso ha sido un adelanto de un antes y un después en la persona con diabetes. Además está indicado tanto para niños, adolescentes o personas mayores. Dependiendo de la glucemia que tengan, ellos administran la cantidad de insulina adecuada. O si tienen una hipoglucemia comen o toman azúcar y ya está solucionado el problema.
- Imagino que en todos estos avances, el papel de la asociación sigue siendo muy importante.
- La asociación es el principal nexo de unión que hay entre la persona diabética y las administraciones. Todo esto de los sensores, por ejemplo, no viene así por arte de magia, esto se ha luchado mucho. Otra cosa que hacemos es el estar ahí y dar apoyo a la persona con diabetes. La persona con diabetes, cuando la diagnostican, me da igual que sea mayor, que sea niño, que sea joven, vive un trauma porque que te digan que tienes una diabetes y que no te vas a curar nunca y que vas a tener que pincharte, o en el mejor de los casos, tener una alimentación y un ejercicio físico que antes no tenías o unos cuidados que antes no tenías, pues eso es un trauma.
- Además estos días, con motivo del Día Mundial de la Diabetes, se han organizado varias charlas.
- Sí, vamos a impartir una charla de nefropatía, una de cómo viajar con diabetes y una tercera llamada ‘Mirando más allá de la glucemia’. Además, en la asociación tenemos una educadora en diabetes que pasa consulta y que puede educar a la persona con diabetes en lo que necesite y hemos tenido endocrino hasta hace nada. Espero que lo podamos volver a tener.
- Me llama especialmente la atención la segunda de las charlas, ‘Viajar con diabetes’. ¿Cómo influye esto de viajar en una persona diabética?
- Puede influir por ejemplo cuando vas a un país que son 6 u 8 horas menos que en España. Es complicado el adaptar esa dosis de insulina que tú te has puesto en casa antes de salir. Y llegas al país de destino y resulta que también es por la mañana. Son detalles que hay que tener en cuenta. Ahora con los sensores de los que hemos hablado antes es más sencillo de controlar, pero aún así hay que tenerlo en cuenta. Además, también hay que llevar un informe en los aeropuertos para poder llevar la insulina en el equipaje de mano en el avión, por ejemplo. La insulina no puede ir en la bodega del avión porque se congela. Son muchas cosas que hay que tener en cuenta.
- Para ir finalizando, ¿todavía hay desconocimiento en torno a la diabetes?
- Cada vez se conciencia a la población mucho más pero hay que reconocer que todavía hay mucho desconocimiento por parte de todos, incluso por parte del personal sanitario.