OPINIóN
Actualizado 19/09/2024 07:55:41
Gloria Rocas

"Si la felicidad de un niño es importante,

el desarrollo de su potencial

es urgente"

Paulina Banfalvi

El curso escolar ha empezado. Septiembre se ha impuesto al igual que lo hacen las nubes en una tarde de tormenta; sin pedir permiso. De sopetón. Nos ha pillado con el pie cambiado a todos y hemos tenido que pararnos, colocar las piernas e intentar pisar de forma acertada para no tropezar. A estas alturas de mes, sin embargo, aún vamos cojeando un poco. La rutina, o un sucedáneo de ella, nos acecha por la espalda con la agenda y los horarios a medio cuadrar.

Septiembre es el mes de los nuevos comienzos para familias y trabajadores que hemos disfrutado de semanas de vacaciones y desconexión. Y septiembre también es el mes de planificar un curso nuevo. Es el mes del aluvión de oferta de actividades, talleres, deportes y, en definitiva, extraescolares, para llenar las tardes y huecos de nuestros pequeños. O, quizá, ¿puede ser algo más que cubrir horas en el calendario semanal de los niños?Ya hablé hace unos meses en el artículo “Me aburro” de mi opinión acerca de ese horario tan ajetreado y comprimido que tienen los escolares hoy en día. Pero puestos a hacer uso de esas horas de la tarde que los peques deberían compartir en familia o en el parque, vamos a potenciar talentos. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que ante la necesidad o el deseo de que niños y niñas hagan alguna actividad por la tarde, vamos a buscar aquello que sea afín a sus intereses y a sus aptitudes, habilidades y destrezas.

Si observamos bien a nuestros pequeños nos daremos cuenta que cada uno de ellos tiene un potencial talento para ciertas actividades u ocupaciones. Que destaca en algo entre las diferentes actividades que realiza. Que es bueno haciendo tal o cual cosa, si lo queremos decir más coloquialmente. Pues bien, es ahí donde debemos incidir, siempre.

Si a un niño se le va el cuerpo al escuchar los acordes de una guitarra o una batería; si disfruta bailando, cantando o inventando sus melodías, está claro que sus intereses se encaminan hacia lo musical. Si, además, vemos que lo hace bien, no hay duda que esa habilidad y aptitud debemos potenciarla. Si una niña es creativa, su destreza manual es buena y su pasatiempo favorito es estar entre tijeras, temperas, pegamentos y pinturas, está claro donde debemos poner el foco.

Los padres, a menudo, cometemos dos errores. Por un lado, potenciamos actividades hacia las que los niños no muestran ningún interés. Por otro, que va muy de la mano del primero, los apuntamos a actividades que no se les dan bien (de ahí la falta de interés), pero que les vienen bien para mejorar y aprender. Perdemos de vista, a la hora de apuntarlos a estas actividades extraescolares, lo más importante: el niño y sus intereses y capacidades. No nos damos cuenta que ellos desarrollan estas actividades, impuestas en muchos casos, en momentos que son de ocio; que se salen de lo que es obligación; que ocupan un tiempo que podrían estar tocando la batería con una caja improvisada y unas cucharas de madera, o customizándose una camiseta vieja con pintura de dedos. En casa y tan a gusto. Pensémoslo.

Es verdad que el deporte y los idiomas, actividades de tarde que están muy en auge, pueden ser beneficiosas para los niños. Todo lo que sea el desarrollo corporal, el trabajo en equipo y el aprender otra lengua, sientan unas bases que para ellos son beneficiosas. Pero digo pueden porque si es bueno potenciar aptitudes, del mismo modo es horrible hacer aborrecer a un niño o una niña cierto tipo de actividad por nuestra cabezonería. Si nuestro hijo no es ágil, se muestra torpe con su esquema y coordinación corporal, no lo apuntemos a patines. Lo va a pasar fatal. Vamos a trabajar esos aspectos en casa, en familia, en petit comité, para que no establezca comparaciones con los compañeros que se deslizan a toda velocidad. Para que no se sienta menos, para que no se vea incapaz. Para que, en definitiva, su autoestima no se vea mermada. No hay ninguna necesidad. Con las clases de inglés, francés, alemán, etc ocurre algo parecido. Si los pequeños tienen dificultades para expresarse, son vergonzosos o detectamos que no tienen “mucho oído”, no les hagamos pasar un mal rato en este tipo de extraescolares. Tienen una asignatura específica en el colegio para esto. Asignatura que seguramente no será de sobresaliente, pero que estará bien también.

No todos podemos ser competentes en todo y ahí está el quid de la cuestión.

No forcemos. Acompañemos en las dificultades y potenciemos esas cualidades maravillosas y únicas que cada uno posee y que le hace especial.

Gloria Rocas

www.gloriarocas.com

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SALAMANCArtv AL DÍA - Noticias de Salamanca
  2. >Opinión
  3. >Potenciar talentos