Se ofreció una versión de la Ruta de hora y media de duración en la que se entremezclaron historias y personajes tanto clásicos como nuevos
El centro histórico de Ciudad Rodrigo vivió en la noche del sábado el retorno de la popular Ruta de los Malditos en su versión original, después de que el pasado mes de julio hubiese dos pases especiales -centrados en las historias de la Guerra de la Independencia- en el marco de las Jornadas Napoleónicas promovidas por el Consistorio.
Al igual que en el anterior edición de la Ruta de los Malditos en su formato original, hace ya un año (el 11 de agosto de 2023), el pase de la noche sabatina fue de pago (las entradas costaban 10€), pese a lo cual la asistencia volvió a ser masiva: más de 200 personas acudieron a la llamada, entremezclándose por supuesto mirobrigenses y forasteros, parte de los cuales ya habían asistido en alguna ocasión anterior, pero habían querido volver a disfrutar del espectáculo.
En esta versión, se alternaron historias y personajes tanto clásicos como más recientes de la historia de la Ruta, a cargo como siempre de Sergio Olvidado, Popy Vegas y Fran Encinas. La Ruta comenzó con el personaje del Ciego Sabino en la Plazuela de Herrasti, donde también dio la bienvenida a los presentes Sergio Olvidado, que relató detalles de la Catedral, en cuyo atrio de la Puerta de las Cadenas apareció Cayetanito Fuentes, quién afeitó ‘la barba’ a un murciano en una divertida escena.
La Ruta prosiguió hacia Cerralbo, donde apareció el inventor Sr. Huertas, y de ahí a la Plaza Mayor, donde se encontraba Sebastiana del Castillo, que encontró como enamorado a un gaditano en otra simpática escena. En la Plazuela de Cristóbal de Castillejo se recrearon los autos de la Inquisición, con una espectadora como protagonista a la que se colgó el Sambenito, relatándose a continuación la trágica historia de las tres niñas a las que les cayó una campana de la Iglesia de San Pedro.
De ahí se pasó a la confluencia de la calle Arco con la Rúa del Sol, donde esperaba Lorenza Iglesias. Tras otra historia relatada por Sergio Olvidado, el grupo se introdujo en la calle Sepulcro, para evocar uno de los momentos más míticos de la Ruta (que ha ido evolucionando con lo que ha ido pasando durante estos años), apareciendo de hecho una de las protagonistas, Filomena Curto, que le dio un notable susto a los presentes.
El recuerdo a Feliciano Da Silva, así como a la Iglesia enterrada a la altura de la calle Campofrío, no faltaron en la Ruta antes de su remate final, que tuvo lugar en el emplazamiento donde se hacía en sus inicios, en el Palacio de Montarco, recordando su papel en la 2ª Guerra Mundial. Ahí también se produjo la despedida del público, que brindó una cálida ovación a la troupé maldita.