SOCIEDAD
Actualizado 13/08/2024 01:27:24
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El pregón fue pronunciado en la noche del lunes en la Plazuela del Buen Alcalde

Estimado Marcos, Alcalde de nuestro Excelentísimo Ayuntamiento; autoridades; señoras y señores: público en general; hermanos míos todos en nuestro Padre San Francisco de Asís. Bienvenidos.

Quizás os extrañe esta manera fraternal de dirigirme a vosotros, no debe serlo, así lo hago porque lo siento en lo más profundo de mi corazón y de mi alma. Gracias HERMANOS por acogerme y escucharme.

Isabel La Católica. 1475

Los que saben de esto y me antecedieron dan fecha de esta celebración al año de 1985, es decir, hace ya la friolera de 39 años, y curiosamente tal como hoy caía en "13 y Martes", y como siempre sigue siendo una "FIESTA" de exaltación del comercio tradicional de nuestros mercados de los martes, y de alguna manera seguir conmemorando el V Centenario del Mercado Franco de los Martes, pero ante todo siempre valorando la constancia, el empeño, la firmeza y el tesón voluntarioso de los hortelanos y por ello reconociéndolo desde Dios Padre sabe cuándo.

Las aguas ya cayeron allá por Diciembre de 1537 cuando la recibimos de nuestro rey de España y emperador de Alemania, Don Carlos I por un lado y V por el otro, nos lo otorgó, aunque el Privilegio que celebramos data nada menos que desde 62 años atrás, es decir desde el 21 de Agosto de 1475, fecha en que lo firmó la Católica Reina Isabel Iª en Valladolid.

Tengo que reconocer públicamente, que cuando me llamó Don Marcos Iglesias para ofrecerme que yo fuera "PREGONERO DEL MARTES MAYOR", fui un procaz atrevido que acepté sin pensarlo, amo a Ciudad Rodrigo con pasión y ello me llevó al SÍ de forma irremediable.

Carlos I. España. 1533

Me puse a indagar, y esa seguridad primera se fue diluyendo como un terrón de azúcar en una taza de café caliente al comprobar en mis averiguaciones que desde casi cuarenta años atrás, otras cuarenta personas de ambos sexos habían ya ocupado el lugar que hoy mi atrevimiento insensato me ha traído, pero, después pensé ¿porqué no?, sería por mi parte una manera de agradecer al personaje histórico que más admiro del mundo, Doña Isabel La Católica, ya que ella fue ¿cómo no? la persona que concedió a Ciudad Rodrigo el Mercado Franco, es decir, sin pago de alcabalas. Concesión que años más tarde su nieto Carlos ratificó, pero ya no de forma gratuita sino mediante el pago de seis mil ducados de oro, que hoy más o menos equivaldrían a unos seis mil euros.

No quiero, ni deseo enredarme en planteamientos basados en fechas y en vericuetos históricos, y por tanto voy a zambullirme de lleno en el tema que he elegido para esta ocasión, y en esto también copio e imito a mis antecesores, y por ello voy a elegir la temática de mi charla para poder convertirla, si eso es posible en "PREGÓN" y esas materias no serán otras que mi "SAN FRANCISCO DE ASÍS" y el "FRANCISCANISMO MIROBRIGENSE" que de él y con él surgieron.

Tanger. Calle Siaghins

Antes de meterme de lleno en esta antiquísima historia de la venida de San Francisco de Asís a Ciudad Rodrigo en 1214, deseo, abusando de todos los que me escucháis, contaros mi "HISTORIA CON CIUDAD RODRIGO", algo que posiblemente muchos se preguntarán. Todo empezó en el verano de 1965, es decir, hace la friolera de 59 años. Pero esto así dicho en frío no significa nada, por ello voy a abrirme de par en par y contaros como sucedió todo tal cual hasta hoy.

Desde siempre, desde que empecé a escribir sobre mi "especial cariño" a Ciudad Rodrigo mis lectores y oyentes pueden pensar que soy un apátrida, que no he tenido lugar de nacimiento o bien que he renunciado a él voluntariamente. No. Como para todo el mundo, existió un lugar donde por primera vez vi la luz maravillosa, esa luz espléndida que es el inicio de una vida, y ese lugar fue "TÁNGER", hoy ciudad marroquí, entonces cuando yo nací 1941, Ciudad Internacional, aunque históricamente hablando he de hacer una pequeña aclaración, muy importante, eso sí, por lo que significó políticamente y es que en la mañana del viernes 14 de Junio de 1940 España ocupaba la ciudad de Tánger haciéndose presente con Fuerzas Jalifianas compuestas por Tabores de las Mehalas de Tetuán y de Larache, y ayudados por una parte de la dotación de Infantería de Marina del minador "Vulcano", pequeño buque de la Armada Española. La nota oficial que portaba el mando en la persona del Capitán Don Antonio Yuste, decía: "Con objeto de garantizar la neutralidad de la zona y de la ciudad de Tánger, el Gobierno Español ha resuelto encargarse: provisionalmente, de los servicios de Vigilancia, Policía y Seguridad de la Zona Internacional, para lo cual han penetrado esta mañana fuerzas de las Mehalas Jerifianas con dicho objetivo. Quedan garantizados todos los servicios existentes, que continuarán funcionando normalmente. "Curiosamente ese mismo día las fuerzas blindadas del III Reich al mando del General Heinz Guderian entraban también en la ciudad francesa de París. En definitiva, que TÁNGER FUE ESPAÑOLA" durante el tiempo que duró la ocupación, justamente hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, es decir, hasta el domingo 2 de Septiembre de 1945.

Quiero con ello significar que yo nací ESPAÑOL por los cuatro costados, ya que vine al mundo a las 4 de la madrugada de un caluroso miércoles, era el 9 de Julio de 1941. La ascendencia de mi familia tampoco dejaba lugar a dudas; por parte de mi padre, madrileña, y por parte de mi madre también tangerina en primera generación, pero andaluces gaditanos de Rota y de Jerez de la Frontera, respectivamente por mi abuelo y abuela materna.

Mi abuelo, Don Manuel Gutiérrez Verano de Quirós y Beltrán, padre de mi madre, fue uno de los hombres más conocidos en la colonia española de Tánger, llegó a la ciudad el año 1903 como exiliado político debido a sus actividades antimonárquicas y sus tendencias abiertamente liberales procedente del Puerto de Santa María. Una vez establecido y gracias a sus negocios de restauración, cafeterías y pastelerías, consigue traerse a toda su familia, Fueron famosos en los años veinte sus locales "Los Tiroleses", "El Cerro", y el más importante de todos "Los Gabrieles". Todo esto unido a una historia familiar llena de muertes y tragedias, dignas de llenar las páginas de un libro, que de escribirse seguro que alcanzaría cotas de best-seller. La primera de ellas su propia muerte acaecida el sábado 9 de Noviembre de 1929 a la temprana edad de 53 años. Mi tío Luis, hermano de madre, que se mató junto a las tapias del cementerio cristiano de Bubana, (bubana= cementerio en árabe), el domingo 14 de Junio de 1925 a la temprana edad de 19 años, junto a la mujer de la que estaba enamorado y que por circunstancias especiales la familia no aprobaba esta boda; él padecía una enfermedad de difícil solución y ella era bastante mayor que él y para más Inri, mujer de vida pública, que quiero recordar se llamaba Antonia Romero. Se descerrajaron la cabeza de un tiro, él a ella primero y luego él a sí mismo. La desesperación, la incomprensión, y el desprecio social e hipócrita de la época les llevó a tan desesperada e irreversible situación. Mi tío Luis era el típico hijo de papá rico, en una de sus muchas excentricidades fundó el primer equipo de fútbol tangerino y que con el tiempo llegó a ser equipo puntero de Segunda División, el famoso "Unión Deportiva España de Tánger" que vestía como nuestra selección nacional, e incluso llegó a dar un famoso jugador al Real Madrid C. De F. de las Copas de Europa, Heliodoro Castaño, que jugó cuatro temporadas en el Club blanco, ganando el primer año, 1955, la Primera Copa de Europa.

Al fin de cuentas no es cuestión de contar la historia entera de mi familia, tan sólo he pretendido explicar un poco y un mucho de el por qué dejé de pensar en Tánger como mi Patria Chica, como mi ciudad más soñada, que me existió demasiado y que ya no existe para mí, un fantasmagórico Hércules me lo quitó de los pies y como buen hijo de Anteo le imité buscando otro suelo donde renaciera de nuevo mi vitalidad y esa tierra que elegí, fue, es y será para siempre mi muy querida ciudad de CIUDAD RODRIGO.

Mi infancia y parte de mi pubertad en Tánger están grabadas en mi mente como una época feliz de gratísimos recuerdos. Es como una película que no sé si he visto, si he trabajado en ella o sólo lo he soñado. Nunca esos recuerdos tienen sensación de realidad, son nebulosos, como si estuviesen suspendidos en el aire. Que razón tiene mi paisano y amigo Ramón Buenaventura, autor del libro "El año que viene en Tánger", cuando dice que los tangerinos somos de un sitio que ya no existe y que todo el mundo conoce. Tánger es mentira, y además no lo recuerdo, y yo añado, que voluntariamente lo quité de mi mente. Otros intereses, económicos y políticos los hicieron sin contar con nosotros, nos arrancaron a nuestro Tánger, de ese mapa que los tangerinos todos teníamos concebido.

Nací en una ciudad que ya no existe, y en un país que entonces tampoco existía. Nos falta nuestro suelo, nuestra tierra, los tangerinos somos un poco todos como el hijo del dios del Mar Poseidón y de la diosa de la Tierra, Gea, madre también de los titanes y de los cíclopes, el gigante Anteo. Somos una mezcla perfecta de ambos elementos, aunque curiosamente domina más en nosotros la fuerza de Hércules que mató precisamente a Anteo suspendiéndolo en el aire, en la tierra de nadie, y esa es nuestra impronta, nuestra "tierra de nadie", el Tánger que nosotros conocimos y ya no tenemos. Cuando Tánger empezó a escurrirse de nuestros dedos, cuando empezó a resquebrajarse el crisol cultural y lingüístico que era, cada uno de nosotros buscamos nuestras vidas donde el caprichoso Destino nos quiso deparar. Cada uno guardó en su armario los recuerdos de sus vivencias, algunos se fueron a países de Europa o a las Américas; otros, los más, a las costas cercanas de Andalucía y Valencia y los que aspiraban a mayores metas se mudaron a Madrid o a Barcelona.

Hoy en la lontananza de los muchos años pasados me complace recordar mis vivencias tangerinas así como la grata memoria de mis primeros años de vida, que son los que nos marcan para siempre. Mi alma sensible de niño inquieto quedó para siempre impregnada del ambiente tingitano, de una infancia que viví feliz y acentuó en mí el innato respeto y consideración hacia las opiniones de los demás. En Tánger aprendí la inmunidad y respeto para los que profesaban religiones diferentes a la mía, el verdadero tolerantismo de los otros cultos religiosos, ideas políticas y costumbres... Y, sobre todo, el respeto al otro, al "diferente".

No quiero cerrar este ciclo importantísimo de mi vida, no sin antes hacer mención de dos hechos que marcaron para bien y para siempre mi futuro como persona, fueron mis momentos vivenciales como “RELIGIOSO FRANCISCANO” y mi otro, y también importantísimo como “MILITAR” en Ifni, África Occidental Española - A.O.E. -, como miembro del Grupo de Tiradores de Ifni número 1. Seis años el primero, de 1956 a 1962 y dos años el segundo, 1963 y 1964. Entrambas dos cimenté, lo que era, lo que fue y lo que he querido ser hasta el día de hoy como “PERSONA” y, espero, que así siga siendo hasta el fin de mis días.

1 Noviembre 1961

Hoy que ya he hecho profesión pública de adopción particular como MIROBRIGENSE, en un canje en el que dejo en la lejanía la tristeza y la soledad por mi pueblo muerto y abro esperanzado y henchido de gozo mi corazón a mi nueva "PATRIA CHICA", CIUDAD RODRIGO, adoptada por mi alma y por mi corazón, a más de por la razón de hallar en ella lo que en el otro no encontraba, familia, amigos, raíces tiernas, brotes nuevos, pero agarrados y arraigados a esta tierra castellano-leonesa, salmantina, charra y farinata con la fuerza de la fe y de la confianza. Quiero por ello con todo mi respeto y como hizo San Francisco de Asís con su ciudad natal hacerlo yo con la mía putativa, bendecirla: "Bendita seas de Dios, Ciudad Rodrigo, ciudad santa, que acogiste entre tus murallas al Patriarca Francisco y le diste su primera imagen en piedra del mundo, por ti se salvarán muchas almas y en ti habitarán muchos siervos del Altísimo, de ti serán elegidos muchos para el reino de la eterna vida". Así sea, Ciudad Rodrigo.

Ifni. 1963

Una vez esclarecidos los motivos de mi adopción voluntaria a la ciudadanía mirobrigense, quiero entrar en uno de los asuntos que más me interesan y más me inquietan, la similitud y el paralelismo entre las ciudades de Asís y de Ciudad Rodrigo, y para ello nada mejor que demostrarlo con hechos fehacientes, datos y hechos históricos, registros religiosos, geográficos, humanos, etc... Son tan iguales estas dos ciudades hermanas, que hasta sus habitantes en algo también se parecen, en la indolencia del conocimiento, tanto los italianos como los españoles tenemos el gran y grave defecto, por lo general, de no conocer, como se merecen, nuestros hermosos países, y en lo particular nuestras amadas y queridas ciudades.

Llevo más de sesenta y ocho años leyendo, estudiando y en continua inmersión investigadora sobre el franciscanismo en general y en su particular influencia en Ciudad Rodrigo, y en especial subyugado por el personaje principal que como un puente invisible une a ambas ciudades, ASÍS y CIUDAD RODRIGO - CIUDAD RODRIGO y ASÍS, es y se llama "SAN FRANCISCO DE ASÍS".

Puedo en principio, por tanto, solamente con lo que hasta ahora conozco asegurar sin ningún género de duda que quitando la santa ciudad de Asís, no he encontrado ninguna otra que tenga tanta historia acumulada y tantos vestigios franciscanos entre sus muros como los tiene y los sigue conservando gracias a sus gentes nuestra querida Miróbriga.

El viaje de San Francisco de Asís a España siempre me ha cautivado. No entra en mi mente, ni concibo, un San Francisco de Asís sin España, ni una España que no haya sido cubierta por el manto del glorioso santo umbro. El amor franciscano es un injerto sobrenatural en el alma española. Por eso, desde la llegada de San Francisco de Asís a nuestra Patria parece que se multiplican todas las energías de nuestra raza, y por eso todas las grandes gestas hispanas llevan el sello franciscano y es palpable en todas ellas las huellas del espíritu del Santo fundador asisiense.

Los cronistas e historiadores del siglo XVI y siguientes han fantaseado en esta sería cuestión, de suerte que, ateniéndonos a los actuales descubrimientos históricos, es imposible resolver qué haya de legendario o de verdadero en algunas tradiciones franciscanas españolas. Admitirlas todas, no es prudente ni razonable; rechazarlas en absoluto, es contrario a las severas leyes de la crítica histórica.

Catedral Ciudad Rodrigo

Lo que si tenemos seguro los españoles es que casi todas nuestras historias, leyendas, testimonios verbales o escritos, casi todos tienen datos suficientemente fidedignos para que el viaje de San Francisco de Asís a España tenga derecho a entrar con patente limpia en la Historia.

No sé si algo en el mundo me puede producir más felicidad y excitación que este momento que estamos viviendo. Hace casi sesenta años que, como ya dije, vengo trabajando en el y por el franciscanismo de Ciudad Rodrigo. Escribí hace ya un tiempo, concretamente en Febrero de 1998, un artículo titulado "Ciudad Rodrigo, perla preciosa de la Corona Franciscana", fue con motivo del terremoto que el 26 de Septiembre de 1997 bramó y asoló el suelo sagrado de Asís y se perdieron muchas vidas humanas, partes irrecuperables de la grandiosa y majestuosa Basílica de San Francisco. Pues bien, esa noche triste pensé de inmediato en Ciudad Rodrigo, la ciudad del mundo que más me recuerda a Asís, no en vano la bauticé en mis escritos con el nombre de "CIUDAD RODRIGO, EL ASÍS DE ESPAÑA", y en fecha no muy lejana la confirmó públicamente en la Iglesia del Monasterio de Santa Clara, el que fue nuestro Obispo, Don Antonio Ceballos Atienza, por siempre y para siempre de grata memoria para todos nosotros.

Las hermanas tierras de Asís y de Ciudad Rodrigo se me unieron en la memoria y, honradamente sentí una profunda tristeza y congoja en mi corazón como si ese terremoto hubiese abierto también a su vez una grieta en mi alma, y el pozo oculto de mi dolor derramó lagrimas por lo que siento mío, Asís. Pero, instantáneamente di gracias a Dios porque otra tierra, Miróbriga; que amo con igual fuerza sigue preservada de la furia y de los zarpazos de la muerte y de la destrucción que la potencia de la naturaleza desbordadas es capaz de causar.

Y esta vez, los sentimientos gozados son todo lo contrario de entonces, antes tristeza, ahora felicidad, porque las ruinas deshonrosas del Convento de San Francisco del Arrabal, donde había destrucción, dejadez, abandono, desidia en los hombres del ayer, el hombre de hoy, en este caso el Alcalde de Ciudad Rodrigo, Don Francisco Javier Iglesias García y su Cabildo, dirigidos por la mano de Dios, pero sobre todo por su bien y acertado hacer lo han convertido en obra grandiosa y digna de la admiración de los mirobrigenses presentes y de agradecimiento de los que en el futuro heredaran nuestras obras.

No me cansaré nunca de insistir en el "milagro franciscano de Ciudad Rodrigo", ciudad del mundo que tiene la honra de poseer la primera imagen hecha en vida del Santo Fundador. Para algunos San Francisco de Asís es sólo un santo más, para otros es el Hermano de todas las cosas; otros lo tienen como el Patrón de los Animales, y de las Asociaciones de los Verdes y de los Ecologistas, incluso los no creyentes le tienen una veneración especial. Para mí es el personaje más importante del Milenio y lo seguirá siendo en éste en el que ya vivimos. Es el Otro Cristo, es el Cristo de la Edad Media, es el Hombre de la Paz y del Amor.

No voy nuevamente a relatar la historia de San Francisco y de Ciudad Rodrigo, lo que sí quiero es dejar constancia de la gran importancia que tuvo su visita, pero sobre todo porque ésta se debió a que San Francisco de Asís para ganar el Jubileo Compostelano, es decir, que gracias al Jubileo, gracias al Patrón de España, gracias a su Camino del Jubileo tuvimos de rebote la gran fortuna de gozar de su presencia y de que ésta marcara para siempre nuestra Historia.

Para regocijo de los mirobrigenses y "fundamento básico de credibilidad histórica" voy a transcribir el pasaje de su venida tal como se contó hace ya cientos de años y se publicó en el libro "La Provincia de España de los Frailes Menores", apuntes histórico-críticos sobre los orígenes de la Orden Franciscana en la Península Ibérica, escrita por el M. R. P. Fray Atanasio López O.F.M. Obs.; religioso de la Seráfica Provincia de Santiago, en el año 1915, en su página 158, escribe textualmente: "... En el Archivo Ibero-Americano, Tomo I, páginas 282 a la 285, nos hemos ocupado de los recuerdos que existen acerca de la permanencia de San Francisco de Asís en esta ciudad de Ciudad Rodrigo".

Algunos años después de su viaje a España, Francisco envió a dos de sus discípulos a la "fundación del Convento de Ciudad Rodrigo". El Padre Fray José de Santa Cruz - cronista de la Provincia Seráfica de San Miguel -, exprésase en los siguientes términos:

"De escritura antigua, hallada en los archivos de la Santa Iglesia, consta que los dos compañeros que envió San Francisco para fundar en Ciudad Rodrigo, se presentaron el año de mil doscientos y veinte ante el señor Obispo Don Bernardo, declarando como su Padre Fray Francisco de Assis los embiara para que pidiesen humildemente, como pidieron, que les fuesse concedida la ermita de San Gil, donde él auia hecho poço. Y asimismo consta que el Obispo con su Cabildo y la Ciudad con se Regimiento, acordándose de la doctrina y ejemplo que del Santo varón auian recibido con liberalidad y afectuosa devoción les concedieron la ermita y el sitio, cosa de cincuenta passos de los arrabales, y sus huertas a la parte del Setentrión, y a la fundación del convento ayudaron con limosnas públicas y particulares".

Convento San Francisco

Con este hecho histórico, nos convertimos en la ciudad privilegiada de la Tierra que tiene la primera imagen hecha del natural de San Francisco de Asís; hemos sido y somos la ciudad más envidiada del mundo franciscano. Ni la propia Asís, cuna del Santo Patriarca y Fundador, puede vanagloriarse de tamaña fortuna y, cuánto menos, el resto de los pueblos y ciudades de Italia.

He repetido una y mil veces que los mejores historiadores y artistas italianos se han pasado la vida y no han escatimado esfuerzos en viajes, estudios, investigaciones para encontrar algún retrato, talla o imagen del Poverello de Asís que pertenecieran al siglo XIII, NUNCA LA HALLARON EN ITALIA.

Estudiosos de las tres ramas de la Orden Franciscana; Capuchinos, Conventuales y Observantes, así como franciscanistas en general han pasado por nuestra Santa Catedral para visitar la tercera bóveda y en ella estudiar con detenimiento la figura de San Francisco de Asís, sobre todo en lo que concierne a la forma de su hábito.

Tengo la seguridad plena que sin la venida de San Francisco de Asís a Ciudad Rodrigo la "HISTORIA" de nuestro pueblo hubiese sido otra, no me atrevo a juzgar que si mejor o peor, pero sí que muy diferente. Quiero dejar bien claro que Ciudad Rodrigo siempre hubiese sido importante, con Francisco o sin Francisco, porque la calidad no la da el lugar, ni sus circunstancias, la concede las gentes que componen la Ciudad y, gracias a Dios los mirobrigenses son gentes poco comunes, son extraordinarios y están dotados de especiales características positivas que los hacen únicos. Ciudad Rodrigo, como ninguna otra ciudad ha demostrado su tradición franciscana y, desde el siglo XIII, concretamente desde el año 1214 nuestro nombre "CIUDAD RODRIGO" ha estado y está escrito con letras de oro y sangre en la "HISTORIA UNIVERSAL FRANCISCANA".

Antiguamente con sus mujeres y hombres, que hijos del Poverello llevaron el nombre de nuestra ciudad a los cinco continentes: Obispo en Marruecos; frailes mirobrigenses que por su humildad franciscana renunciaron a la Mitra; misioneros en todas las tierras conocidas del orbe; fundadores de pueblos y de ciudades en América del Norte, Central y en Suramérica; Obispos en muchos lugares de España; escritores y oradores sacros insignes; doctores, catedráticos y profesores en las mejores Universidades de España y América toda;

La Iglesia Española y el Vaticano gozaron y se aprovecharon de nuestros hombres sabios en sus Universidades, Seminarios y en sus Concilios; confesores de Reyes y Reinas; Consejeros de Estado; nuestras mujeres las "Clarisas" que hasta ayer enriquecieron en los siglos pasados y presentes nuestro suelo y nuestros cielos con sus trabajos y sus oraciones, convirtiéndose en luceros perennes de Cristo y nos apoyaron siempre en lo espiritual... Y fueron parte principal de la restauración monástica y eclesial lusitana recogiendo primero y trasladando después religiosas de Santa Clara de Ciudad Rodrigo a Lisboa, para compensar y refundar los desaparecidos monasterios Clarianos en las tierras vecinas de nuestra amada Portugal cuando la revolución republicana y su correspondiente exclaustración en 1910; en la Crónicas Franciscanas portuguesas podemos encontrar este importantísimo texto:"O itinerario do ressurgimento do conventinho de Lisboa foi mais accidentado. Resumo as etapas principais: declaraçao de nâo extinçâo do mosteiro do Desagravo de Lisboa pela Congregaçâo dos Religiosos e faculdades dadas por esta ao Patriarca de Lisboa para o restaurar - 2 de Maio de 1927 -; profissâo de duas antigas pupilas do conventinho no mosteiro de Clarissas de Ciudad Rodrigo - Espanha - com vista à Restaraçâo - 11 de Abril de 1928 -; entrega a uma das neo-professas do goberno da comunidade residente Numa casa particular em Lisboa"; una pléyade de Siervos de Dios y Venerables honraron a la Santa Madre Iglesia con el carisma franciscano; un fraile nuestro llegó a Ministro General de toda la Orden Franciscana; otro fraile insigne fue escritor, orador y Comisario General de las Misiones del Perú, etc..., es decir, que podría para honra nuestra escribir con detalle mil y una páginas con las glorias de los hombres y mujeres eximios de nuestra Miróbriga querida, que han llevado con suma distinción a lo largo y ancho de todos los caminos de la Tierra el nombre de nuestra Patria Chica, para todos nosotros la más grande de todas ellas "CIUDAD RODRIGO". En todas las librerías y bibliotecas de todos los conventos franciscanos del mundo, libros hay, en el que están escritos con plumas castellanas y con tinta roja de la sangre de los hijos de Ciudad Rodrigo el nombre de NUESTRA CIUDAD con el orgullo y la dignidad honrosa de esta efeméride gloriosa.

Francisco Universal

Llévalo el franciscanismo, injerto seráfico en el alma mirobrigense, tan compenetrado con ella que viven en la misma savia, florecen bajo el mismo cielo, producen los mismos dorados frutos... Por eso Ciudad Rodrigo y los civitatenses son FRANCISCANOS a fuer de españoles, como lo fueron sus antepasados. Por eso y por ello sabemos y queremos que "CIUDAD RODRIGO SEA Y ES EL ASÍS DE ESPAÑA".

Después de esta extensa, pero importantísima para mí, declaración de principios y de intenciones, para sostenimiento de la veraz visita a Ciudad Rodrigo de mi Seráfico Padre San Francisco de Asís a Ciudad Rodrigo sigo con mi escrito adentrándome de nuevo con el Serafín de la Umbría, que yo en confianza llamaría "SERAFÍN DE MIRÓBRIGA", más afín con el paralelismo "ASÍS-CIUDAD RODRIGO". No por ello dudé ni erré jamás en afirmar con toda seguridad y con toda mi honradez, que: "CIUDAD RODRIGO ES, EL ASÍS DE ESPAÑA".

El espíritu del Patriarca se comunica a sus súbditos por tan extraña manera que cada uno que lo veía, lo escuchaba o simplemente conseguía tocarle o rozarle el hábito parecía otro San Francisco redivivo. El espíritu del gran Amador se quedó entre nosotros.

¿No veis marcadas en el patrio suelo

de Francisco las huellas?

En el bordado pabellón del cielo.

No lucen tantas fúlgidas estrellas,

como son de virtud los resplandores

con que a España vistieron los Menores.

Ciudad Rodrigo eres la envidia del Mundo Franciscano. Todos nosotros los mirobrigenses de hoy, del próximo siglo y el de los venideros continuaremos demostrando que queremos seguir siendo hijos del Seráfico Patriarca de Asís, nuestro Padre y Hermano San Francisco de Ciudad Rodrigo.

Gracias, señor Alcalde, amigo mío Marcos, por tu empeño; gracias Munícipes del Cabildo, sin vosotros nada de estos se hubiese hecho; Gracias señor Obispo, hermano mío Don José Luis Retana Gozalo por tu respaldo humano y eclesial, contigo y con Tu Iglesia hemos contado; y por último gracias pueblo de Ciudad Rodrigo, hoy todos hemos pagado con este éxito el tributo que teníamos pendiente con San Francisco de Asís, él vino un día de Septiembre de 1214 y todos los aquí presentes y ausentes, queremos y deseamos que nunca jamás se vaya. FRANCISCO dános tu bendición.

Ciudad Rodrigo, martes 13 de Agosto de 2024.

Luis Ruiz Gutiérrez.

Terciario Franciscano Seglar.

PAZ y BIEN.

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