La Alianza UPA-COAG exige una actuación urgente de las administraciones ante el peligro real de que se dispare la invasión de roedores
En las últimas semanas, la Alianza UPA-COAG está recibiendo en sus oficinas numerosas quejas de agricultores denunciando una presencia elevada de topillos, superior a la que suele ser habitual en estas fechas. Estas denuncias se han visto refrendadas por el Observatorio de plagas y enfermedades agrícolas de Castilla y León, que, en el marco de la Estrategia de Gestión Integrada de riesgos derivados de topillo campesino, recientemente ha publicado un aviso instando a los agricultores y a otros agentes responsables o competentes en otras superficies con cubierta vegetal, a la ejecución de las medidas fitosanitarias que, a modo de recomendaciones de manejo para el periodo estival, se proponen por dicho órgano.
Se confirma, por tanto, como ya venía denunciando UPA-COAG, "el preocupante aumento de la población de topillo en determinadas zonas de la comunidad autónoma, y muy especialmente en las comarcas de Tierra de Campos en las provincias de Palencia y Valladolid, La Armuña en Salamanca, La Moraña, entre Ávila, Valladolid y Salamanca, y Campos-Pan en Zamora, como las zonas más afectadas.
La Alianza UPA-COAG solicita a ayuntamientos, diputaciones provinciales, Confederación Hidrográfica y otras entidades o administraciones propietarias o gestoras de terrenos que "pongan inmediatamente en marcha toda la 'maquinaria' que se precise, sin escatimar ningún tipo de medida de cuantas sean necesarias, para actuar en las vías de dispersión de la plaga (cunetas, regatos, desagües, zonas adyacentes a infraestructuras de comunicación e hidráulicas, etc.)".
Entre otras, es necesario, señalan, que implementen ya las siguientes medidas:
Por lo que respecta a las actuaciones que pueden acometer los agricultores en sus parcelas, desde UPA-COAG recuerdan resumidamente las principales normas de manejo:
En cualquier caso, hay que tener en cuenta, señaña la Alianza, que "algunas de las recomendaciones que la propia Administración viene realizando, por ejemplo, determinadas prácticas de laboreo y eliminación de rastrojos, pueden entrar en contradicción con la normativa de condicionalidad de la actual PAC y del aprovechamiento de pastos. Es por ello por lo que solicitamos que, de manera excepcional, se permita realizar las labores necesarias para romper las huras sin penalización a efectos del cumplimiento de los ecoregímenes y la condicionalidad".
"Cabe recordar que un desmesurado aumento de la población, cuando no surten efecto las medidas de prevención y control de la misma, puede acarrear no sólo considerables pérdidas en las producciones agrícolas, como ya se están constatando con el avance de las cosechadoras en el campo, sino que también puede conllevar riesgos sanitarios tanto directos como indirectos, como la contaminación de las aguas superficiales o la propagación de enfermedades como la tularemia, como ya sucediera durante la plaga de 2007".