Además del adoquín en el suelo, se ha situado un pequeño panel en el edificio contiguo
Al lado del edificio de la Plaza Mayor de Ciudad Rodrigo donde estuvo situada la Relojería y Platería de su padre (actual oficina de Caja Rural de Salamanca) se instaló en la mañana del sábado la Stolperstein o piedra de la memoria en recuerdo de Tomás Calleja Juanes, mirobrigense que pasó por los campos de concentración de la Alemania nazi de Buchenwald, Flossenbürg y Mauthausen tras ser detenido en Francia, a donde se había exiliado.
La instalación de esta Stolperstein ha sido promovida por la Asociación Salamanca Memoria y Justicia, que está instalando, con la colaboración de la Diputación de Salamanca (y los ayuntamientos respectivos), placas similares en los lugares de procedencia de los 36 salmantinos que pasaron por los campos de concentración nazis (alrededor de la mitad murió en los mismos), dentro de una iniciativa mundial que ya lleva colocadas más de 100.000 placas de este tipo.
En este caso, el adoquín fue introducido en el hueco que se había abierto en la Plaza Mayor por María Antonia Borragán, sobrina-nieta de Tomás Calleja, dando lectura otra de ellas, Nieves Solórzano, a un poema de Primo Levi (Si esto es un hombre) sobre la importancia de no olvidar el pasado (como ellas explicaron, al acto asistieron varias nietas de Rosario Calleja, hermana pequeña del homenajeado).
Como señaló Julio Fernández, presidente de la ASMJ, se trata a fin de cuentas de “una piedra de tropiezo para no volver a repetir la historia”, esperando el alcalde de Ciudad Rodrigo, Marcos Iglesias que “este acto sirva para saber que el pasado no hay que repetirlo cuando es horroroso”, considerando que viendo el Telediario y lo que ocurre por ejemplo en Gaza o Ucrania “no hemos aprendido lo suficiente de lo que ha pasado en la historia”, siendo también la colocación de la stolperstein “un gesto de paz”.
Julio Fernández apuntó que Tomás Calleja era “posiblemente desconocido hasta hoy”, como corroboró Marcos Iglesias, quién destacó que “a partir de hoy se le da más conocimiento”, y con el adoquín “se le va a recordar para siempre”. Junto al mismo, ha sido colocado un pequeño panel en el edificio anexo con los datos biográficos de Tomás Calleja. Julio Fernández resaltó que “es conveniente que dignifiquemos a las víctimas, y que las atrocidades no se puedan volver a repetir”.