Durante la tarde hubo jóvenes que se ‘bañaron’ en el Águeda, se cantó el Cumpleaños Feliz y se promocionaron las fiestas de Conejera
La lluvia que está acompañando buena parte de los eventos en lo que va de 2024 en Ciudad Rodrigo (la celebración de San Antón en El Puente, el Carnaval del Toro, la Feria de Botijeros o la reciente Semana Santa) tampoco ‘se quiso perder’ la emblemática jornada del Lunes de Aguas, lo que provocó que la cita festiva fuese muy descafeinada al aire libre, pese a que durante la tarde en sí prácticamente no hizo acto de presencia.
Así, tras una mañana más complicada, con chaparrones fuertes por ejemplo a las 11.30 o a las 13.15 horas, el cielo se calmó a partir de la hora de comer, aunque volvió a chispear de forma puntual en varios momentos, como a las 14.45 o a las 16.30 horas, lo que llevó a que muchas familias y grupos de amigos que suelen disfrutar del Lunes de Aguas a orillas del Águeda optasen directamente por celebrarlo a cubierto en locales o cocheras.
Entrando ya en el tramo clave de la jornada, el cielo volvió a soltar algunas gotas sobre las 17.20 horas (incluso en alguna zona de Ciudad Rodrigo granizó brevemente a esa hora), pero enseguida reapareció el sol, coincidiendo con el arranque del hilo conductor de este Lunes de Aguas en El Picón: la actuación -por iniciativa de la Concejalía de Juventud- de la Charanga Manliao, que animó la tarde durante unas dos horas, siendo una de las primeras piezas que tocaron el Cumpleaños Feliz, dedicado al concejal del Ayuntamiento Rodrigo Toribio.
La Charanga se situó en las inmediaciones de la caseta-bar del Picón, que fue la otra gran referencia de la tarde, teniendo una notable afluencia tanto la barra como la terraza que, eso sí, se vació parcialmente sobre las 18.35 horas, al volver a aparecer la lluvia. Aunque el agua que cayó fue mínima, sí provocó una notable ‘espantada’ por parte de unas cuantas personas, abriendo los paraguas aquellos que los tenían. Tras ello, el sol ya aguantó en el cielo el resto de la tarde, aunque la temperatura no llegó a ser excesivamente alta y sopló un incómodo viento.
Pese a estas condiciones, hubo al menos 4 jóvenes que durante la tarde se metieron en las aguas del Águeda: uno de ellos a por un balón que había caído al río (otro par de ellos quedaron embocados en sendos árboles), y otros tres en plan ‘excursión’, como si no estuviese totalmente cubierto de agua el camino que conecta El Picón con la zona del Camping y viceversa (al bajar el río crecido).
Precisamente, los grupos de jóvenes predominaron durante la tarde, junto con algunos grupos de amigos de mediana edad, quienes degustaron los escasísimos hornazos que se comieron a orillas del Águeda. En este sentido, más que una tarde de sentarse a orillas del río, fue una tarde de pasear al lado del mismo, especialmente en la segunda parte de la misma, una vez que el sol se asentó en el cielo (por si acaso muchas personas se acercaron hasta El Picón paraguas en mano).
Frente a la altísima ocupación que tuvieron el año pasado –cuando hubo una excelente meteorología- tanto El Picón como la Alameda Vieja, este año incluso había mesas libres en la isla, mientras que la Alameda estuvo vacía (obviamente la hierba estaba mojada, lo que hacía incompatible extenderse sobre la misma). Asimismo, hubo bastantes espacios libres para aparcar tanto en la Avenida de la Concha como en los parkings de La Concha.
Por cierto, que durante la tarde del Lunes se promocionó, altavoz en mano, la siguiente celebración que hay en el calendario de Ciudad Rodrigo: las recuperadas fiestas de Conejera que tendrán lugar este sábado 13, que también contarán con la Charanga Manliao. Salvo cambio radical en las previsiones, esa cita festiva sí tendrá el buen tiempo de su lado, incluida una notable subida de las temperaturas.