Cuando todo el mundo ya daba el evento por finalizado, el último astado se dio una última vuelta por el recorrido
Ciudad Rodrigo ha tenido en este 2024 un Día de San Sebastián aún más grande al celebrarse por 1ª vez en la propia jornada de conmemoración del patrón el denominado Toro de San Sebastián que promueven varios establecimientos de hostelería, principalmente de la Avenida Conde de Foxá donde se desarrolla el evento: Bar Asturias, El Callejón, Casaral, Pizzería de María, Los Faroles, San Blas, Bar Richard, Los Toriles, Yoanna Irish Pub, el O.C. y Las Canteras (que se ha sumado este año), a través de la Asociación de Hostelería y con la colaboración del Ayuntamiento.
Con el Carnaval más cerca que nunca en las tres ediciones de vida de esta cita (las anteriores fueron en 2020 y 2023), miles de personas saciaron el gusanillo taurino en una tarde fría (10ºC en el momento del inicio, bajando posteriormente a los 8ºC), pero con el cielo totalmente despejado, lo que invitó a disfrutar del evento protagonizado por Carbonero y Cotidiano, dos ejemplares de la ganadería de los Hermanos Sánchez Herrero.
Los dos astados, colorados, tuvieron un comportamiento bastante similar: ambos estuvieron alrededor de una hora en la calle, realizando un par de subidas y bajadas por la Avenida, en las que dieron cierto juego, pasándoselo bastante bien tanto los que estaban dentro del recorrido como fuera (especialmente estuvieron concurridos los puntos donde existen bares en la Avenida).
En lo que respecta al primer toro que salió, hizo una primera subida y bajada por la Avenida con cierto ritmo, antes de emprender una segunda subida en la que se quedó emplazado en la parte superior del recorrido, bajando a partir de entonces poco a poco. Como no llegaba a tirar hacia los toriles, salieron los bueyes, que tras una primera búsqueda infructuosa, sí consiguieron acercarle –a toda velocidad- a la segunda intentona.
Mientras, el segundo astado subió de primeras por el recorrido con gran velocidad, bajando enseguida al mismo ritmo. A continuación, volvió a poner rumbo hacia arriba, a menor velocidad, lo que permitió más interacción de los corredores. Al igual que con el astado previo, también fue bajando lentamente, pero como no era suficiente, salieron los bueyes en su busca, tirando todos juntos un poco más hacia arriba hasta emprender de repente una rápida bajada.
Cuando ya estaban a las puertas de los toriles, y el público se estaba marchando de toda la Avenida (incluso ya había niños por el recorrido, etc.) hubo una sorpresa: el trío se dio la vuelta y subió otra vez buena parte de la Avenida. Esta excursión adicional duró poco, bajando enseguida uno de los bueyes, y poco después, el otro y el toro, que se ‘enredó’ algo por el camino. El evento se dio por finalizado a las 18.43 horas, cerca de dos horas después de su inicio (el arranque y el final fue señalizado con cohetes).
El sorpresivo último trayecto no provocó por fortuna daños inesperados, saldándose la tarde sin incidencias físicas graves: únicamente hay constancia de un golpe que se llevó por parte de los bueyes un espectador contra una aguja, y del susto de un recortador en plena cara de uno de los toros cuando estaba girando con él (se resbaló ligeramente, pero enseguida recuperó la verticalidad). Para ver de nuevo astados por las calles de Ciudad Rodrigo únicamente habrá que esperar 20 días.