Una de las novedades fue la actuación de la Coral Dámaso Ledesma, que interpretó varios villancicos
El espíritu navideño que envuelve Ciudad Rodrigo desde hace ya unos cuantos días dio un paso más en la tarde del domingo, con el inicio de la tradicional ronda de belenes vivientes, que volverá a estar compuesta por segundo año consecutivo por un total de tres escenificaciones, a cargo de la Asociación de Vecinos del Barrio Nuevo, la Asociación El Botón Charro de Miróbriga, y la Asociación de Vecinos del Valle de San Martín.
Los encargados de abrir la secuencia fueron alrededor de 50-60 miembros de la Asociación de Vecinos del Barrio Nuevo, que al caer la noche de la gélida jornada dominical en Ciudad Rodrigo, recrearon el Belén en un solar situado junto al Colegio Arrabal del Puente, a donde regresaban (ya lo hicieron allí en 2018 y 2019), después de que en 2022 optasen por llevar a cabo la escenificación en el patio del propio Colegio.
Como apuntaron desde la Asociación de Vecinos, el Ayuntamiento se había encargado de adecentar el solar, donde desplegaron una amplia ornamentación, con el Portal de Belén como referencia, donde estuvieron San José, la Virgen María y el Niño Jesús junto a dos ángeles, con la compañía al lado de los Reyes Magos y sus pajes. Los Magos habían entrado en comitiva minutos después de que lo hubieran hecho el resto de protagonistas del belén viviente, que la Asociación lleva preparando desde hace alrededor de un mes (el trabajo sobre el terreno en la mañana del domingo comenzó a las 10.00 horas).
Junto al Portal y los Magos se desplegaron numerosos puntos de interés, con varias novedades, según explicó Cristina Marquiz, como una nueva quesería, un puesto de alfarería, un mercado más amplio, y también un río más largo, con puente, peces pescados y lavanderas incluidos. A su lado, hubo un pozo, en el que se estuvo ‘sacando agua’, y un huerto con zanahorias o lechugas. La escenificación contó asimismo con un horno, donde se hizo pan tras haberlo amasado, tarea en la que se involucraron unos cuantos niños, que vestidos de pastorcillos se estuvieron calentando en torno al fuego.
El montaje también incluyó una fortaleza defendida por varios soldados de diversas edades, un carro, una frutería, otro fuego donde se estuvo preparando el tocino y el caldo que se repartió (junto a productos navideños) entre el público que se fue acercando a ver el belén. Entre el mismo estuvieron varios integrantes de la Corporación Municipal, que se sacaron una foto con los principales personajes de la escenificación, en la cual no hubo animales de verdad al impedirlo la normativa vigente, pero sí varios de cartón.
La última novedad de este histórico belén del Barrio Nuevo (lleva más de tres décadas representándose, salvo por el parón obligado por la pandemia) fue la intervención de la Coral Dámaso Ledesma, que se introdujo en la zona de la escenificación para cantar, ataviados con gorros navideños, una serie de villancicos.