Manifestarnos es un derecho que tenemos todos los españoles y podemos ejercer con libertad, pero lo que se ha vivido estos días en Madrid y en otras capitales tenía más de batalla campal que de manifestaciones propias de ciudadanos civilizados, responsables, defensores de nuestros derechos, y lo más bochornoso es que todo indica que han sido alentadas, animadas o convocadas por partidos políticos.
Estar a favor con la firma del acuerdo político entre el PSOE y Carles Puigdemont para que Pedro Sánchez vuelva a ser investido con la mayoría de votos en el Congreso, es tan preocupante como que Feijóo hubiera conseguido ser investido gracias a Vox, que no tardaría en quitarle el sitio, y sus ganas de volver a tiempos superados no son un secreto.
Lo más coherente habría sido repetir elecciones cambiando de candidatos, pero como Sánchez prefiere morir en el intento antes que soltar las llaves de la Moncloa, y Feijóo pactaría con el diablo si hiciera falta para cogerlas, el resultado no habría sido otro que volver al principio y estar en las mismas.
Así pues, salvo sorpresas de última hora, el panorama que nos espera por delante es un sinfín de manifestaciones alentadas, animadas y hasta convocadas por los partidos que se quedan fuera. ¡Y menos mal que siguen cobrando…!