Otra de las Hermanas celebró sus Bodas de Plata en una ceremonia animada por el Orfeón Dámaso Ledesma
Como cada 15 de octubre, el Convento de las Madres Carmelitas de Ciudad Rodrigo ha vivido una jornada muy especial, debido a la aparición en el calendario litúrgico de la festividad de su Santa Madre Teresa de Jesús. En este 2023, la celebración de la Santa de Ávila tenía un aliciente añadido, ya que suponía la clausura del Año Jubilar Teresiano concedido por el Papa Francisco a las Diócesis de Salamanca y Ciudad Rodrigo, del que el Convento mirobrigense ha sido una de sus sedes jubilares.
Por si fuera poco, la solemne celebración en la tarde del domingo -presidida por el Obispo de la Diócesis José Luis Retana- tanto de la festividad de Santa Teresa como de la clausura del Año Jubilar incluyó la profesión solemne de la Hermana Fátima del Inmaculado Corazón de María, y la conmemoración de las Bodas de Plata de la Hermana Teresa de Jesús.
Esos dos momentos tuvieron lugar en paralelo tras la homilía de José Luis Retana, quién estuvo acompañado por numerosos sacerdotes más, entre ellos el capellán de las Carmelitas, Manolo Peláez, que fue el encargado de ir explicando lo que iba ocurriendo, ya que la profesión y la conmemoración se desarrollaron en la zona conventual, pudiendo verlas los fieles a través de una pantalla en la que se iba proyectando en directo lo que estaba sucediendo.
En este sentido, tras la homilía, tuvo lugar el inicio de la fórmula de profesión, cantándose las letanías de los santos mientras a las Hermanas protagonistas les iban tirando pétalos de flores las otras Hermanas. Tras ello, la Hermana Fátima del Inmaculado Corazón de María realizó su profesión solemne, prometiendo “obediencia, castidad y pobreza”, y firmando el documento de su profesión escrito de su puño y letra, que entregó al Obispo. Mientras tanto, la Hermana Teresa de Jesús renovó su profesión solemne en los mismos términos.
Tras ello, los padrinos de la Hermana Fátima del Inmaculado Corazón de María acercaron las Reglas y la Constitución de la Orden del Monte Carmelo, y una Corona, que le fueron entregadas a la protagonista, mientras que a la Hermana Teresa de Jesús también se le hizo llegar una corona.
Finalizada esa parte especial, continuó la eucaristía, que comenzó media hora antes de lo que ponía en los carteles oficiales: al parecer hubo una confusión que no se llegó a corregir, provocando que llegasen tarde sacerdotes, concejales, medios de comunicación y unos cuantos fieles, aunque en todo caso la Iglesia del Convento tenía ya una gran entrada desde el inicio, que se amplió según fueron pasando los minutos. Entre los asistentes estuvieron los miembros del Orfeón Dámaso Ledesma, que animaron con su música la solemne celebración.