Mario Conde fue de los primeros en disfrutar de un Martes Mayor que premió a Ferretería Sertorio, Dedal de Plata e Hilos de Mar
La principal cita festiva del verano en Ciudad Rodrigo, el Martes Mayor, ha estrechado lazos este año en su franja matinal con el gran evento anual de la ciudad, el Carnaval del Toro, a raíz de la Declaración como Bien de Interés Cultural del proceso de construcción de la plaza carnavalera, que se decidió que fuese la ‘temática’ del segundo martes consecutivo de exaltación comercial del verano mirobrigense, esta vez en el centro histórico.
Aunque la unión del Carnaval con el comercio es ‘complicada’ en primera instancia, ya que precisamente los comercios permanecen cerrados durante los días de celebración del Carnaval, se ha querido aprovechar, según el alcalde Marcos Iglesias, la “cercanía” del Martes Mayor con el momento en que se oficializó la Declaración como BIC (fue aprobada por el Consejo de Gobierno de la Junta el 6 de julio y publicada en el BOE el día 24).
Así, aunque Iglesias avanzó que durante el próximo Carnaval (especialmente mientras se esté montando la plaza) habrá algún acto más, a primera hora de la mañana del Martes Mayor hubo un primer reconocimiento a los montadores de los tablaos, dándose cita parte de ellos, junto a los miembros de la Corporación Municipal, al lado de la barrera que se colocó el lunes de forma simbólica a los pies de la Casa Consistorial (a la cual se han animado a subirse unas cuantas personas en estas horas).
Este acto fue abierto por la delegada de Comercio, Paola Martín Muñoz, que puso en contexto el homenaje, comentándole a los constructores que “tenéis que estar orgullosos de vuestro artesanal trabajo”. Para Marcos Iglesias, “es algo importante como municipio que hayamos conseguido esta Declaración como BIC” para el “corazón” del Carnaval, añadiendo que “los que vienen se quedan admirados de cómo se levanta la plaza en poco tiempo”, esperando que “sigáis así y lo leguéis”.
Tras un aplauso a todos los constructores, a los que se entregó una fotografía aérea nocturna de la plaza carnavalera montada, tomó la palabra uno de ellos, Domingo Pacheco, quién expresó su “agradecimiento sincero al Ayuntamiento por acordarse de los constructores que hacemos esta plaza, que al final es de todos los mirobrigenses”. Desde su punto de vista, “lo importante es que con este BIC las tradiciones quedan protegidas por años y esperemos que por siglos”.
El Concurso de Premios
Junto a la barrera en el ágora y el homenaje, el otro enlace del Martes Mayor 2023 con el Carnaval (más allá de la habitual exposición de carteles en la balconada de la Casa Consistorial, que siempre se puede visitar esta jornada) fue que el Concurso de Premios ha tenido la misma temática, aunque como ya apuntamos el lunes el interés ha sido ínfimo, apuntándose únicamente 4 de los 175 puestos participantes (3 de ellos doblando categoría).
En la categoría con mayor interés, la de Comercio (ya que había 4 puestos optando a 3 premios), la victoria -recompensada con 200€- ha sido para Ferretería Sertorio; seguida por Dedal de Plata e Hilos de Mar, que se llevan 150€ y 100€, respectivamente. Mientras, en la categoría de Escaparate, el primer puesto ha sido para Dedal de Plata y el segundo para Ferretería Sertorio, haciéndose con otros 200€ y 150€ respectivamente. El último premio ha sido el de la categoría Infantil, siendo reconocidos Adrián Rodríguez Madruga, Laia Rodríguez Madruga y Vega Sánchez Bernal (que formaban parte del puesto de Hilos de Mar), que iban ataviados de Corte de Honor carnavalera.
Debido al bajo número de inscritos, el Jurado (integrado por Paola Martín Muñoz como presidenta; Pablo Sevillano, Joana Raquel Veloso, Ana María Castaño, Juan Tomás Muñoz, Patricia Martín y David Bernal como vocales; y Rosa Mª Pascual como secretaria) visitó los puestos apuntados dentro de la visita general de la Corporación, en la que también tomaron parte Marcos Iglesias, Ramón Sastre, José Manuel Jerez, Rubén Benito, Víctor Gómez, Ana María Castaño, Vanesa García y Carlos Fernández Chanca.
Al arrancar la visita, Marcos Iglesias comentó que el Martes Mayor “es posible sólo gracias a la participación de los comercios”, considerando que con este día “el comercio de Ciudad Rodrigo, que tiene gran proyección, se reivindica a sí mismo”. Desde su punto de vista, “en Ciudad Rodrigo tenemos muy buen comercio y pedimos que se siga apostando por el comercio local”. Por su parte, Paola Martín Muñoz mostró su agradecimiento a todos los comerciantes que salen a las calles esta jornada.
La visita institucional, algo más ágil que la del Martes Chico, se prolongó en todo caso durante toda la mañana, entremezclándose con las miles de personas que recorrieron las calles del centro histórico. Aunque siempre es difícil establecer comparativas, la impresión generalizada es que durante el tramo matinal hubo algo menos de gente que en años previos, quizá debido al sofocante calor que hizo durante toda la mañana, aliviado en aquellas vías como San Juan o Madrid donde los puestos estaban a la sombra. Uno de los primeros en disfrutar del Martes Mayor fue precisamente alguien que estuvo un tiempo ‘a la sombra’, aunque de otro tipo, el famoso exbanquero Mario Conde. Posteriormente, hubo al menos un grupo que realizó una visita turística guiada.
Los puestos
Como publicamos hace unos días, por las calles mirobrigenses se pudieron encontrar puestos de todo tipo, tanto locales como foráneos, hasta totalizar 175, 3 más que el año pasado. Siguiendo el orden de la visita institucional, en la Rúa del Sol destacaban el stand del Ciudad Rodrigo CF (con numerosas prendas del Club y lotería navideña a la venta), el stand principal de la Asociación Española contra el Cáncer (varias integrantes estuvieron moviéndose con huchas petitorias), el de Manos Unidas o el publibús de Tato Galerías.
En esa vía, los miembros de la Corporación probaron el queso, el vino y el embutido de un par de puestos, que como es habitual dieron a degustar sus viandas para intentar captar nuevos clientes. En el inicio de la calle Gigantes, llamó la atención una tarotista, mientras que en la calle San Juan estuvieron entre otros el puesto de Farinato Race, uno de Radio María, o el de Pastelería Etreros con todos sus dulces.
En la Plaza Mayor se situó el mayor número de puestos, con gran variedad, figurando incluso un tablao dedicado a Conrado junto al puesto de Hilos de Mar. En el ágora, había montadas desde primera hora varias barras de hostelería, que fueron ganando adeptos según avanzó la mañana y el calor apretaba (a las 13.47h., el termómetro de la Farmacia Dorado marcaba 35,5ºC, dándole precisamente un golpe de calor ese tramo a una señora, que fue atendida en primera instancia por efectivos de Cruz Roja y posteriormente por el Sacyl).
Un tamborilero daba la bienvenida a la calle Madrid, donde destacaba el puesto de Dedal de Plata, al ser participante en el Concurso de Premios (contaban con una reproducción de la plaza carnavalera en su escaparate), así como la zona central, muy concurrida, con varios artistas como Nadie, Diego Polo o Cardoso, o merchandising del ‘Almacén de Drogas’ de Afecir justo delante del Almacén de Drogas ‘de verdad’. En la calle Madrid, cerca de la barra de la Cafetería Madrid, tuvo una mesa instalada para vender y firmar libros el pregonero del Martes Chico, Alberto Galán.
En el Registro, se respiró un poco ambiente de mercadillo sabatino, con varios puestos de ropa, junto a otros con material de campo (como cencerros), artesanía o un stand de las Hijas de la Caridad. En la Plazuela del Conde, también muy concurrida, había bastante variedad de puestos, algo lógico por sus dimensiones, siendo algo menos común en la calle Jazmín, donde se iban sucediendo los Dulces de las Carmelitas, un puesto de la Delegación de Misiones, un stand de embutidos, las bolilleras de Amanecer y la barra del Pub El Patio.
En la Plazuela del Buen Alcalde, los puestos de frutas y verduras habituales de todos los martes del año se entremezclaban con varios de artesanía, incluido por ejemplo de Carlos García Medina. En la vecina calle Julián Sánchez, destacó el tablao montado por Ferretería Sertorio, con termos como espectadores con el pañuelo del Campanazo anudado al cuello, o el despliegue de la Óptica Cid. El recorrido comercial culminó en la calle Cardenal Pacheco, llegado algún que otro puesto a las puertas de la Iglesia de Cerralbo.