Una capea tras la paella fulminó las fiestas hasta el mes de agosto
Robleda al igual que el resto del Rebollar tiene muy presente a San Juan Bautista. Este ha sido el motivo que durante todo el fin de semana las desalmadas calles robledadanas se hayan convertido en un vergel de gente llenas de color y alegría.
Oriundos y forasteros han disfrutado a lo grande con la programación festiva que desde el Ayuntamiento se había confeccionado dando cabida a todo tipo de gustos y edades.
La izada del pino por los quintos del 23, las capeas de vaquillas, el encierro a caballo y las verbenas, han sido los actos más concurridos.
Para dejar un buen sabor de boca de todo esto, nada mejor que degustar una gran paella para todos los del pueblo e invitados que cataron bajo el cobijo del Pabellón Municipal, donde se vivía un ambiente familiar y acogedor, en la que se contaron las anécdotas de estos días vividos y…. otras que no se pueden contar…
Para el mes de agosto habrá otra cita festiva más o menos de la misma envergadura que estas de San Juan, dedicadas a los hijos del pueblo que residen fuera, sobre todo en nuestro país vecino francés.