El acantilado sobre la playa y la zona de miradores del Sítio da Nazaré también serán objeto de obras que afiancen la estabilidad
Quien alguna vez visitó Nazaré probablemente coincidirá en que una de las imágenes que primero nos viene a la mente cuando la evocamos es la hilera de casas extendiéndose en cascada por la ladera izquierda de su promontorio, una perspectiva que se obtiene desde el morro situado encima de la playa, mirando hacia el largo paseo marítimo, una franja plana a los mismos pies del océano, en esta localidad construida en una pura pendiente.
Precisamente esa ladera y el acantilado que domina el arenal, denominado Sítio da Nazaré, la parte alta de la ciudad, ahora están siendo objeto de obras de estabilización para garantizar su mantenimiento y la seguridad de bienes y personas.
El depósito de piedras, vegetales y otro material pendiente abajo hasta la playa así como en el canal donde circula el funicular que libra el desnivel existente entre la parte alta y baja de la población, ha llevado a tener que implementar un plan que atenúe la erosión y que hará que esta zona de la ciudad sea objeto de obras durante los próximos meses.
De momento el funicular, aquí llamado ascensor, permanece parado y no se sabe cuándo se reanudará su uso. Hasta entonces, la comunicación entre ambas partes de la ciudad se realiza con un refuerzo de autobuses, que pasan cada 15-20 minutos.
Este proyecto de mejora medioambiental incluye trabajos de estabilización y retención que se van a llevar a cabo en tres zonas del singular paisaje urbano de Nazaré: el canal del funicular y la zona que lo rodea; la parte de la playa situada bajo el despeñadero del Sítio da Nazaré; y la plaza donde se ubican los miradores y el Santuario de Nª Sª da Nazaré, así como los alrededores del lugar donde se coge el funicular.
El funicular, que salva los más de 100 metros de diferencia de altitud existentes entre la playa y el Sítio, con un 42% de desnivel y que circula por un canal de 318 metros de longitud, está parado por estas obras desde marzo y aún no hay fecha cierta para su reapertura, según informa a este medio fuente oficial de la cámara municipal.
Con unos horarios amplios, que van de primera hora de la mañana hasta última hora de la noche, el funicular de Nazaré es utilizado anualmente por más de un millón de pasajeros, entre los que se encuentran muchos españoles de viaje por la zona o que han elegido Nazaré como destino de playa típicamente portugués para sus vacaciones.
En cuanto a los trabajos de estabilización del acantilado, comenzaron a principios de mayo y se espera que estén listos a finales de mes, según informa la citada fuente municipal.
En la ladera del funicular se han removido los depósitos que habían ido precipitándose ladera abajo, se construirá un nuevo canal para la recogida de aguas pluviales, un muro de contención y se colocará una nueva malla metálica de protección reforzada.
En la explanada del Sítio da Nazaré se va a proceder a cambiar el actual muro, sobre el que se abren los miradores, por una nueva barrera y se va a construir una plataforma suspendida en el Bico da Memória, un mirador más ligero para admirar la amplia panorámica que se extiende sobre el caserío de Nazaré, la playa, el puerto pesquero y el pinar de la Serra d´El Rei. Pero esta parte de la obra a día de hoy no ha comenzado y los miradores continúan accesibles.
La Agencia Portuguesa del Ambiente (APA) es la responsable de las obras, pues ostenta las competencias en la materia, en coordinación con la cámara municipal de Nazaré. Las actuaciones formarían parte de la Estrategia Nacional para la Gestión Integrada de la Zona Costera, que busca contrarrestar los daños provocados por la erosión marítima en las poblaciones costeras, incrementada últimamente por los cambios en el clima.
Se estima que Portugal ha perdido unos 13 kilómetros cuadrados de su territorio en los últimos 60 años, debido a la subida del nivel del mar.
Nazaré es reconocible tanto por su más moderna parte baja, a orillas del mar, donde se concentra el bullicio estival con una gran oferta de restaurantes, bares y tiendas, como por la población urbana original en lo alto, donde nació la localidad alrededor de la Ermita de Nazaré, protagonista del famoso Milagro de Nazaré, una historia por la que tendrá que preguntar cuando llegue a esta ciudad, una de las más pintorescas de Portugal.
Una virgen que, según reza la leyenda, llegó aquí desde la Nazaret de Oriente Medio en el siglo IV, que atrajo al mismísimo Vasco da Gama en devota peregrinación y que es festejada cada 8 de septiembre con una romería multicolor.
Aquí, en el Bico da Memória, lugar sagrado y místico, hoy mundano de turistas, sopla casi siempre nortada, y eso acentúa el halo telúrico de este risco domesticado. Las obras en esta parte no comenzarán hasta que sea identificada mediante georradar la ramificación subterránea de la gruta situada en el entorno de la ermita.
Al lado tenemos el Santuario de Nuestra Señora de Nazaré, de exterior barroco e interior de bonita azulejería, y las envolventes vistas desde este promontorio.
Una localidad que cada temporada multiplica su población, atraída por la imagen de barracas a rayas de su playa durante los meses de julio y agosto, por la ola gigante de la Praia do Norte, por el faro del Fuerte de San Miguel Arcángel, el tipismo de sus callejuelas, la forma como aún visten algunas nazarenas y por el enorme ambiente de la ciudad en la época estival.
Nazaré, con su parte alta y su parte baja, entre el Promontorio de Nazaré y el largo paseo marítimo, es uno de los puntos más típicos de la región del Oeste, lo que hace que cada verano multiplique su habitual población de 15.000 habitantes.
Nazaré se encuentra a unos 400 km de Salamanca capital, alrededor de 120 km al norte de Lisboa.