Los musulmanes de todo el mundo deben permanecer rezando toda la noche
La Mezquita de la Paz de Ciudad Rodrigo está viviendo en el momento de publicarse esta información (en el tramo inicial de la madrugada del lunes al martes) -al igual que las mezquitas de todo el mundo-, la noche más importante del año para la religión musulmana, denominada Laylat al-Qadr, que se traduce al castellano como ‘Noche del Destino’, y que supone el principio del fin del mes del Ramadán (llegará a su conclusión este viernes 21).
En esta velada tan especial, que tiene lugar en la 27ª noche del mes del Ramadán (9º mes del Calendario Islámico), se conmemora que culminó la revelación del Corán al profeta Mahoma, debiendo precisamente los musulmanes finalizar durante esta noche la lectura del Corán que han tenido que ir realizando durante este mes sagrado.
La Noche del Destino es de suma importancia, ya que se considera que durante esta velada se decide el futuro de todas las criaturas del mundo para el próximo año, y ante ello, los musulmanes deben permanecer rezando a Dios toda la noche, invocando su piedad y salvación. Incidiendo en ello, se estima que durante esta noche los ángeles de Dios bajan desde del cielo hacia toda persona musulmana, siendo una velada de perdón y arrepentimiento.
Este rezo obligatorio a lo largo de la 27ª noche del Ramadán comenzó al concluir la 5ª oración del lunes y se prolongará hasta el amanecer del martes. La importancia de la velada es tal que, como señalan junto a su Imam los responsables de la Mezquita de la Paz, Salah (presidente), Abdelaaziz (vicepresidente) y Said (tesorero), “el rezo de esta noche, para quién lo haga de corazón, equivale a más de 1.000 meses de rezos”.
Producto de la Noche del Destino, en la Mezquita de la Paz (donde para evitar molestias a los vecinos no se rezará durante las horas centrales de la madrugada) se han congregado unas 60 personas, no sólo de Ciudad Rodrigo, sino también de lugares como Fuentes de Oñoro, Ituero de Azaba y Aldea del Obispo, contando con un espacio independiente las mujeres, mientras que en el caso de los hombres están separados por cuestiones de espacio, rezando en todo caso todos ellos en dirección a La Meca.