El paso de La Caída estrenó varales, que fueron ajustados tanto antes como durante la procesión
Menos de diez minutos después de finalizar en la Catedral de Santa María la procesión de la Santa Cruz, comenzó el segundo de los desfiles de la mañana del Jueves Santo en Ciudad Rodrigo: la procesión del Paso a la Agonía de la Cofradía de Jesús Nazareno, que arrancó en la Iglesia de San Agustín para realizar el trayecto habitual por el centro histórico mirobrigense con los pasos de Los Azotes, el Ecce Homo y La Caída (escoltada por los romanos).
La principal novedad de esta procesión estaba en el paso de La Caída, ya que se han renovado los varales, que se estuvieron encajando a las puertas de la Iglesia de San Agustín desde un buen rato antes de iniciarse la procesión, siendo necesario realizar también algún ajuste en las primeras paradas de la comitiva (para que quedasen bien sujetos). Estos varales son un poco más largos que los anteriores, permitiendo que haya dos costaleros (en vez de uno) en cada varal delante y detrás de la imagen en sí.
Además de la ausencia ya comentada de Banda (como en la procesión de La Dolorosa, se contó con tres músicos tocando tambores), la otra variación de este Paso a la Agonía 2023 respecto al año pasado fue su mayor agilidad, completándose el desfile en hora y media (en 2022 alcanzó las dos horas pese a ser el mismo trayecto).
Durante este recorrido por las calles mirobrigenses (por Cristóbal de Castillejo, Campo del Pozo, Enrique Zarandieta, Rúa del Sol, Plaza Mayor y Cardenal Pacheco), la Cofradía de Jesús Nazareno tuvo la compañía de un sol radiante y un notable calor, que se aminoró un poco según avanzaba la procesión, ya que empezó a soplar un poco de brisa. En todos los puntos del trayecto, la comitiva fue contemplada por numerosísimo público, entre ellos muchísimos forasteros.