(Cara de Merce entre escéptica, incrédula y atónita, todas esdrújulas)
Evidentemente, éste es un diálogo ficticio e inventado que no tiene nada que ver con la realidad. Ésta es todavía más dura en muchas ocasiones. Los temas de los cuidados de las personas son cosas de las mujeres y el macho ibérico bastante tiene con llevar el sueldo a casa.
Vemos las estadísticas de las carreras universitarias y los grados de formación profesional y comprobamos que las que tienen que ver con el cuidado de otros, son elegidas mayoritariamente por mujeres.
¿Cuidan mejor las mujeres que los hombres? No parece que el género determine una mayor calidad del cuidado hacia los demás. Lo que sí que parece es que culturalmente se ha dado ese rol a las mujeres. Quizá fue necesario en momentos de la historia, como por ejemplo en la época de los mamuts y los velociraptores, donde el hombre cazaba y la mujer tenía que cuidar de la prole… Pero como así parece, es una cuestión educativa en la que la familia y la escuela son fundamentales. Las dos, una con la otra, otra con la una.
El gobierno de nuestra nación es contradictorio. La paridad no debería ser una cuestión meramente ideológica (que la mitad de lo que sea sean mujeres), sino de calidad, de competencia, se sabiduría, de capacidades…. Y eso se fomenta y se cuida. A veces el gobierno habla de igualdad hasta desgastar la palabra y luego en los anuncios de juguetes en navidades, en la mayoría de los casos, los coches y monstruos son anunciados por niños y las muñecas por niñas. De ésto sé algo, que estoy en la condición del ejercicio de la paternidad.
Ésto de la familia y el cuidado de los hijos y padres está demasiado centrado en que “es cosa más de mi mujer”. Pero creo yo, y me atrevo a decir, que esto debería ser cosa de papá y mamá o de macho y hembra. Y si el macho no sabe, puede aprender. Porque al final, el cuidado compartido es más rico, mejor, y más eficiente y eficaz.